La llamada (phorera) de Cthulhu - La Isla del Norte

[Johann Krauss]

REPARTO

-Ziyi Dandan (Polina), una mujer asiática, menuda y ojerosa. Parece ensimismada.
-Octavious Darden (Dolordebarriga), un hombre de gran estatura, fornido, de ojos grandes y negros.
-Philip Arneson (Szalai), un sujeto menudo, despeinado, orejas algo prominentes y aspecto inquieto.
-Christon Zegarski (rianxeira), un hombre alto y joven que por ahora se mantiene reservado.
-Tillian (Dunker) una mujer de aspecto juvenil y fibroso, aunque no muy alta. El color de su tez recuerda al de las tribus amazónicas. Viste como un hombre.
-José de Lirio Tercero (Ruttiger), un joven envarado de aspecto extraño (aunque no sabéis definir exactamente por qué). Viste elegantemente.

CONTEXTO

Sois la Hermandad Científica Omega. Aún no sabéis mucho unos de otros. Sólo sabéis que sois sujetos excepcionales, o de lo contrario no estaríais aquí.

La Organización Filantrópica Axelrod os ha reclutado para combatir las emergentes fuerzas del mal. Os han hablado de oscuras y antiguas entidades, mucho más antiguas que el hombre, y de aquellos que les rinden culto. Sus intenciones no son nada buenas y deben ser combatidos. Para eso ha sido creada la Hermandad. Sois una especie de comando de investigadores que va a recorrer el mundo con la excusa de trabajar para una organización científica pero con el propósito verdadero de combatir fuerzas arcanas y malignas.

Esta es la primera misión que os encarga el señor Harry Matheson, vuestro supervisor y reclutador. No os conocéis aún en profundidad pero tenéis tiempo por delante para hacerlo.

UNA BARCA HACIA LA ISLA DEL NORTE

Es el año 1922.

Vais a bordo de un bote motorizado en dirección a una isla de la costa de Nueva Inglaterra a la que llaman genéricamente “Isla del Norte”. Allí os espera el doctor Aldous Brewer, que fundó el centro psiquiátrico que allí se alza.

El señor Matheson, os envía tras haber leído en la prensa un artículo escrito por el doctor, el cual ha despertado su curiosidad.

Extracto del artículo:

Si aceptamos por un momento la teoría de que el colectivo inconsciente es la fuente de todo mito, tenemos que preguntarnos si no es posible explotar esa fuente. Los experimentos con hipnosis, a veces combinada con poderosas drogas modernas, han demostrado evidencias para defender esta teoría.
El sujeto A mostró poca respuesta a todo tratamiento, pero el B se mostró bastante positivo. No sólo quedaron reveladas áreas insospechadas del conocimiento durante estas sesiones sino que a veces el sujeto demostró una personalidad completamente distinta. Esta personalidad, en las pocas ocasiones en las que la he visto surgir, solía ser arcaica, de una sintaxis casi bíblica, tal vez indicando que una forma arquetípica real pudiera haber sido alcanzada. Esta personalidad era muy poderosa y casi absorbente, provocándole a uno que se preguntase si un fenómeno así no es la explicación para las “posesiones” de la Edad Media y, en los tiempos más recientes, de los vuduistas en el Caribe.
Aunque nunca entendimos el contenido arquetípico del B, el sujeto C resultó ser interesante. Se hallaron numerosos tipos de personalidad en él, una afirmando haber vivido durante el Egipto faraónico. Sorprendentemente, el sujeto demostró un gran conocimiento de la historia y de aquella civilización largo tiempo muerta. Los tres mostraron una forma mítica ciertamente común, aunque muy difícil de descifrar[...]

Matheson intuyó que hay algo interesante en incluso sospechoso detrás de esa historia. Se puso en contacto con Brewer que le contestó recientemente con la siguiente carta:

Estoy encantado de leer que podrían aceptar mi invitación a visitarme. Deseo mostrarles el desarrollo de mi investigación.
También estoy ansioso por ponerles al día de mis experimentos. Ha habido muchas novedades excitantes desde la publicación de mi artículo en el “Diario de la Sociedad Americana de Psicología” hace unos meses. Habrá sorpresas, demasiadas... Pueden contar con ello.
Mi soledad es bastante tolerable. El personal y yo nos tratamos como si fuésemos familia. El viejo Ebenezer (lo conocerán sobre la marcha) siempre está listo para llevarnos a alguno de nosotros al continente si sentimos la necesidad de ver la civilización. Este verano hemos sido bendecidos con cenas regulares en compañía del Sr. Shelly, un estudiante graduado de Princeton. Reside en la playa norte de la isla, y lleva a cabo cierto estudio sobre las aves. Estoy seguro de que les resultará simpático e ingenioso.
Deseando verles pronto,
Dr. Aldous Brewer

Así que allá os envió, a averiguar si todo está en orden detrás de esta historia. Es vuestra primera misión juntos y no parece muy complicada. Por ahora vuestro objetivo es encontraros con el Doctor Brewer, que os guiará por el centro y os acogerá en sus instalaciones cuanto tiempo necesitéis.

