Insert your micro relato here
- Criadillas
- Palomitero mórbido
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Re: Insert your micro relato here
Mecagonlaputa CUANTA GRANDEZA!
- Chiflágoras
- Imán
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Re: Insert your micro relato here
Alfalfa tu eres lo mas mejon y tu relato me ha hecho mil veses mas de felicidad que conocer mujera. Y ese final debería estudiarse en las aulas de literatura y hasta en las de arquitectura.
Re: Insert your micro relato here
Grasia hamigor, me hase ilusion que sos gusten mis chominaícas. Sos boi a escribir otra más larga pero más como pa leerla en un día llubioso como el de hoy:
Cuando los dos hamigos hubieron bajado del autobús, lo primero que hicieron fue darse vuelta. Perico, hinchando su pecho como un palomo bravío, le dijo a Críspulo:
-¿Ves gilipollas? ¡Sepulvedana se escribe con uve! Me debes cien duros.
Después de tan bochornosa arenga, cocinada tras una disputa de más de dos horas desde que subieron al autobús, Críspulo, buscando en su bolsillo la moneda que se había apostado con Perico durante el trayecto, refunfuñó irritado:
-wdffwljkdglsfstw rrr rjskrjwrrr r rwrrwrrrmecagoentotuputamadresocabronfrrjjrjs
Acto seguido, procedieron a estirar sus maltrechos cuerpos, pieles forradas de grasa debido a la ausencia total de ejercicio en sus vidas. Ambos se habían librado de la mili por pies planos, y ambos cobraban una pensión de invalidez permanente por diferentes razones que no vienen al caso.
Cargaron con sus mochilas y se fueron hacia el interior de la estación, en busca de un kiosko en el que no hubiera mucha cola. Perico se compró un Jueves y un paquete de Torcis de los grandes, y Críspulo una palmera blanca cubierta de azúcar y crema. Aún tenían un paquete y medio de galletas con chocolate del Lidl, en la bolsa que llevaba Críspulo atada a su mochila, pero la gula les pudo one more time. Hacía un día estupendo: un sol radiante, 23 grados en el termómetro de la estación, los tordos chiflaban sobre las antenas..., pero la verdad es que a nuestros hamigos todo esto se la traía bien floja: habían salido del pueblo con la intención de irse de putas a la ciudad, donde naiden los conosían, y esa actividad la desarrollarían bajo techo como mandan los cánones. Eso de irse de putas a los polígonos no era del agrado de nuestros hamigos, podían pillar argo.
Su pueblo era muy chico y los puteros estaban muy mal vistos allí, y aunque la ruta de entre su pueblo y la ciudad estaba plagada de puticlubs de carretera, con buenas putas del este y buenas negras, les daban mucho asca los camioneros que siempre andaban en los locales. Esto se debía a que una vez, un cuñao de Críspulo que es camionero le contó que una tarde que había parado en una zona de descanso a echar un cuscurro, un camionero que estaba allí también le había guiñado el ojo desde fuera y se había sacado la chorra en clara señal de himbitación al acto homosexuarl. Los camioneros, para Críspulo (incluido por supuesto su cuñado) no eran de fiar desde aquella historia. Eran como los presos pero encerrados en camiones llenos de estampas de santos y de almanaques con tías con las tetak´s al aire, sí, pero ¿quién se fía de un tío con barba de tres días y con un San Cristóbal con el culo imantado en el chasis, un tiparraco que llevaba toda la noche escuchando a Iker Jiménez y Hablar por hablar, que se comunica con el resto de la humanidad mediante una emisora cuyo terminal le cuelga del techo? Críspulo y Perico, desde luego que no se fiaban, y por eso y muchas cosas más les daban mucho aska los puticlubs de carretera y sus putas. Además a ellos les gustaba especialmente que las putas fuesen viejas, que estuvieran curtidas en el oficio y que olieran a Lavanda. Lo que les gustaba de verdad eran las casas de putas a la antigua usanza, con sus mirillas en las puertas y su madamme vieja olisqueando por los pasillos a ver qué se cocía en los cuartos.
Al salir a la calle, Perico fue a la cabina de teléfonos que había en la acera de enfrente para telefonear a casa. Críspulo abrió el paquete de galletas con chocolate.
-Mamá, que hoy me quedo a dormir otra vez en la viña, que antenoche se coló otro zorro y se llevó tres pollos y voy a ver si lo pillo con unos cepos...
¿Cómo? ¿a la abuela? ¿Otra vez? ¡Pero qué me estás contando!
...
Venga, ya voy pa allá...
