La llamada (phorera) de Cthulhu - La Isla del Norte

[Dolordebarriga]

- ¿Y hay muchos peces, señor Eben...? Perdóneme usté pero no soy muy bueno para enrecordar los nombres de los demás (frotándose la cabeza por encima del gorro chubasquero) . Yo soy también de por aquí pero sé de buena tinta que los peces cambian mucho de un lugar a otro. La profundidad del profundo marino, las corrientes de las aguas, lo salado que esté el mar, cambian mucho los peces de un lugar a otro, sí señor,bien que lo sé yo.

[Johann Krauss]

-Ebenezer. Ebenezer Waite, señor. ¿Peces? -te mira un momento- Habrá los que suele haber alrededor de una isla. Allí no hay nadie que los pesque, o sea que imagino que habrá más de la cuenta. Nunca me he fijado si hay más o menos. Lo normal, diría yo.

[dunker]

Veo con alivio la orilla muy cerca. Estoy deseando llegar para que cese este frío marino y poder quitarme la chaqueta. Llevo un conjunto chaqueta, chaleco y pantalón de tweed, con camisa blanca y reloj con cadena. Debería haber dejado el chaleco, me aprieta mis menudos pero bien torneados senos. No llevo más equipaje que un pequeño bolso donde tengo algún útil para la misión. Esta vez no llevo la lanza, mi arma favorita, pero espero poder conseguir alguna vara al menos en cuanto lleguemos a la isla. Mientras tanto, mi bastón con empuñadura de marfil me servirá si es necesario.

La chica asiática menuda no ha abierto la boca. Me dan ganas de lanzarla al agua de una patada. Tampoco ha dicho nada el orejón pequeño nervioso. Vaya percal. En fin, les daré el beneficio de la duda. De momento.

Ya os vais acercando a la isla. Desde donde estáis podéis ver la luz de un faro antiniebla que debe estar en algún punto de la isla.

- Así que estorninos, conejos, un gato gordo y algún pez.... hum... Un faro antiniebla... (Máster, qué tiempo hace ahora mismo?). ¿Es habitual la niebla entre la costa y la isla, Sr. Ebenezer? ¿Ha tenido algún percance en estos trayectos a causa de esta circunstancia meteorológica?

[Johann Krauss]

- Así que estorninos, conejos, un gato gordo y algún pez.... hum... Un faro antiniebla... (Máster, qué tiempo hace ahora mismo?). ¿Es habitual la niebla entre la costa y la isla, Sr. Ebenezer? ¿Ha tenido algún percance en estos trayectos a causa de esta circunstancia meteorológica?

Ahora mismo estáis en invierno, hace un frío penetrante y húmedo, ya que estáis en plena mar, pero no hay niebla. Si lo preguntas por el faro, es posible que simplemente esté encendido también para alertar a las embarcaciones de la presencia de la isla para evitar accidentes.

-La niebla es algo habitual por aquí -te contesta Ebenezer-. No suelo tener mucho problema con ella. Me oriento bien gracias al faro. En general me oriento bien. Es algo necesario para alguien que ha viajado tanto por todo el mundo como yo, alguien que ha visto las cosas raras que he visto yo.

[Ruttiger]

De repente me importa un poco menos lo que tenga que contarme el orejas.

¿Qué cosas raras? Cuente, cuente.

[Dolordebarriga]

- Y yo que no hi he salido de Nueva Inglaterra ni hi cogido un tren y mucho menos un vión de esos. ¿Ha montado en un vión señor Eben? ¿No se ha morido de miedo? Yo me moriría de miedo, si señor, me moriría de miedo.

[Johann Krauss]

- Y yo que no hi he salido de Nueva Inglaterra ni hi cogido un tren y mucho menos un vión de esos. ¿Ha montado en un vión señor Eben? ¿No se ha morido de miedo? Yo me moriría de miedo, si señor, me moriría de miedo.

-Si se refiere a los aviones, caballero, no he montado en uno de esos. Pero he recorrido grandes distancias en globo aerostático. He viajado por América del Sur. Una vez que te acostumbras a volar no da tanto miedo, de hecho lo encuentras apasionante.

