En ausencia de foro solo he leído 3 libros:
Rialto, 11 - Belén Rubiano
Un día de principios de otoño de 2002, la luz de una pequeña y recóndita librería de la plaza del Rialto de Sevilla se apagó, sin ruido ni apenas despedidas, definitivamente. Su fundadora había empezado a vender libros diez años antes en otras librerías, donde aprendió muchas cosas, además de su oficio.
En la sucesión de vivencias que conforman estas deliciosas memorias parciales, Rubiano comparte con los lectores la insobornable vocación que le llevó a establecerse como librera en una esquina del mapa. Y lo hace con humor y con cándida sinceridad, porque salvo la satisfacción de trabajar entre libros y lectores entendemos desde el principio que nada es como había soñado y que en el oficio no faltan tormentas, marejadas y amargas decepciones. Pero también hay, afortunadamente, momentos delirantes, impagables lecciones y grandes alegrías.
Ante todo, la valía de estas páginas, que el lector recorrerá entre la carcajada libre y la más profunda empatía, reside en la vitalidad y el personalísimo estilo con el que Rubiano nos habla de su particular devoción por los libros y de cómo uno puede llegar a arriesgar cualquier seguridad por perseguir un sueño.
Se lee en dos patadas, es ameno, divertido y está bien escrito (aunque el estilo un tanto "recargado" de la autora puede gustar más o menos). Los capítulos son cortos, tiernos y es muy fácil empatizar con la autora aunque nunca se haya tenido una librería, aunque nunca se haya sido autónomo. Gustará a todos los que sean felices en una librería. Yo lo he gozado, y lo he recomendado y regalado ya.
Vamos, que muy bien, no es "84 Charing Cross Road" (que a mí me parece LO MÁS MEJOR DEL MUNDO), pero es absolutamente recomendable para bibliófilos y personas con un poquito de sentido del humor y amor librero.
Kentucky seco - Chris Offutt
Kentucky seco es el bourbon que antiguamente se destilaba de forma clandestina en esta región del sur de los Estados Unidos y el título de los nueve relatos ambientados en una pequeña comunidad sin nombre de los montes Apalaches, un lugar inhóspito, pero de gran belleza, en el que tener estudios se considera un signo de arrogancia y donde la caza no es precisamente un deporte. Pecadores convertidos en predicadores, jugadores con malas pulgas, ancianos que viven en el bosque y prefieren la compañía de los animales a la de los hombres, hijos sin padres, familias en las que nadie trabaja y albañiles que cultivan marihuana para sobrevivir protagonizan historias duras y reales de gente humilde pero orgullosa.
Chris Offutt debutó en 1992 con esta colección de relatos con la que quiso «brindar un libro a la gente de casa... en el que los lectores de las montañas pudiesen por fin reconocer su cultura sobre el papel, con un lenguaje que pudiesen entender, sin condescendencia». Offutt pasó su infancia y primera juventud en Haldeman, Kentucky, una población minera de 200 habitantes que ya no existe. Tras licenciarse en la Universidad de Morehead, recorrió los EEUU a dedo y trabajó, por horas, en más de 50 empleos. Alumno de James Salter y Frank Conroy en el curso de escritura creativa de la Universidad de Iowa, es autor de otro libro de relatos, de 3 obras autobiográficas y de 2 novelas.
Me ha gustado mucho. Diría que su mejor virtud es que cuesta muchísimo encontrarles algún defecto a cualquiera de los relatos, todos son muy buenos, con ninguno he pensado "El libro está bien, pero este relato qué malo".
Apalaches, güisqui casero destilado, escopetas, analfabetismo, familias rotas, cabañas en la montaña... el rollo completo. A mí me vuelve loco. El tipo es de allí, así que sabe de lo que habla, y lo cuenta sin dramas añadidos ni impostación. Muy bien. Muy bien, Sajalín.
Invierno-Rick Bass
En el valle del Yaak, en Montana, viven apenas treinta personas y un número indeterminado de osos, lobos, coyotes, pumas, alces… Un lugar sin duda salvaje y remoto. De hecho, allí la mayoría de las casas carecen de electricidad o teléfono. Para sus habitantes, sin embargo, eso no parece ser un problema. Son leñadores, tramperos, guías de caza, domadores de caballos, tejedores de atrapasueños, veteranos de Vietnam, un payaso de rodeos jubilado… También hay un par de fugitivos, aunque quizás, de un modo u otro, todos lo sean: todos han llegado hasta allí huyendo de algo y aquel aislamiento los hace sentir seguros.
[...]
Ahora que nuestro invierno es cada vez menos invierno, que su belleza es cada vez más frágil y esquiva, este libro se presenta como un canto poderoso al níveo secreto del Gran Frío.
Pues muy bien también: un tipo de Texas se va a Montana a pasar frío pelón y escribir, con su mujercita (pintora). La adaptación al frío y al lugar, el intentar encajar Y GOZARLA (no es un libro de penurias, el tipo lo disfruta a tope), el huir de la civilización (no hay ni electricidad ni teléfono, es 1991). Naturaleza, hombres rudos, motosierras, y todo bien.