Perico, aturdido, salió de la cabina y le dijo a Críspulo:
-Colega, ve cascándotela que eso será lo más parecido a ir de putas que harás hoy. El Chindo se ha vuelto a follar a mi abuela.
-¿El mastín?, dijo Críspulo cambiándosele la cara como a un guiñapo.
-Sí. Tranqui que pago los billetes yo.
-No te jode, hijoputah, con mis cien duros.
Cuando los dos hamigos hubieron bajado del autobús, lo primero que hicieron fue darse vuelta. Perico, hinchando su pecho como un palomo bravío, le dijo a Críspulo:
-¿Ves gilipollas? ¡Sepulvedana se escribe con uve! Me debes cien duros.
Después de tan bochornosa arenga, cocinada tras una disputa de más de dos horas desde que subieron al autobús, Críspulo, buscando en su bolsillo la moneda que se había apostado con Perico durante el trayecto, refunfuñó irritado:
-wdffwljkdglsfstw rrr rjskrjwrrr r rwrrwrrrmecagoentotuputamadresocabronfrrjjrjs
Acto seguido, procedieron a estirar sus maltrechos cuerpos, pieles forradas de grasa debido a la ausencia total de ejercicio en sus vidas. Ambos se habían librado de la mili por pies planos, y ambos cobraban una pensión de invalidez permanente por diferentes razones que no vienen al caso.
Cargaron con sus mochilas y se fueron hacia el interior de la estación, en busca de un kiosko en el que no hubiera mucha cola. Perico se compró un Jueves y un paquete de Torcis de los grandes, y Críspulo una palmera blanca cubierta de azúcar y crema. Aún tenían un paquete y medio de galletas con chocolate del Lidl, en la bolsa que llevaba Críspulo atada a su mochila, pero la gula les pudo one more time. Hacía un día estupendo: un sol radiante, 23 grados en el termómetro de la estación, los tordos chiflaban sobre las antenas..., pero la verdad es que a nuestros hamigos todo esto se la traía bien floja: habían salido del pueblo con la intención de irse de putas a la ciudad, donde naiden los conosían, y esa actividad la desarrollarían bajo techo como mandan los cánones. Eso de irse de putas a los polígonos no era del agrado de nuestros hamigos, podían pillar argo.
Su pueblo era muy chico y los puteros estaban muy mal vistos allí, y aunque la ruta de entre su pueblo y la ciudad estaba plagada de puticlubs de carretera, con buenas putas del este y buenas negras, les daban mucho asca los camioneros que siempre andaban en los locales. Esto se debía a que una vez, un cuñao de Críspulo que es camionero le contó que una tarde que había parado en una zona de descanso a echar un cuscurro, un camionero que estaba allí también le había guiñado el ojo desde fuera y se había sacado la chorra en clara señal de himbitación al acto homosexuarl. Los camioneros, para Críspulo (incluido por supuesto su cuñado) no eran de fiar desde aquella historia. Eran como los presos pero encerrados en camiones llenos de estampas de santos y de almanaques con tías con las tetak´s al aire, sí, pero ¿quién se fía de un tío con barba de tres días y con un San Cristóbal con el culo imantado en el chasis, un tiparraco que llevaba toda la noche escuchando a Iker Jiménez y Hablar por hablar, que se comunica con el resto de la humanidad mediante una emisora cuyo terminal le cuelga del techo? Críspulo y Perico, desde luego que no se fiaban, y por eso y muchas cosas más les daban mucho aska los puticlubs de carretera y sus putas. Además a ellos les gustaba especialmente que las putas fuesen viejas, que estuvieran curtidas en el oficio y que olieran a Lavanda. Lo que les gustaba de verdad eran las casas de putas a la antigua usanza, con sus mirillas en las puertas y su madamme vieja olisqueando por los pasillos a ver qué se cocía en los cuartos.
Al salir a la calle, Perico fue a la cabina de teléfonos que había en la acera de enfrente para telefonear a casa. Críspulo abrió el paquete de galletas con chocolate.
-Mamá, que hoy me quedo a dormir otra vez en la viña, que antenoche se coló otro zorro y se llevó tres pollos y voy a ver si lo pillo con unos cepos...
¿Cómo? ¿a la abuela? ¿Otra vez? ¡Pero qué me estás contando!
...
Venga, ya voy pa allá...
Perico, aturdido, salió de la cabina y le dijo a Críspulo:
-Colega, ve cascándotela que eso será lo más parecido a ir de putas que harás hoy. El Chindo se ha vuelto a follar a mi abuela.
-¿El mastín?, dijo Críspulo cambiándosele la cara como a un guiñapo.
-Sí. Tranqui que pago los billetes yo.