Un señor de edad avanzada pero con aspecto de rudo marinero va manejando el bote.

Podéis divisar la isla, ya queda poco para arribar.
Os arrebujáis en vuestras prendas de abrigo.

Podéis actuar ahora cuanto queráis, antes de llegar a Isla del Norte.

[Ruttiger]

Aunque durante toda la travesía hemos mantenido un silencio necesariamente protocolario y no es que me apasione romperlo, me puede la curiosidad.
Me dirijo al compañero que tengo más cerca (NdR (Nota de Rutti): digamos Tillian, aunque no sé si puedo inventarme estas cosas, en realidad a mi personaje le da igual) y discretamente aunque a un volumen lo suficientemente alto para que lo escuchen los demás, no quisiera que pensasen que conspiro, con extraña cortesía algo anacrónica y artificial, sin disimular que en realidad lo que quiero es saber más de ellos:
- Estimado camarada. ¿No opinas que sería pertinente para el buen devenir de nuestra empresa adquirir un poco más de conocimiento recíproco? Va tíos, vamos a presentarnos. Como ya sabéis yo soy José de Lirio Tercero. Soy Onubense, profesor, estudioso y excelente confitero. ¿Y tú qué?


NdR: No teman herir mis sentimientos si tienen que señalarme que lo he hecho todo mal y que me he cagado en todos los preceptos más básicos del género. Estoy aprendiendo con ustedes, hamijos

[rianxeira]

Yo me acerco al señor que maneja el bote, le pregunto si es Ebenezer, e intento entablar una conversación con el para que me describa la isla y sus habitantes un poco mas en detalle

[Dolordebarriga]

Voy a proa en el bote mirando al horizonte, llevo un chubasquero de marino, calzo unas grandes botas, algo así (obviar la cara del personaje de la fotografía)



Me habéis visto extraer el chubasquero completo, al llegar al embarcadero, de una vieja maleta de viaje, bajo el chubasquero visto con un mono de trabajo tipo así y una camisa a cuadros, ambos bastante parcheados (volver a obviar la cara del fotografiado):




En el embarcadero he cambiado mi boina por el gorro del chubasquero.

Colgado al hombro llevo una funda larga de cuero



No hay que ser muy intuitivo para dar por hecho que dentro viaja un arma larga.

Estoy contento, desde que hemos embarcado no he dejado de canturrear, canto canciones del mar, aunque en algún momento, si alguien presta atención, la letra deja de entenderse para luego volver a ser entendible. Me giro y gritando por encima del ruido del motor digo:

- Me gusta el mar, me gusta mucho el mar pero no me gusta que se moje la ropa, la ropa mojada se estropea y no me gusta que se me estropee la ropa.

Sonrío, tengo una boca grande, de labios muy carnosos y no muestro casi nunca los dientes, que quedan casi siempre ocultos por mis grandes labios. Mis ojos son grandes, algo saltones, muy negros, como un pozo sin fondo y no tengo nada de pelo en la cara, el de la cabeza es muy oscuro y aparece apelmazado a mi cuero cabelludo. Diríais, los creyentes, que Dios no me dotó de un rostro agradable, soy feo de cojones, la verdad, la sonrisa perenne además, no me hace parecer especialmente listo, quizás es que no lo sea, hasta ahora mis comentarios no lo han sido en absoluto, siempre banales, optimistas y dicharacheros.

El mal trabajo que hizo Dios con mi rostro lo enmendó con mi cuerpo. Debo medir por encima del 1,95, puede que llegue a los dos metros, pero al andar algo encorvado es difícil precisarlo. Además de alto, lleno los pantalones y la camisa, soy una mole, de fuertes piernas, cuerpo y brazos. Como habéis visto casi siempre sonrío, ninguno de vosotros querrías imaginar que puede pasar si alguna vez dejo de sonreír.

[Ruttiger]

Me enciendo un cígar.

[Dolordebarriga]

Estoy contento, desde que hemos embarcado no he dejado de canturrear, canto canciones del mar, aunque en algún momento, si alguien presta atención, la letra deja de entenderse para luego volver a ser entendible. Me giro y gritando por encima del ruido del motor digo:

- Me gusta el mar, me gusta mucho el mar pero no me gusta que se moje la ropa, la ropa mojada se estropea y no me gusta que se me estropee la ropa.

Considero vital para el correcto discurrir de la historia, un documento sonoro que ayude a esclarecer un poco este punto.

El metaroleo en el otro hilo, Rutti. Rol aquí, metarol y risas en el otro hilo.

[Johann Krauss]

Excelente. @Ruttiger ha iniciado un intento de entablar conversación con sus compañeros para conocerse mejor durante la travesía, y @Dolordebarriga ha descrito con detalle su personaje, incluyendo documentación gráfica para visualizarle mejor. Ahora vamos con Rianxeira.

