Es que ese es el problema, aquí casi todos estaremos en contra de las burbujas y de la especulación pero es que este tema del librico no tiene nada que ver ni con lo uno ni con lo otro. Puedes estar más o menos de acuerdo con el tema o pensar que vender por encima del coste original no esta bien. Pero no lo puedes equiparar a la especulación o la creación de burbujas económicas.Doctor Beaker escribió: ↑29 Mar 2022 20:25 Si nos vamos a rasgar las vestiduras por todo, después resulta que todo es igual de malo, y va a ser que no, que no es así *para nada*. Que se esté tratando de crear una escasez artificial para mitigar el ¡horror! de que las obras en formato digital tengan un costo de duplicación insignificante, por ejemplo, es preocupante a cagarse. Que alguien diga "oye, tienes un caprichito y no te vale cualquiera de las copias idénticas de ese libro, pues a ver cuánto vale para ti el capricho", creo que es perfectamente inocuo.
compra-ventas phoriles: el wallapop de confianza
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Re: compra-ventas phoriles: el wallapop de confianza
Man debío de poner garrafón
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Re: compra-ventas phoriles: el wallapop de confianza
Aclaremos, aunque sea innecesario, que el libro no es una novela al uso, sino que es un artefacto bastante chulo, y que para editarlo como merecía en lo formal se unieron dos editoriales gafapastas, un traductor de prestigio y echaron el resto en la edición (colores, imágenes, maquetación...).
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Re: compra-ventas phoriles: el wallapop de confianza
Es gracioso porque justo ayer vendí un libro al doble del precio al que lo compré hace seis meses. Me habría gustado venderlo al triple, pero no pudo ser. No lo he leído, ni pensé hacerlo en ningún momento, sino que de forma indirecta sabía que ese libro tenía cierta demanda, vi una ganga y me dije para mí mismo: con esto me saco 40 pavacos y me pago un cenorrio guapo (pensamiento de pobre, que 40€ para cenar en Madrid puede que estén bien gastados o no y te comas una suela de zapato). Al final solamente han sido 20€ de beneficio y tendrá que ser un buen desayuno, pero igualmente el rendimiento de la inversión ha sido del 100%, que ya les gustaría a los de los bonos del estado y esas mierdas. Ya no lo hago nunca, he dejado eso por vagancia, no por conciencia de niño de 12 años con un 10 (ah, no, que no va a haber numeritos) en Valores Cívicos y Éticos, pero en esta ocasión no pude resistirme.
Es más gracioso todo esto porque hace 3-4 años, no sé si esto lo he contado ya aquí, tuve controlados los precios de los libros de cierto autor en el mercado español de segunda mano de Wallapop. Diría que durante unos 12 meses aproximadamente, quizá algo más. Sabía que eran muy demandados porque yo era uno de esos fulanos que buscaban esos libros y era más que consciente de lo difícil que era encontrarlos. El esfuerzo económico y de tiempo que suponía ir uno tras otros y lo carísima que me iba a salir toda la conlecció me hizo pensar y concluí que si me esforzaba que tuviera recompensa doble. Me dediqué a hacer scraping (a manubrio, nada de automatizaciones), a comprar siempre que podía y veía alguna cosa que bajaba por debajo de la media y luego fijar yo los precios en Wallapop. Noté la resistencia del mercado, pero se fue plegando a mi voluntad. Era divertido cuando conseguía varios ejemplares del mismo libro, pero para mantener la escasez y disminuir la sensación de manipulación no los sacaba todos a la vez, sino poco a poco, o los sacaba y los reservaba inmediatamente y luego los hacía desaparecer hasta tiempo después para que algún loco detallista no viera que era el mismo ejemplar. También me permitió, al pasar por mis manos, varios ejemplares de los mismos libros, ir haciendo selección y quedarme con los que consideraba que estaban en mejor estado, refinando mi colección y disfrutando del sufrimiento de decidir si quedarse con uno o con otro porque los microdefectos no eran comparables. Era bonito y divertidísimo se mirara por donde se mirara, a o ser que estuviera mirando Ruttiger por encima del hombro.
