Mi despertar
Mi despertar
Tengo un despertador en forma de pato.
Lo primero que escucho al despertar es:
“Cuac cuac cuac cuac cuac cuac Buenos días”.
Bueno en realidad hace:
“cruuuuac, cruuuuuac, croac”
Así que cada dos meses dejo de tener un pato y tengo una rana que físicamente parece un pato..
Los ojos hacen luces.
Verdes.
Tengo un pato que habla como una rana y le brillan los ojos.
Para apagarlo hay que tocarle la...
¿cresta?
- Eh, tío! Que te parece si a este despertador en forma de pato le ponemos una cresta?
- ¿Los niños como sabrán que es un pato y no una gallina?
- Hará cua cua.
- ¿Hará cua cua?
- Si.
- Y porque no hace pio pio?
- Pues porque es un pato
- Con cresta?
- Es mi muñeco y lo haré como me salga de la polla
- Hombre, A lo mejor si la madre era un pato y el padre una gallina...
- Haré que le brillen los ojos
- Jooooder ¿has vuelto a tomar medicamentos sin receta, verdad?
- Se me nota?
- Un poco
Mis padres me dijeron: Mira Bárbara, te hemos comprado un despertador para que te despiertes mejor.
Mi problema es que siempre me ha costado mucho levantarme, así que les dije:
- Gracias por el despertador para que me despierte mejor, papas. Pero....
Sigo siendo paralítica, capullos!!
Lo primero que escucho al despertar es:
“Cuac cuac cuac cuac cuac cuac Buenos días”.
Bueno en realidad hace:
“cruuuuac, cruuuuuac, croac”
Así que cada dos meses dejo de tener un pato y tengo una rana que físicamente parece un pato..
Los ojos hacen luces.
Verdes.
Tengo un pato que habla como una rana y le brillan los ojos.
Para apagarlo hay que tocarle la...
¿cresta?
- Eh, tío! Que te parece si a este despertador en forma de pato le ponemos una cresta?
- ¿Los niños como sabrán que es un pato y no una gallina?
- Hará cua cua.
- ¿Hará cua cua?
- Si.
- Y porque no hace pio pio?
- Pues porque es un pato
- Con cresta?
- Es mi muñeco y lo haré como me salga de la polla
- Hombre, A lo mejor si la madre era un pato y el padre una gallina...
- Haré que le brillen los ojos
- Jooooder ¿has vuelto a tomar medicamentos sin receta, verdad?
- Se me nota?
- Un poco
Mis padres me dijeron: Mira Bárbara, te hemos comprado un despertador para que te despiertes mejor.
Mi problema es que siempre me ha costado mucho levantarme, así que les dije:
- Gracias por el despertador para que me despierte mejor, papas. Pero....
Sigo siendo paralítica, capullos!!
Tengo un despertador en forma de bomba.
En concreto, representa seis cartuchos de dinamita apilados piramidalmente (tres abajo, dos en medio y uno arriba) con un reloj de manecillas sobre una de las caras de la «pirámide» y varios cablecillos de colores para completar el disfraz.
Cuando llega la hora elegida, el despertador se dirige a mí y espeta:
—¡Tienes diez segundos para levantarte! Nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno...
Seguido de un ruido como de tremebunda explosión. Y vuelta empezar con la admonición: «¡Tienes diez segundos...!»
Pero no sólo despierta en español. Mi despertador es políglota y también puede cumplir su cometido en francés e inglés, merced a un discreto interruptor de tres posiciones que se encuentra en la parte posterior.
—Tu as dix secondes pour te lever! Neuf, huit, sept, six, cinq, quatre, trois, deux, un...
—You have ten seconds to get up! Nine, eight, seven, six, five, four, three, two, one...
Seguidos cada uno de ellos por su correspondiente explosión.
No están los tres idiomas grabados por la misma persona, sino que cada uno de ellos ha tenido su propio locutor. Pero lo curioso es el tono empleado por cada uno de ellos: el autor de la versión española parece amenazante; el de la francesa, lúgubre; y el de la inglesa, exaltado.
Esta descripción no pretende ser una alegoría del tiempo como cuenta atrás, ni aspira a explicar diferencia alguna entre idiomas. Al fin y al cabo, cada vez que oigo la cantinela que surge de mi despertador-bomba nada de esto importa: en ese momento, lo único importante es que ojalá puediese dormir un poco más.
