Venga, otra ronda rápida:
CRIADILLA'S HALLOWEEN SPECIAL Vol 2 (feat Netflix):
Death Note.
Meh.
A Adam Wingard, el director de Eres el siguiente de la que hablé el otro día, aquí ya le han restregado bien la billetera por la cara, le han dado un libreto bastante flojillo que adapta uno de los mangas más célebres de los últimos años y parece que le han dado una relativa manga ancha a la hora de llevar la historia a su terreno.
El resultado es flojo, y no es una sorpresa, ya que Death Note tiene una historia lo bastante larga, retorcida e intrincada como para hacer imposible de necesidad una adaptación correcta en 95 minutos de metraje.
Misión imposible.
Al menos la película es entretenida, Ryuk está bastante bien plasmado (premio al director de casting por elegir a Dafoe, que es un gustazo siempre) y el final no da vergüenza ajena para ser diferente al manga o al anime.
Para fans curiosos de la obra original puede valer. Un 6.
Kong; La isla calavera.
En esta época demencial (cinematograficamente -o no- hablando) que estamos viviendo en la que los grandes estudios se están gastando auténticas fortunas en levantar Universos ficticios propios con los que explotar diversas licencias hasta su completo agotamiento, debo reconocer que a día de hoy la que más me llama la atención es la que está protagonizando la Warner con su Monsterverse.
Si el primer Gozdilla (olvidemos la bosta perpetrada por Emerich años ha) era una película de ritmo quizá algo pausado, pero visualmente fascinante y con un final rayando a una altura sin rival en su género, aquí los responsable de presentar al siguiente protagonista del Universo de Mostros Mamporreros parecen haber tomado nota yendo directamente a por tu yo infantil (ése al que le encantaban los protagonistas chuloputas, las chicas valientes y aguerridas, las peleas mastodónticas y las aventuras non-stop durante lo que dure el metraje) y dándole lo que quiere. Ni más ni menos.
Se agradece que hayan querido hacer algo diferente como una precuela de la anterior cinta, esta vez ambientada en los años 70, durante el último estertor de la guerra de Vietnam, y con un sentido de ritmo y del espectáculo conseguidisimos.
Lo evidente es recomendarla como una especie de Apocalipse Now mezclado con Parque Jurásico. Muy divertida para una tarde de domingo.
Después de los títulos de crédito hay una sorpresita, por cierto.
Un 7, venga, que me lo pasé guay.
Tren a Busan.
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Los coreanos (del sur, claro) haciendo cine de zombis.
Nada podía salir mal ¿no?
Pues efectivamente, nada.
Bueno, o mejor dicho; no hay nada directamente "malo" en esta cinta. Es una dignísima muestra de género zombi que hará las delicias de cualquier fan. Fotografía cojonuda, presupuesto más que decente para la industria de la que viene, situaciones agobiantes y bien llevadas por el director y protagonistas, y un guión que solamente flojea cuando nos tiene que hacer empatizar con las relaciones entre personajes más que por los personajes en sí, que no están mal escritos pero sí que tienden a ser muy maniqueos y se los ve venir a leguas. Salvando alguna escena lacrimógena y un pelín sonrojante, el resto es para disfrutar como gordos ante un banquete de torreznos y cocretas.
Si te gustan los zombis aquí tienes un manjar.
Un 7,5.
La cura del bienestar.
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Lo único bueno (además de los millones en sueldos, las mansiones, las top models que se casan contigo y la vida de lujo, drogas y alcohol caro en general) de ser un director hollywoodiense de éxito contrastado y que ha pasado dignamente por el aro de la industria, es que si eres lo suficientemente listo quizá consigas que alguna mayor te financie a veces lo que a tí te salga del nabo.
Gore Verbinski, tras haber hecho nadar en millones durante la primera y delicada década del siglo XXI a nada menos que un monstruo como Disney, ha conseguido aferrarse a su status de director solvente para hacer lo que quiere con sus proyectos.
Gracias a ese status consiguió que le financiasen un carísimo western bizarro y filosófico de animación que recaudó bastante menos de lo necesario llamado Rango.
Por si eso fuese poco un par de años después repitió jugada con el batacazo (aún mayor) que supuso la mastodóntica y ortopédica adaptación de El llanero solitario.
Algún secreto oscuro y jodidísimo debe conocer, porque lo gracioso es que ha vuelto a conseguir lo que parecía imposible: que le produzcan una película completamente a su gusto, y pegársela estrepitosamente en taquilla de paso.
Si su próximo proyecto no es Matrix 4 yo ya no sé.
La verdad es que aquí es donde menos se ha merecido el fracaso en mi opinión, aunque al tío le encante jugar con fuego.
La cura del bienestar es una película, en esencia, casi de arte y ensayo, de suspense o terror según la sensibilidad de cada espectador, con un presupuesto no especialmente elevado para los estándares de hoy en día (40 millones), y de unas dimensiones importantes (2 horas y media) en su duración y ambición.
Verbinski dirige como quiere, y eso es algo que, pese a que no te entusiasme su cine, hay que reconocérselo. Pocos directores en el mundo aguantan la comparación con él a nivel técnico, de recursos y de imaginería. Muy pocos.
Lo mejor es adentrarse en esta cinta sabiendo lo menos posible de su argumento, dejarse llevar por la larga (pero entretenidísima, que conste) historia, por su ambiente opresivo y malsano, por su maravillosa fotografía, por sus planos, por su estupendo protagonista (Dane DeHaan es el puto nuevo DiCaprio pero en grimoso) y por una historia sin tapujos y con una fe ciega en lo que está contando.
Me mola Verbinski. Forma parte de ese grupo de directores diferentes y que ha conseguido hacer lo que les sale del nabo en medio de una industria cada vez más encorsetada y previsible. Gente como Guillermo del Toro, Fincher, PT Anderson, Alexander Payne del que hablábamos al principio... Cada uno con su estilo, con su género partícular, pero haciendo lo que les da la gana y a su manera. Si te van a machacar en taquilla, que al menos sea a tu estilo.
Un casi, casi 8, porque aún así la película no es redonda y bien es cierto que podría durar 30 minutos menos.
Ocho apellidos catalanes.
Y terminamos con este especial Jalowín con este bodrio, como no. Ideal para ver por la mañana del 1 de Noviembre, tras la noche de fiesta y pedo del Día de los Muertos. Cinta ideal para poner de fondo mientras vomitas con la cabeza metida en el váter los chupitos de la noche y pasas la resaca de la mejor forma que puedas muriendote en el sofá.
Un truñete cuyo única virtud es ver en acción a una bestia parda como Rosa María Sardá y a Elejalde, que siempre es divertido.
Rovira y la protagonista están para matarlos a hostias. Y creo recordar que no se ve ni una mísera tetica. Esto no es cine español ni es nada.
Un 4.