El resultado de todo aquello fue que gracias a ese trabajo, mala uva y tortura libresca me pude pagar la colección que me faltaba y recuperar el dinero de los que había comprado previamente. Me salió gratis. Hablamos de entre 700 y 800€, para lo que tuve que vender unos 30 libros y tener un circulante de 300€-400€, que no era poco para un puto desgraciado como era yo en aquellos tiempos (ahora lo soy menos). Pero es que era divertido, muy divertido si me paro a pensarlo. Hubo algunos compradores que en el momento de la transacción me preguntaron cómo lo hacía, casi siempre vendía en mano, y yo me inventaba, cuando tenían la osadía de inmiscuirse en esos asuntos personala, que tenía contactos en las librerías de segunda mano madrileñas o que mi padre era amigo de amigos del autor y me iba informando cuando alguien se quería desahacer de algun ejemplar. Yo, con mi cara de gilipollas me estaba convirtiendo en un personaje oscuro de los bajos fondos literarios madrileños de muy poca monta para esos pobres ansiosos, que sacaban de la cartera billetes que les dolía físicamente entregar, que los traían bien arrugados y sudados, y que veías cómo sus pulgares estaban rojos por la presión con la que los pinzaban antes de dármelos. Los que preguntaban esas cosas no eran de los más mayores, sino ingenuos o semianalfabetos digitales que demostraban un pequeño signo de rabia o envidia en el tono. Lo bonito, también, fue ver la variedad y heterogeneidad de los compradores. Desde chavales jovencísimos, a resabiados de mediana edad, entusiastas idealistas de mi misma edad, viejos secos como la mojama o pijazas equivocadísimas que ni se dignaban a salir del asiento de copiloto y mandaban al marido pijazo salir del cochazo a hacer el intercambio conmigo. Disfruto todavía imaginando la cara de incomprensión absoluta cuando, en la cama, leyendo al lado de una lamparita horterísima de granuja de medio pelo comprobara la pobre mujer que los títulos no son siempre lo que parecen o que sí que lo son, pero a veces para leer hay que pensar.
Ahora ya me he quedado solamente, salvo excepciones como la que abría este post, con el papel de comprador de libros caros de segunda mano. Los fulanos que me los venden no han hecho más que conservarlos 20, 30, 40 años o 2 meses porque están haciendo de revendedores sin más, quién sabe. Eso tiene valor si los libros están en buenas condiciones porque de esas ediciones ya no hay y son un objeto de coleccionista, sin más. Me refiero a la edición, al objeto físico, porque el libro lo puedes leer en pdf en esa misma edición pirateando felizmente en cualquier cacharro con pantalla. En alguna ocasión hasta he estado dispuesto a pagar un precio que sabía algo abusivo, pero porque el coste/beneficio y la extensión en el tiempo para no conseguirlo a un precio abusivo, aunque alto en cualquier caso, no me compensaba. Chapeau por ese par de pollos que me sacaron los cuartos.
Burbujas. Gentuza sin corazón. Todos sin excepción. Manifestémonos todos en la Cuesta de Moyano, en el Rastro, por la injusticia en el mundo, por la especulación, por los BMWs pagados con paleta y los Mercedes alquilados con dividendos. No a la venta de libros de segunda mano, no a la venta de cromos de segunda mano, no a la venta de monedas de segunda mano, no a la venta de sellos de segunda mano. Viva los artículos de 1€, 2€ y 5€ de los chinos, que son, del primer céntimo al último, todo valor añadido. A-ña-di-dí-si-mo.
Es más gracioso todo esto porque hace 3-4 años, no sé si esto lo he contado ya aquí, tuve controlados los precios de los libros de cierto autor en el mercado español de segunda mano de Wallapop. Diría que durante unos 12 meses aproximadamente, quizá algo más. Sabía que eran muy demandados porque yo era uno de esos fulanos que buscaban esos libros y era más que consciente de lo difícil que era encontrarlos. El esfuerzo económico y de tiempo que suponía ir uno tras otros y lo carísima que me iba a salir toda la conlecció me hizo pensar y concluí que si me esforzaba que tuviera recompensa doble. Me dediqué a hacer scraping (a manubrio, nada de automatizaciones), a comprar siempre que podía y veía alguna cosa que bajaba por debajo de la media y luego fijar yo los precios en Wallapop. Noté la resistencia del mercado, pero se fue plegando a mi voluntad. Era divertido cuando conseguía varios ejemplares del mismo libro, pero para mantener la escasez y disminuir la sensación de manipulación no los sacaba todos a la vez, sino poco a poco, o los sacaba y los reservaba inmediatamente y luego los hacía desaparecer hasta tiempo después para que algún loco detallista no viera que era el mismo ejemplar. También me permitió, al pasar por mis manos, varios ejemplares de los mismos libros, ir haciendo selección y quedarme con los que consideraba que estaban en mejor estado, refinando mi colección y disfrutando del sufrimiento de decidir si quedarse con uno o con otro porque los microdefectos no eran comparables. Era bonito y divertidísimo se mirara por donde se mirara, a o ser que estuviera mirando Ruttiger por encima del hombro.