En concreto, representa seis cartuchos de dinamita apilados piramidalmente (tres abajo, dos en medio y uno arriba) con un reloj de manecillas sobre una de las caras de la «pirámide» y varios cablecillos de colores para completar el disfraz.
Cuando llega la hora elegida, el despertador se dirige a mí y espeta:
—¡Tienes diez segundos para levantarte! Nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno...
Seguido de un ruido como de tremebunda explosión. Y vuelta empezar con la admonición: «¡Tienes diez segundos...!»
Pero no sólo despierta en español. Mi despertador es políglota y también puede cumplir su cometido en francés e inglés, merced a un discreto interruptor de tres posiciones que se encuentra en la parte posterior.
—Tu as dix secondes pour te lever! Neuf, huit, sept, six, cinq, quatre, trois, deux, un...
—You have ten seconds to get up! Nine, eight, seven, six, five, four, three, two, one...
Seguidos cada uno de ellos por su correspondiente explosión.
No están los tres idiomas grabados por la misma persona, sino que cada uno de ellos ha tenido su propio locutor. Pero lo curioso es el tono empleado por cada uno de ellos: el autor de la versión española parece amenazante; el de la francesa, lúgubre; y el de la inglesa, exaltado.
Esta descripción no pretende ser una alegoría del tiempo como cuenta atrás, ni aspira a explicar diferencia alguna entre idiomas. Al fin y al cabo, cada vez que oigo la cantinela que surge de mi despertador-bomba nada de esto importa: en ese momento, lo único importante es que ojalá puediese dormir un poco más.
- LunaOskura
- Best Mongo Ever
- Mensajes: 4096
- Registrado: 06 Nov 2002 18:51
- Ubicación: Desde Dresden con desdén
Tengo un despertador de lo más normal.
Es cuadradito y de color azul. La verdad es que los diseñadores no se rompieron mucho la cabeza. Por la noche hace "tic tac", por el día ya no lo sé. Y cuando me despierta sólo se limita a hacer "pi pi piiii pi pi piiiii".
Tengo un despertador de lo más normal, gracias a Dios.
P.D.: También tengo un perro que hace "guau guau" y gato que hace "miau miau".
Es cuadradito y de color azul. La verdad es que los diseñadores no se rompieron mucho la cabeza. Por la noche hace "tic tac", por el día ya no lo sé. Y cuando me despierta sólo se limita a hacer "pi pi piiii pi pi piiiii".
Tengo un despertador de lo más normal, gracias a Dios.
P.D.: También tengo un perro que hace "guau guau" y gato que hace "miau miau".
Sinceramente, querida, me importa un bledo.
- Criadillas
- Palomitero mórbido
- Mensajes: 17396
- Registrado: 01 Ago 2003 19:38
- Ubicación: En la calle del pepino.
El mío no me despierta.
Es un despertador fracasado, aunque sinceramente espero que no se sienta así. Sería duro, y la verdad es que no es su culpa.
Tengo (la que yo creía que era) una buena costumbre adquirida de mi padre, hombre práctico donde los haya conocido. La costumbre es la de colocar el despertador alejado de la cama, y a un volumen alto, para asegurarme el despertar.
Mi habitación no es un portento de lujuria mobiliaria, por lo que el único espacio en el que puedo colocarlo alejado de la cama, es la segunda balda de mi estantería, donde tengo mis libros fetiches, alguna foto que muestro con cariño, y tres hileras de compac disk (gran parte de ellos piratas, no os creáis).
Con ésta situación me obligo a tener que levantarme de la cama para apagar el infernal ruido, pues tengo demostrado que si el movimiento requerido para volver al silencio matutino, es simplemente el de alargar el brazo y tocar un botón, volvería a sumirme en un profundo sueño en lo que tardase en devolver el brazo de nuevo al interior del edredón.
Así pues, lo que a todas luces parece una buena idea, se ha convertido en una cruz para mi pobre aparato.
Totalmente adormilado, me levando de la cama, doy un par de pasos hasta llegar a la estantería donde el aparatito se esfuerza (o mejor dicho, esforzaba) en despertarme, y comienzo a aplastar la mano sobre él hasta que consigo acallarlo, con los ojos entrecerrados y mientras me rasco la espalda con la otra.
