Quicksilver, yo te invoco.
Latro escribió:Álvaro, ¿niegas que tu movimiento durante días fue el de alfil a E4?
No creo que el afirmar que es cierto que niego que mi movimiento durante días fue el de alfil a E4, equivalga a decir que no sea verdadero lo que tú dices.
Es decir: sí.
¿Puedes demostrar lo contrario?
[...] se vio tragado por la boca de una decadencia larga y serpenteante, de la que no volvería a salir hasta que, al final mismo de sus días, se enamoró por fin de su mujer.
Alvarito escribió:¿Puedes demostrar lo contrario?
Sabes que no.
Pero como tus tonterías me han cansado voy a hacer una cosa: o reconoces que el movimiento que en un principio posteaste es el de alfil a E4 o me retiro de la partida. Te he ganado tantas veces que no hacerlo una vez más me importa poco. :-)
Me parece increíble que además de haber estado casi medio año sin mover tengas ahora otro de tus ataquitos, pesado.
Latro escribió:[...] o me retiro de la partida.
Eso te daría automáticamente la derrota.
Si sigues queriendo retirarte con esas condiciones, sólo me joderá no poder terminar yo una partida en la que tenía las de ganar.
[...] se vio tragado por la boca de una decadencia larga y serpenteante, de la que no volvería a salir hasta que, al final mismo de sus días, se enamoró por fin de su mujer.
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Histérico, sigue desde ahí. Y olvídate de mí durante cinco días.
[...] se vio tragado por la boca de una decadencia larga y serpenteante, de la que no volvería a salir hasta que, al final mismo de sus días, se enamoró por fin de su mujer.
Histérico.
Hacía mucho que no te veía tan histérico.
Histérico.
Prez, ¿reciclas el hilo o abro uno nuevo?
PD: Estoy en medio de un puto examen y me meto a ver qué pasa aquí. Estoy mal de la cabeza.
Hacía mucho que no te veía tan histérico.
Histérico.
Prez, ¿reciclas el hilo o abro uno nuevo?
PD: Estoy en medio de un puto examen y me meto a ver qué pasa aquí. Estoy mal de la cabeza.
[...] se vio tragado por la boca de una decadencia larga y serpenteante, de la que no volvería a salir hasta que, al final mismo de sus días, se enamoró por fin de su mujer.