-No te jode, hijoputah, con mis cien duros.
- Perro De Lobo
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Arqueología literaria
Seis años, pasaron seis putos años para que pudiera atar cabos. Qué tonta.
No hacía más de una hora atrás que había buscado y rebuscado en la modesta biblioteca. Y sosteniendo este pequeño diario polvoriento entre sus manos, sopló sobre la cubierta y pensó que igual lo que andaba buscando estaba aquí.
Decidida a encontrar algo en concreto, comenzó a leer todas y cada una de las páginas, con detenimiento y mucho gozo.
Finalmente no encontró lo que buscaba, pero concretó algo encontrado y descubrió que...
...era un puto chiste de los malos.
Tu, ahora te toca a ti,
Warrilla, Mongo ever, o whatever,
LunaOskura.
Seis años, pasaron seis putos años para que pudiera atar cabos. Qué tonta.
No hacía más de una hora atrás que había buscado y rebuscado en la modesta biblioteca. Y sosteniendo este pequeño diario polvoriento entre sus manos, sopló sobre la cubierta y pensó que igual lo que andaba buscando estaba aquí.
Decidida a encontrar algo en concreto, comenzó a leer todas y cada una de las páginas, con detenimiento y mucho gozo.
Finalmente no encontró lo que buscaba, pero concretó algo encontrado y descubrió que...
¡1001!
¡1001!
¿900?
¡1001, 00!
600, contesta.
...era un puto chiste de los malos.
Tu, ahora te toca a ti,
Warrilla, Mongo ever, o whatever,
LunaOskura.
Sinceramente, querida, me importa un bledo.
- LunaOskura
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- Ubicación: Desde Dresden con desdén
Re: Insert your micro relato here
¿Cuchillo y tenedor ...o tenedor y cuchillo?
A veces trabajar con personas es difícil, porque nunca sabes lo que quieren. Y te pagan por satisfacerlas. OK. Nunca por comértelas....
Cuando llega la hora de los postres, es en lo único que pienso, y ofrezco... ¿Cuchilllo y tenedor, o tenedor y cuchillo¨?
A veces trabajar con personas es difícil, porque nunca sabes lo que quieren. Y te pagan por satisfacerlas. OK. Nunca por comértelas....
Cuando llega la hora de los postres, es en lo único que pienso, y ofrezco... ¿Cuchilllo y tenedor, o tenedor y cuchillo¨?
Sinceramente, querida, me importa un bledo.
Re: Insert your micro relato here
Carlos se sorprendió sorprendiéndose del color del café. No estaba acostumbrado a la sorpresa aunque a la vez, para él, todo fuera siempre inesperado; la rutina se basa en una gestión más o menos mecánica de las expectativas y hacía años que Carlos había logrado deshacerse totalmente de ellas.
Inocente de niño, de juventud ingenua y adolescencia turbulenta, aprendió, a base de golpes de sartén en el entrecejo, billetes de lotería caducados y frustración sentimental, que la ilusión no le provocaba más que decepciones. Y cuando, por fin, pudo permitírselo compró, en la ferretería más cercana, un inhibidor de expectativas temporal. No supo saberse satisfecho del resultado hasta que se le pasó el efecto a las pocas semanas, cuando tomó la determinación de operarse para hacerlo permanente. Al ser, el de Carlos, un caso tan extremo, la seguridad social decidió financiarle la cirugía y, un martes de noviembre, despertó de la anestesia despojado para siempre de esperanza.
Inocente de niño, de juventud ingenua y adolescencia turbulenta, aprendió, a base de golpes de sartén en el entrecejo, billetes de lotería caducados y frustración sentimental, que la ilusión no le provocaba más que decepciones. Y cuando, por fin, pudo permitírselo compró, en la ferretería más cercana, un inhibidor de expectativas temporal. No supo saberse satisfecho del resultado hasta que se le pasó el efecto a las pocas semanas, cuando tomó la determinación de operarse para hacerlo permanente. Al ser, el de Carlos, un caso tan extremo, la seguridad social decidió financiarle la cirugía y, un martes de noviembre, despertó de la anestesia despojado para siempre de esperanza.
CacaDeLuxe escribió: ↑03 Ago 2021 09:53 eres un cuck wokero de los que tiene un discurso de covidiota emponzoñado grafenado bozalero aplaudidor de balcon
Re: Insert your micro relato here
Aspiro a la hegemonía mundial.
Re: Insert your micro relato here
Puede ser una manzana varón. El macho de la manzana no es el manzano, porque si se lían una manzana como un manzano sería como el análogo en porno de BBC.
Aspiro a la hegemonía mundial.