Yo me acerco al señor que maneja el bote, le pregunto si es Ebenezer, e intento entablar una conversación con el para que me describa la isla y sus habitantes un poco mas en detalle

Te confirma con voz áspera pero amable que efectivamente se llama Ebenezer.

-Le han hablado de mí, supongo. Curioso -Sonríe.

Cuando le preguntas por la isla te cuenta:

-Hay poco que ver allí. Es un lugar tranquilo y quizá por eso decidieron construir allí el psiquiátrico, para tener tranquila a toda esa gente. Los internos son en general familiares de gente que se puede permitir los gastos para tenerlos apartados y escondidos. Para que no les avergüencen en sociedad, pero eso es lo que creo yo, claro. El doctor Brewer es muy amable y trabajador. Me trata bien y nunca me ha escamoteado el salario. Eso es de respetar. Además, mantiene a todo el mundo a ralla allí. Creo que hay también acampando por la isla un experto en pájaros o algo así, haciendo un estudio.

Puedes observar que con la mano que no maneja el bote sujeta algo bajo su abrigo, cerca de su pecho.

[dunker]

¿Qué nos espera cuando lleguemos a la isla? Ya vadearemos ese río cuando lleguemos a la orilla. De momento, no sé quiénes son estos que componen el equipo. Debería informarme de las fortalezas y debilidades de cada uno de ellos si son quienes van a cubrir mi espalda en caso de necesidad. Los estudio visualmente. Seguro que alguno no tarda en decir algo.

Ajá, el primero. Este tal José de Lirio intenta entablar conversación. Le respondo, aunque la pregunta parece que está lanzada al aire.

- Me llamo Tillian. En todo caso, soy “estimada” camarada. Que no le confundan mis ropajes. Tampoco cometa el error de pensar que, por ser mujer, no estoy capacitada para esta misión. He ensartado con mi lanza a muchos… seres vivos.

Parece que mi respuesta no deja mucho lugar para réplicas.

El tipo este grande que se cree el capitán Ahab tampoco dice nada sobre él pero parece que quiere llamar la atención. Buen trabuco al hombro; tal vez también tenga un buen arpón. Pero estamos aquí con una misión. A mí no me gusta el mar. No me gusta estar en este barco. No me gusta llevar ropa.

El joven alto descubre que el marinero es Ebenezer. No da mucha información relevante sobre nuestro destino. Me resulta curioso el último dato que aporta, así que pregunto:

- ¿Pájaros? ¿Qué tipo de fauna hay en esa isla?

[Ruttiger]

Incapaz de darme por aludido por la actitud beligerante de Tillian continúo con mi catálogo de compañeros, sin perder oreja y anotar mentalmente los detalles del resto de conversaciones de la embarcación, particularmente interesado en la ornitología (aunque cualquier otro tema de conversación me habría provocado un interés similar), celebrando que la curiosidad de mis compañeros me ahorre un trabajo que me habría resultado un tanto incómodo.

Intuyo de su actitud inquieta que Philip será un objetivo interesante para continuar con mis pesquisas por lo que, un poco amenazado por su desorden, decido dirigirlas hacia él. Percibo, de Octavious, una cierta curiosidad por lo que decido que será más fácil entablar conversación si antes le cuento un poco más de mí. Con evidentes dificultades para la interacción social que me esfuerzo por vencer porque lo más importante es satisfacer mi curiosidad, logro describirme con cierta torpeza.

Soy, como ya dije, oriundo de Huelva aunque no tengo demasiado acento, o si lo tengo, que alguna traza habrá, no sería particularmente andaluz. Tengo, emm... 32 años, soy afable y formal, de educación evidente y elegancia y sobriedad aunque con cierta... ¿cómo describirlo? asimetría. Ligerísima, casi imperceptible pero que le da a todo mi conjunto una pátina de anacronismo difícil de concretar: Un calcetín más alto que el otro, el chaleco no combina con sus propios botones, el reloj de bolsillo cuelga del contrario al de su cadena, mis lupas cojean... También en mi forma de hablar, casi impecable, aunque a veces digo "lupas". Todo está en su sitio pero todo parece haber puesto allí de forma artificial. Mido metro setenta y seis, llevo bigote aceitado y no podría decirse que soy muy corpulento pero sin duda estoy en forma. Mi equipaje está compuesto exclusivamente de libros, tabaco y material de escritura.

¿Y qué me dice usted de usted, camarada Arneson? ¿Le gusta a usted el mar?

[Johann Krauss]

-¿Pájaros? ¿Qué tipo de fauna hay en esa isla?

-Estorninos, creo que se llaman -responde Ebenezer-. Y fauna no hay mucha. Algunos conejos que pululan por ahí. Ah, y el viejo Cicero, el gato. La mascota del lugar. Ese vaga a sus anchas por la isla. Vive más feliz que usted y que yo.

Ya os vais acercando a la isla. Desde donde estáis podéis ver la luz de un faro antiniebla que debe estar en algún punto de la isla.