Éste acto aparentemente infensivo, debido a mi estado de sopor, ha provocado docenas de manotazos (sin mala intención) que han dado a parar con el despertador en el suelo, a algún metro que otro de distancia, o estampándose contra el escritorio de la mesa, rebotando y cayendo finalmente sobre mi pie.
Jamás ha encontrado la moqueta salvadora, y me dá un poco de lástima su mala suerte.
Tras nueve meses de vida, se encuentra en un estado que, sin llegar a crítico, sí se le podría considerar de inválido.
La hora no la marca mal del todo (es electrónico), pero los botones para ajustar la alarma están sueltos. Si lo agitas, suena el tintineo de sus piezas desde el interior de sus vísceras.
El culpable he sido yo, y es por eso que no pienso tirarlo cuando me compre uno nuevo mañana. No sería justo, al fin y al cabo es un buen profesional, esforzado, y no tiene la culpa de haberle tocado alguien tan manazas como yo.
A partir de ahora no lo forzaré más, y se limitará a dar la hora, o sintonizar (con menor gloria, desde luego) las radios más malas. Es otra cualidad que tiene, aunque no viene al caso.
Cuando llego a la cama por la noche, me gusta observar en la lejanía, durante un par de minutos antes de intentar dormir, las luces naranjas que emite. De entre toda la insondable negrura, ésos números se convierten en la única imagen que puedo llegar a ver, aunque borrosa por la miopía.
No pienso tirarlo. Tampoco matamos a los paralíticos. Faltaría más.
Es un despertador fracasado, aunque sinceramente espero que no se sienta así. Sería duro, y la verdad es que no es su culpa.
Tengo (la que yo creía que era) una buena costumbre adquirida de mi padre, hombre práctico donde los haya conocido. La costumbre es la de colocar el despertador alejado de la cama, y a un volumen alto, para asegurarme el despertar.
Mi habitación no es un portento de lujuria mobiliaria, por lo que el único espacio en el que puedo colocarlo alejado de la cama, es la segunda balda de mi estantería, donde tengo mis libros fetiches, alguna foto que muestro con cariño, y tres hileras de compac disk (gran parte de ellos piratas, no os creáis).
Con ésta situación me obligo a tener que levantarme de la cama para apagar el infernal ruido, pues tengo demostrado que si el movimiento requerido para volver al silencio matutino, es simplemente el de alargar el brazo y tocar un botón, volvería a sumirme en un profundo sueño en lo que tardase en devolver el brazo de nuevo al interior del edredón.
Así pues, lo que a todas luces parece una buena idea, se ha convertido en una cruz para mi pobre aparato.
Totalmente adormilado, me levando de la cama, doy un par de pasos hasta llegar a la estantería donde el aparatito se esfuerza (o mejor dicho, esforzaba) en despertarme, y comienzo a aplastar la mano sobre él hasta que consigo acallarlo, con los ojos entrecerrados y mientras me rasco la espalda con la otra.
Éste acto aparentemente infensivo, debido a mi estado de sopor, ha provocado docenas de manotazos (sin mala intención) que han dado a parar con el despertador en el suelo, a algún metro que otro de distancia, o estampándose contra el escritorio de la mesa, rebotando y cayendo finalmente sobre mi pie.
Jamás ha encontrado la moqueta salvadora, y me dá un poco de lástima su mala suerte.
Tras nueve meses de vida, se encuentra en un estado que, sin llegar a crítico, sí se le podría considerar de inválido.
La hora no la marca mal del todo (es electrónico), pero los botones para ajustar la alarma están sueltos. Si lo agitas, suena el tintineo de sus piezas desde el interior de sus vísceras.
El culpable he sido yo, y es por eso que no pienso tirarlo cuando me compre uno nuevo mañana. No sería justo, al fin y al cabo es un buen profesional, esforzado, y no tiene la culpa de haberle tocado alguien tan manazas como yo.
A partir de ahora no lo forzaré más, y se limitará a dar la hora, o sintonizar (con menor gloria, desde luego) las radios más malas. Es otra cualidad que tiene, aunque no viene al caso.
Cuando llego a la cama por la noche, me gusta observar en la lejanía, durante un par de minutos antes de intentar dormir, las luces naranjas que emite. De entre toda la insondable negrura, ésos números se convierten en la única imagen que puedo llegar a ver, aunque borrosa por la miopía.
No pienso tirarlo. Tampoco matamos a los paralíticos. Faltaría más.
