Efectivamente las cervezas escocesas (siendo la Gordon citada por Monty la más extendida, aunque yo prefiero su Finest Gold, una strong ale pero suave de sabor si tenemos en cuenta que tiene diez señores grados) son lo más salvable del territorio británico, por lo menos que yo haya probado. Y de calle.
La Fuller's no la he probado pero, visto lo que dices, si la veo la probaré a pesar de su nombre que da mucho juego y pocos indicios de calidad.
Yo cuando estuve por ahí bebía John Martin's, también escocesa y mucho mejor que el resto de repertorio cervecero.
Hoy os vengo a hablar de la eclosión de cervezas catalanas artesanales que viene en auge de hace unos cinco años para acá. Generalmente estas cervezas pueden (y deben) entenderse como un encomiable esfuerzo para tan lamentable resultado, siendo el ejemplo más claro la pionera Glops, una cerveza hecha en el Hospitalet que tiene el gusto de una voll-damm que lleve dos días abierta a la que se le haya añadido un poco de agua. Patético.
Lo que tienen en común todas las cervezas artesanales y las diferencia de las industriales es que tienen más cuerpo (a menudo contienen posos, que por cierto me encantan) y menos gas. Son más ácidas y por lo tanto más recomendables para probarlas tapeando algo porque si no le pueden dejar a uno el estómago regulero.
Como decía, suelen ser basura. Sin embargo, hay excepciones entre tanta mediocridad y la primera que se me ha ocurrido es la Guineu:
Hay tres tipos distintos: una lager, una ale y una triple malta. Sólo he probado la triple malta pero la verdad que está conseguida, siendo más suave que la voll-damm, con menos gas y más regustos.
Luego está la Rossita:
Resulta que la hacen en un pueblo cerca del mío en Tarragona. No es tan pretenciosa como la Guineu, si no que parece que se han conformado con sacar una lager de toda la vida. Les ha salido bien la cosa, no es tan buena como la Moritz pero sí mejor con mucho que la Cruzcampo.