Pues nada, yo también he acabado “A propósito de nada”, de Woody Allen.Polina escribió: ↑24 Ago 2020 11:34 Terminado el tochaco Woody Allen A propósito de nada. Ayer me leí la mitad que me quedaba del tirón, lo que tienen los culebrones que te atrapan, que no puedes soltarlos.
Me ha resultado una lectura muy entretenida, un reflejo y un retrato muy cercano al de este ser al que sigo desde hace tantísimos años en sus momentos altos y en los bajos. Podría decir que nada me ha sorprendido (salvo quizá la retahíla de nombres de amigos, conocidos, admirados, empleados, familiares, acumulados a lo largo de sus 84 años y que sea capaz de guardarlos en la memoria, quién sabe), pero mentiría.
Me sorprenden dos cosas: una, que haya dedicado una cuarta parte del libro al tema de la acusación de abuso sexual. Aunque más adelante él mismo lo reconoce y de algún modo lo justifica (como es normal, es algo que ha marcado profundamente su vida y que desde hace unos años viene asociado a la mera mención de su nombre), la primera mitad del libro -mitad del volumen, no de la trama- es un sumergirse en sus comienzos, golpes de suerte, genialidades, contactos, amoríos, primeras películas. Cuando vas por ahí te dices "joder, sólo ha hablado de "Bananas" y de "Toma el dinero..." y llevo medio libro, imagino que sus 43 películas restantes se las va a ventilar en dos patadas porque el asunto de la acusación va a ocuparle otro tochaco..." y sí, más o menos así va. Lo que no es una cr´ítica en absoluto, lo he disfrutado mucho igualmente.
Y dos: el asunto de la acusación. Entiendo y comparto que si te pasa una putada así de jodida, quieras dejar clarísima, meridiana, prístina, cristalina, tu versión de la realidad. Realidad que ya comenté, yo creo a pies juntillas desde el principio de que saliese en las noticias. Pero pese a creerla a pies juntillas, me ha parecido que se recrea demasiado en la mierda, que señala lo loquísima que está Mia Farrow con demasiados detalles. Que insisto, entiendo que necesite soltarlo porque el infierno que le ha supuesto todo esto tiene que ser exorcizado, pero que igual no hacían falta tantos detalles y con la versión aclarada y los datos legales de las investigaciones y aclaraciones habría bastado.
En cualquier caso, atrapa.
Y mi inmenso cariño por este señor se mantiene intacto e incluso puede que vea alguna de sus últimas películas que aun no he visto.
Vi Manhattan hace dos días, una de las pocas que sólo había visto una vez hace tantos años que ni me acordaba. Y sí, está muy bien pero no gana a Hannah, Maridos y mujeres o Delitos y Faltas, para mí lo mejor de su filmografía.
Básicamente, mi valoración es la misma que la de Polina, pero menos indulgente. La primera parte del libro, en la que repasa su juventud y sus inicios, me sorprendió. Por un lado, está la sorpresa de ver que el libro no iba a ir sobre su cine, sino sobre sus vivencias, pero resulta que esa parte me gusta mucho, pese a que cita cien mil nombres de los cuales conozco la mitad. Me gusta esa parte, la infancia, sus ascensos en el mundillo de la comedia, lo loco que era el Hollywood de los 70, con sus cuentas de gasto ilimitadas, sus hoteles y su valentía a la hora de confiar en nuevos talentos… un poco lo que se comenta en “Moteros tranquilos, toros salvajes”, pero desde un punto de vista de la comedia. Pero de repente, el PUTO Woody Allen se mete en el charco de contar sus relaciones sentimentales y autojustificarse constantemente y detallarnos sus movidas con Mia Farrow con un nivel de detalle que no me interesan en absoluto… Hay un momento en que dice algo así como “si te has comprado este libro por el morbo de este tema te vas a decepcionar”, pero luego se contradice hasta el infinito, y usa un tercio del libro en dejar claro que Soon Yi no era su hija adoptiva, sino la de su novia, que era mayor de edad, que Mia Farrow está como una puta cabra (que tiene pinta de que lo está), etc. Seguidamente, pasa a despachar el 80% de su filmografía con un párrafo para cada película. Y luego, vuelta al tema de la acusación de abuso sexual a su hija. Menudo puto coñazo, Woody. Además, cuando habla de sus películas, esa revisión va por el mismo camino: la película me pareció mala o buena, disfruté haciéndola porque lo que me gusta es hacer las pelis, no verlas luego, me la sudan los premios, y qué guapa, sexy y buena actriz era la actriz principal. Muy poco de la intrahistoria de los rodajes, los guiones… Su nivel de libido babeante hacia las actrices macizas con las que trabaja aprecia en todo el libro, pero no seré yo quien le culpe por babear en presencia de Scarlett Johansson. Pero vamos, que a Woody le gustan jóvenes queda clarito. El tema dinero está muy presente, pese a la imagen frugal de Woody: hoteles de cinco estrellas, pisos por aquí y por allá, servicio, comidas caras, restaurantes caros, aviones privados… No sé, me habría gustado más que hablara sobre cine, y menos sobre Mia Farrow, escándalos sexuales, dinero, y esas mierdas. Entiendo que para él fuera un hecho super traumático en su vida, pero a mí como lector me aburre toda esa mierda. Que igual somos raros, Polina, y a los lectores lo que más les interesa es la mierda de la Farrow…
Por cierto: yo, como Polina, soy fan de Woody y he visto casi todas sus pelis varias veces (la única que creía que no había visto nunca es “A Roma con amor”) creo que he visto “Wonder Wheel”, pero si es así, no la recuerdo en absoluto. ¿La habrá borrado mi memoria? Miro imágenes en Google, y me suenan, pero no recuerdo nada. Igual no la he visto…