El resultado de todo aquello fue que gracias a ese trabajo, mala uva y tortura libresca me pude pagar la colección que me faltaba y recuperar el dinero de los que había comprado previamente. Me salió gratis. Hablamos de entre 700 y 800€, para lo que tuve que vender unos 30 libros y tener un circulante de 300€-400€, que no era poco para un puto desgraciado como era yo en aquellos tiempos (ahora lo soy menos). Pero es que era divertido, muy divertido si me paro a pensarlo. Hubo algunos compradores que en el momento de la transacción me preguntaron cómo lo hacía, casi siempre vendía en mano, y yo me inventaba, cuando tenían la osadía de inmiscuirse en esos asuntos personala, que tenía contactos en las librerías de segunda mano madrileñas o que mi padre era amigo de amigos del autor y me iba informando cuando alguien se quería desahacer de algun ejemplar. Yo, con mi cara de gilipollas me estaba convirtiendo en un personaje oscuro de los bajos fondos literarios madrileños de muy poca monta para esos pobres ansiosos, que sacaban de la cartera billetes que les dolía físicamente entregar, que los traían bien arrugados y sudados, y que veías cómo sus pulgares estaban rojos por la presión con la que los pinzaban antes de dármelos. Los que preguntaban esas cosas no eran de los más mayores, sino ingenuos o semianalfabetos digitales que demostraban un pequeño signo de rabia o envidia en el tono. Lo bonito, también, fue ver la variedad y heterogeneidad de los compradores. Desde chavales jovencísimos, a resabiados de mediana edad, entusiastas idealistas de mi misma edad, viejos secos como la mojama o pijazas equivocadísimas que ni se dignaban a salir del asiento de copiloto y mandaban al marido pijazo salir del cochazo a hacer el intercambio conmigo. Disfruto todavía imaginando la cara de incomprensión absoluta cuando, en la cama, leyendo al lado de una lamparita horterísima de granuja de medio pelo comprobara la pobre mujer que los títulos no son siempre lo que parecen o que sí que lo son, pero a veces para leer hay que pensar.
Ahora ya me he quedado solamente, salvo excepciones como la que abría este post, con el papel de comprador de libros caros de segunda mano. Los fulanos que me los venden no han hecho más que conservarlos 20, 30, 40 años o 2 meses porque están haciendo de revendedores sin más, quién sabe. Eso tiene valor si los libros están en buenas condiciones porque de esas ediciones ya no hay y son un objeto de coleccionista, sin más. Me refiero a la edición, al objeto físico, porque el libro lo puedes leer en pdf en esa misma edición pirateando felizmente en cualquier cacharro con pantalla. En alguna ocasión hasta he estado dispuesto a pagar un precio que sabía algo abusivo, pero porque el coste/beneficio y la extensión en el tiempo para no conseguirlo a un precio abusivo, aunque alto en cualquier caso, no me compensaba. Chapeau por ese par de pollos que me sacaron los cuartos.
Burbujas. Gentuza sin corazón. Todos sin excepción. Manifestémonos todos en la Cuesta de Moyano, en el Rastro, por la injusticia en el mundo, por la especulación, por los BMWs pagados con paleta y los Mercedes alquilados con dividendos. No a la venta de libros de segunda mano, no a la venta de cromos de segunda mano, no a la venta de monedas de segunda mano, no a la venta de sellos de segunda mano. Viva los artículos de 1€, 2€ y 5€ de los chinos, que son, del primer céntimo al último, todo valor añadido. A-ña-di-dí-si-mo.
Fulanita escribió:Pues no se, chico. Será que eres muy heterosexual, o que de hombres no tienes ni puta idea. Tómatelo como un cumplido.
(x^2+y^2-1)^3-x^2y^3=0
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Re: compra-ventas phoriles: el wallapop de confianza
Ojaládios que la colección fuesen las Memorias de Arévalo.
Dunkis dijo:
Criadillas es un hombre triste de derechas, quién lo iba a decir.