¿Qué cosas raras? Cuente, cuente.

-He visto... Veamos... ¿Alguna vez ha estado en el mar y una criatura ha salido a la superficie para mirarte a los ojos fijamente durante un buen rato? No sé qué diablos era aquella cosa, lo juro.

[Dolordebarriga]

- Y yo que no hi he salido de Nueva Inglaterra ni hi cogido un tren y mucho menos un vión de esos. ¿Ha montado en un vión señor Eben? ¿No se ha morido de miedo? Yo me moriría de miedo, si señor, me moriría de miedo.

-Si se refiere a los aviones, caballero, no he montado en uno de esos. Pero he recorrido grandes distancias en globo aerostático. He viajado por América del Sur. Una vez que te acostumbras a volar no da tanto miedo, de hecho lo encuentras apasionante.

¿Qué cosas raras? Cuente, cuente.

-He visto... Veamos... ¿Alguna vez ha estado en el mar y una criatura ha salido a la superficie para mirarte a los ojos fijamente durante un buen rato? No sé qué diablos era aquella cosa, lo juro.

- Jajajja, si eso es lo más raro que hi ha visto vamos apañaos. ¿La vio por aquí, señor Eben?- Al cabo de unos instantes rectifica azorado -Perdonime señor Eben, no mi tendría que haber reído, no señor, está muy feo reírse de lo que dicen los demás, discúlpeme usté si puede, señor Eben, a veces soy un a poco simplón, si señor, soy un a poco simplón sin querer.

[Szalai]

¿Y qué me dice usted de usted, camarada Arneson? ¿Le gusta a usted el mar?

El joven José de Lirio the Third me saca por un momento de mis pensamientos. No sé muy bien qué me ha preguntado. Tengo un mal cuerpo horroroso, Cuando voy a dirigirme a él me sobreviene una arcada y vomito sobre su calzado. Me disculpo y tartamudeando le digo en voz trémula "No logro acostumbrarme". Le ofrezco un pañuelo por cortesía que rechaza. Le pregunto, con un hilo de voz, "De qué conoce usted a Harry Matheson?".


Aprovecho para dirigirme a Ebenezer acerca de si la única forma de comunicación entre la isla y la ciudad es su barca y sobre cómo podríamos localizarlo en caso de necesidad en caso de que, por un imprevisto, necesitásemos de sus servicios ya sea para volver a la ciudad o para que nos hiciera de transportista.

[Johann Krauss]

El joven José de Lirio the Third me saca por un momento de mis pensamientos. No sé muy bien qué me ha preguntado. Tengo un mal cuerpo horroroso, Cuando voy a dirigirme a él me sobreviene una arcada y vomito sobre su calzado. Me disculpo y tartamudeando le digo en voz trémula "No logro acostumbrarme". Le ofrezco un pañuelo por cortesía que rechaza. Le pregunto, con un hilo de voz, "De qué conoce usted a Harry Matheson?".

Ebenezer observa el vómito en el suelo del bote. Quizá se plantee que luego va a tener que limpiarlo, aunque debe haber visto cosas peores en sus días de marino.

En cuanto a Harry Matheson, convendría aclarar que es alguien que tenéis todos en común. Un día apareció ante cada uno de vosotros y os ofreció un trabajo bien pagado y honesto, después de hablaros de fuerzas sobrenaturales y malignas, y de cómo la Organización Filantrópica Axelrod estaba planeando crear un grupo de individuos excepcionales para combatirlas. Pero podéis hablar de todo esto y desarrollarlo a vuestra manera si queréis.

Aprovecho para dirigirme a Ebenezer acerca de si la única forma de comunicación entre la isla y la ciudad es su barca y sobre cómo podríamos localizarlo en caso de necesidad en caso de que, por un imprevisto, necesitásemos de sus servicios ya sea para volver a la ciudad o para que nos hiciera de transportista.

-Pues sí. Entre la isla y tierra sólo está mi bote. Pero no se preocupen. Yo tengo una casita también en la isla, donde me quedaré. Estaré ahí para lo que necesiten.