Joer.
Mi aburrido Moriarty, menudo eres.
Ya que te atreves de nuevo conmigo, al menos asegurate de que estás sobre tierra firme, porque aquí te devoro.
Bueno, vamos allá, que lo tuyo no hay casi ni por donde cogerlo.
SordoSinOrejasDrMoriarty escribió:Ojú, que arte.
Y que cosa, oju, mi arma.
Eso es lo que te ha faltado.
Eres de esos paletos (sí PALETO) que atacan a los que amamos el arte del toreo por su mojigatería mamada desde la infancia, por unos padres pseudoprogres y aburguesados, creyentes de que los toros es una crueldad más propia de bárbaros que de gente del siglo XXI, y cuyos únicos defensores de tan noble arte son una piara de andaluces con palillos en los labios y orondas panzas regadas por el vino y la buena comida.
Paleto. Aunque te creas todo lo contrario.
Paleto por no saber admirar ni entrever la belleza del toreo. Paleto por rechazarlo sin darme motivos, y paleto que, viviendo en una ciudad, ya se cree por encima de la noble gente de campo y costumbres arraigadas.
Porque eso de que los toros sí es una mierda casi tan grande como la copa de un pino.
Y que son arte. Ole tus cojones.
Grandes motivos de peso me das que tiren mi teoría por los suelos, como podemos comprobar.
Un animalejo mamporreado y que lo más que sabe hacer es enamorarse de la luna y un anormal mareándole con un trapo.
Curiosa manera de ver el mundo de los toros. Curiosa y falta de todo, francamente.
Si nos ponemos así de simplistas y socarrones, podremos que ver que, por ejemplo, la habilidad que te hace destacar sobre la media de los foreros, la de escribir, no es tal, sino puro engaño, pura apariencia, pura ilusión de espejos y humo plasmadas en letras de dudoso virtuosismo.
Tu estilo de frases cortas, digno del más escaso (ya es decir) de los futuribles hijos que pudieran tener, por ejemplo, Chenoa y Bisbal.
Veamos:
Sordo, todo un as de la pluma y la tinta escribió:Tu mirada.
Y yo corro. La paciencia está en el aire y mi boca se estremece.
Gladiolos en el zócalo. Que me dicen que te ame hasta el último minuto.
Y yo corro y corro y corro... como un rumbero.
Jodida antitetánica.
¿Arte?
Los toros sí.
Aprecien la sutil belleza de esta mierda de instantanea.
Cricri: "Oigggg, que basto y que ordinario."
No, no. No te confundas, que aquí el que va de fino eres tú, paletillo.
Si no eres capaz de admirar la belleza de la bomba nuclear con una nariz roja, es que tienes esmegma en las venas.
El arte, según Sordo, ¿o será ciego?Porque, ya que te ponías a dar argumentos podrías haber dado el único valido, es decir, que los toros son un negocio donde hasta el más tonto y el de más abajo se lleva su buena paletada
¿Ves? Otra cosa buena, a parte de las expuestas por mí, para ensalzar ese mundillo.
Si eres lo suficientemente valiente como para embarcarte en ese mundo, puedes conseguir gran dinero, y merecido como pocos sueldos.
Ah, claro, que se están jugando la vida.
Claro, claro.
Sí, es verdad.
La lucha entre el hombre y la bestia, lo sublime, lo bello.
Antonio Gala, vete a mamarla por ahí.
¿Te suena de algo el concepto: "Afeitado de cuernos".
Mi querido (innovo y todo) pueblerino de ciudad.
El afeitado de cuernos se utiliza en los entrenamientos y en las fiestas de los pueblos para que los nenes se desfoguen ante una vaquilla, que bien les viene.
No querrás sacarles un morlaco de 600 kilos y con lo cuernos como sables para que se dedique a destripar a la chiquillería, ¿no?
Psicópata de los cojones.
Hola, me llamo Islero y soy el quinto de la tarde.
Joder.
Y de nuevo, otro ejemplo escojido con el ojete.
Mi palurdo amago de escritor, encima escojes precisamente al bueno de Islero.
Pues muy afeitado no debía ir cuando fue el que espanzurró a Manolete, atravesándolo con sus cuernos.
Al menos no le mató con una de tus soporíferas noveletas. Es un animal estúpido, pero no un animal estúpido con capacidad de teclear.
Es que sino vamos a estar horas mareando la perdiz cuando tan sólo hay una única razón que te haya hecho defender el sí a los toros.
Je.
Bueno, ese es otro de los detalles por los que el mundo de los toros es muy, muy grande. Otra cosa es que tú, en tu habitual empanada mental disfrazada de pasotismo y misterio, no seas consciente.
Ale, enamorado mío, de nuevo a tu cubil con el culo calentito.
Nos leémos
Joder, no me lo recuerdes.