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Re: compra-ventas phoriles: el wallapop de confianza
Esto sin encambio si que es especulación. Aunque no por motivos espureos como nos cuenta el hamigo pero especulación al fin y al cabo. Compró produrtos "baratos" esperando venderlos por más dinero.Gandalfini escribió: ↑30 Mar 2022 10:48 Es gracioso porque justo ayer vendí un libro al doble del precio al que lo compré hace seis meses. Me habría gustado venderlo al triple, pero no pudo ser. No lo he leído, ni pensé hacerlo en ningún momento, sino que de forma indirecta sabía que ese libro tenía cierta demanda, vi una ganga y me dije para mí mismo: con esto me saco 40 pavacos y me pago un cenorrio guapo (pensamiento de pobre, que 40€ para cenar en Madrid puede que estén bien gastados o no y te comas una suela de zapato). Al final solamente han sido 20€ de beneficio y tendrá que ser un buen desayuno, pero igualmente el rendimiento de la inversión ha sido del 100%, que ya les gustaría a los de los bonos del estado y esas mierdas. Ya no lo hago nunca, he dejado eso por vagancia, no por conciencia de niño de 12 años con un 10 (ah, no, que no va a haber numeritos) en Valores Cívicos y Éticos, pero en esta ocasión no pude resistirme.
Es más gracioso todo esto porque hace 3-4 años, no sé si esto lo he contado ya aquí, tuve controlados los precios de los libros de cierto autor en el mercado español de segunda mano de Wallapop. Diría que durante unos 12 meses aproximadamente, quizá algo más. Sabía que eran muy demandados porque yo era uno de esos fulanos que buscaban esos libros y era más que consciente de lo difícil que era encontrarlos. El esfuerzo económico y de tiempo que suponía ir uno tras otros y lo carísima que me iba a salir toda la conlecció me hizo pensar y concluí que si me esforzaba que tuviera recompensa doble. Me dediqué a hacer scraping (a manubrio, nada de automatizaciones), a comprar siempre que podía y veía alguna cosa que bajaba por debajo de la media y luego fijar yo los precios en Wallapop. Noté la resistencia del mercado, pero se fue plegando a mi voluntad. Era divertido cuando conseguía varios ejemplares del mismo libro, pero para mantener la escasez y disminuir la sensación de manipulación no los sacaba todos a la vez, sino poco a poco, o los sacaba y los reservaba inmediatamente y luego los hacía desaparecer hasta tiempo después para que algún loco detallista no viera que era el mismo ejemplar. También me permitió, al pasar por mis manos, varios ejemplares de los mismos libros, ir haciendo selección y quedarme con los que consideraba que estaban en mejor estado, refinando mi colección y disfrutando del sufrimiento de decidir si quedarse con uno o con otro porque los microdefectos no eran comparables. Era bonito y divertidísimo se mirara por donde se mirara, a o ser que estuviera mirando Ruttiger por encima del hombro.
El resultado de todo aquello fue que gracias a ese trabajo, mala uva y tortura libresca me pude pagar la colección que me faltaba y recuperar el dinero de los que había comprado previamente. Me salió gratis. Hablamos de entre 700 y 800€, para lo que tuve que vender unos 30 libros y tener un circulante de 300€-400€, que no era poco para un puto desgraciado como era yo en aquellos tiempos (ahora lo soy menos). Pero es que era divertido, muy divertido si me paro a pensarlo. Hubo algunos compradores que en el momento de la transacción me preguntaron cómo lo hacía, casi siempre vendía en mano, y yo me inventaba, cuando tenían la osadía de inmiscuirse en esos asuntos personala, que tenía contactos en las librerías de segunda mano madrileñas o que mi padre era amigo de amigos del autor y me iba informando cuando alguien se quería desahacer de algun ejemplar. Yo, con mi cara de gilipollas me estaba convirtiendo en un personaje oscuro de los bajos fondos literarios madrileños de muy poca monta para esos pobres ansiosos, que sacaban de la cartera billetes que les dolía físicamente entregar, que los traían bien arrugados y sudados, y que veías cómo sus pulgares estaban rojos por la presión con la que los pinzaban antes de dármelos. Los que preguntaban esas cosas no eran de los más mayores, sino ingenuos o semianalfabetos digitales que demostraban un pequeño signo de rabia o envidia en el tono. Lo bonito, también, fue ver la variedad y heterogeneidad de los compradores. Desde chavales jovencísimos, a resabiados de mediana edad, entusiastas idealistas de mi misma edad, viejos secos como la mojama o pijazas equivocadísimas que ni se dignaban a salir del asiento de copiloto y mandaban al marido pijazo salir del cochazo a hacer el intercambio conmigo. Disfruto todavía imaginando la cara de incomprensión absoluta cuando, en la cama, leyendo al lado de una lamparita horterísima de granuja de medio pelo comprobara la pobre mujer que los títulos no son siempre lo que parecen o que sí que lo son, pero a veces para leer hay que pensar.