Dunkis dijo:
Criadillas es un hombre triste de derechas, quién lo iba a decir.
Criadillas es un hombre triste de derechas, quién lo iba a decir.
- LunaOskura
- Best Mongo Ever
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- Registrado: 06 Nov 2002 18:51
- Ubicación: Desde Dresden con desdén
(Arqueología foreril)
Hace un tiempo que a mi despertador normal se le agotaron las pilas, y por pura dejadez, por no cambiarselas, he comenzado a utilizar el móvil.
Ahora me despierto con un "kikirikiiiiii" que va en aumento.
Dejadez.
Vuestra, ki kirís que os diga?,
LunaOskura.
Hace un tiempo que a mi despertador normal se le agotaron las pilas, y por pura dejadez, por no cambiarselas, he comenzado a utilizar el móvil.
Ahora me despierto con un "kikirikiiiiii" que va en aumento.
Dejadez.
Vuestra, ki kirís que os diga?,
LunaOskura.
Sinceramente, querida, me importa un bledo.
- jubilao
- Milinkitiano
- Mensajes: 16496
- Registrado: 10 May 2003 16:39
- Ubicación: Al otro lado del silencio
- Contactar:
Tengo un radio-despertador. Cada mañana me despierta.
Lo primero que escucho al despertar es:
“La culpa la tiene ZP”, o "están entregando el estado democrático a los terroristas".
Bueno en realidad hace:
“HIHAAA HIHAAAA HOOOO”
Así que cada día dejo de tener un radio-despertador y tengo un burro que físicamente parece un radio-despertador.
El dial está iluminado.
Rojo.
Tengo una radio que habla como un burro y encima rojeras.
Para apagarlo hay que meterle un dedo en el orto.
- Eh, tío! Qué te parece si en vez de meterle el dedo en el orto ponemos al Iñaki?
- ¿Los niños como sabrán que es un burro y no un perrito?
- Hará HIHAAA HIHAAAA HOOOO.
- ¿Hará HIHAAA HIHAAAA HOOOO?
- Si.
- Y por qué no hace GUAU GUAU?
- Pues porque es un burro
- ¿Con Prisa?
- Soy Jubilao y me levanto cuando me sale de la polla
- Hombre, A lo mejor si la madre era una radio y el padre un burro...
- Haré que la luz sea verde
- Jooooder ¿has vuelto a ver 90 segundos, verdad?
- Se me nota?
- Un poco
Los padres de la patria me dijeron: Mira Jubi, te hemos comprado un despertador para que te despiertes mejor.
Mi problema es que siempre me ha costado mucho levantarme, así que les dije:
- Gracias por el despertador para que me despierte mejor, papas. Pero....
Sigo siendo retrasado mental, capullos!!
Lo primero que escucho al despertar es:
“La culpa la tiene ZP”, o "están entregando el estado democrático a los terroristas".
Bueno en realidad hace:
“HIHAAA HIHAAAA HOOOO”
Así que cada día dejo de tener un radio-despertador y tengo un burro que físicamente parece un radio-despertador.
El dial está iluminado.
Rojo.
Tengo una radio que habla como un burro y encima rojeras.
Para apagarlo hay que meterle un dedo en el orto.
- Eh, tío! Qué te parece si en vez de meterle el dedo en el orto ponemos al Iñaki?
- ¿Los niños como sabrán que es un burro y no un perrito?
- Hará HIHAAA HIHAAAA HOOOO.
- ¿Hará HIHAAA HIHAAAA HOOOO?
- Si.
- Y por qué no hace GUAU GUAU?
- Pues porque es un burro
- ¿Con Prisa?
- Soy Jubilao y me levanto cuando me sale de la polla
- Hombre, A lo mejor si la madre era una radio y el padre un burro...
- Haré que la luz sea verde
- Jooooder ¿has vuelto a ver 90 segundos, verdad?
- Se me nota?
- Un poco
Los padres de la patria me dijeron: Mira Jubi, te hemos comprado un despertador para que te despiertes mejor.
Mi problema es que siempre me ha costado mucho levantarme, así que les dije:
- Gracias por el despertador para que me despierte mejor, papas. Pero....
Sigo siendo retrasado mental, capullos!!
Urdu escribió: Tengo fotos actualizadas de mi rabo.
- The last samurai
- Ulema
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- Registrado: 10 Ene 2004 13:20