Ahora ya me he quedado solamente, salvo excepciones como la que abría este post, con el papel de comprador de libros caros de segunda mano. Los fulanos que me los venden no han hecho más que conservarlos 20, 30, 40 años o 2 meses porque están haciendo de revendedores sin más, quién sabe. Eso tiene valor si los libros están en buenas condiciones porque de esas ediciones ya no hay y son un objeto de coleccionista, sin más. Me refiero a la edición, al objeto físico, porque el libro lo puedes leer en pdf en esa misma edición pirateando felizmente en cualquier cacharro con pantalla. En alguna ocasión hasta he estado dispuesto a pagar un precio que sabía algo abusivo, pero porque el coste/beneficio y la extensión en el tiempo para no conseguirlo a un precio abusivo, aunque alto en cualquier caso, no me compensaba. Chapeau por ese par de pollos que me sacaron los cuartos.
Burbujas. Gentuza sin corazón. Todos sin excepción. Manifestémonos todos en la Cuesta de Moyano, en el Rastro, por la injusticia en el mundo, por la especulación, por los BMWs pagados con paleta y los Mercedes alquilados con dividendos. No a la venta de libros de segunda mano, no a la venta de cromos de segunda mano, no a la venta de monedas de segunda mano, no a la venta de sellos de segunda mano. Viva los artículos de 1€, 2€ y 5€ de los chinos, que son, del primer céntimo al último, todo valor añadido. A-ña-di-dí-si-mo.
Conste que no estoy diciendo que me parece mal lo que hizo pero si es un ejemplo claro de especulación a pequeña escala.
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Re: compra-ventas phoriles: el wallapop de confianza
De hecho compró productos con la intención de acaparar y luego venderlos más caros, controlando en cierta medida el precio.
Mis putos dieses, Gandalf. Yo alguna vez he visto productos especialmente gangosos (recuerdo una Megadrive con mandos por unos 20 euros, en aparente buen estado) y he pensado en comprarlos con la simple intención de venderlos más caros, pero al final me ha podido la pereza de las gestiones.
Pero en serio, si algún día andáis apurados de pasta y tenéis tiempo, bucear por Wallapop en busca de gangas que revender y llevarte ricas comisiones es un trabajo más que factible y lucrativo. Más aún con la facilidad que te da la opción de ponerte alertas con palabras clave de artículos que te interesan.
Poca broma.
Rutti, semos una panda de judíos usureros.
Quiérenos por nuestros defectos. :_)
Mis putos dieses, Gandalf. Yo alguna vez he visto productos especialmente gangosos (recuerdo una Megadrive con mandos por unos 20 euros, en aparente buen estado) y he pensado en comprarlos con la simple intención de venderlos más caros, pero al final me ha podido la pereza de las gestiones.
Pero en serio, si algún día andáis apurados de pasta y tenéis tiempo, bucear por Wallapop en busca de gangas que revender y llevarte ricas comisiones es un trabajo más que factible y lucrativo. Más aún con la facilidad que te da la opción de ponerte alertas con palabras clave de artículos que te interesan.
Poca broma.
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Re: compra-ventas phoriles: el wallapop de confianza
Cuál es ese? Podría buscarlo pero me he perdido con tanto post ladrillo.M. Corleone escribió: ↑30 Mar 2022 07:08 Aclaremos, aunque sea innecesario, que el libro no es una novela al uso, sino que es un artefacto bastante chulo, y que para editarlo como merecía en lo formal se unieron dos editoriales gafapastas, un traductor de prestigio y echaron el resto en la edición (colores, imágenes, maquetación...).
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Re: compra-ventas phoriles: el wallapop de confianza
La casa de hojas, el libro más vendido en wallapop por hamigos del pH.
He sido asaltado fieramente por la concupiscencia carnal
Re: compra-ventas phoriles: el wallapop de confianza
Ah, me sonaba a que era ese. Se lo regalé a mi padre justo por las tonterias esas, ya que normalmente lee todo lo que quiere en un Kindle, dificultádondome el regalo de Navidad. Si sabéis de cosas que merezcan la pena tener en edición impresa, soy todo oídos.
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Re: compra-ventas phoriles: el wallapop de confianza
Los Almanaques de Playboy. Sin duda.
YO ESTOY INDIGNADO