HorroPornoSergia [Festín de Hécate] Capt.1
Publicado: 24 Nov 2006 10:48
«Te voy a enseñar mi ciempiés... —bragas delgadas de algodón pringoso se deslizan autoenrollándose en elástico de caucho rasgado— es negro, tiene veintiún anillos y me clava sus patitas de sutura en estas venas y carne tan ordinaria que Jürgen con acierto y deleite me ha dibujado con su navaja suiza»
Casa roja de muros góticos alquilada por arrendadores muertos—1.986, tablón de arrendamientos de la Universidad de Hohenheim, Stuttgart—Bacanal: bujarras italianos con demasiadas pajas de mimbre; Saturnal: jabalíes lanzándose a las llamas de gruesas gafas catedráticas—1.986, baño de chicas, 3ª puerta, Michelle ha tirado una cucharilla negra al indoro y declama a su chute: poetisa intravenosa; ala de Antropología, Universidad de Hohenheim, Stuttgart.
«Mira espástico hijodeputa, dile a tu hermanita de coño bajo que se acerque, tú me puedes seguir mirando la bragueta como si se me hubieran perdido todos los botones, en el Festín de Hécate los hocicos van a 300 marcos, morro pequeño 250, grande 350...hueles a after shave de frutas del bosque y tienes los dientes cariados, ven y podrás morder los émbolos que quieras, bomba H de Indonesia, con lo que te queda de dentadura y hacer el truquito del jubilado en la puerta del cine porno, si te dejas joder por todos te juro no perderás tres pfennigs»
Otto sabe que le han cogido esnifando la coquera húmeda y con olor de limonada del delantero turco—lindo chico döner le escupió ácida pimienta de Alepo de su almuerzo en la cara a Otto—Otto no evita que gotas de metacrilato fluido impermeabilicen su vello de cobre eléctrico, huye para gritar, reír y anhela cualquier toma de tierra a la que conectar su polla galvánica—lindo chico döner pasmado quiere chillar hambriento «¡QUÉDATE PUERCO!», bajo la rozada toalla deportiva, gracias a la plegaria obscena de masturbación, Otto le ha ensartado 5 kilos de palpitante carne cruda a su espetón.
Encantadores jóvenes y deficientes por litio y kif se agitan por el parque Killeberg alrededor de Jürgen quién raciona las octavillas a los poseedores de chochitos y rectos con más urticaria endógena, a yonkos sin alma y de padres con trono en la Daimler-Benz, a las preciosas hembras con patillas de judía y a sus canes rasurados de la Nova Nazi Ordum, al club en pleno del Die Grafik Unbeseelt y sus fetiches artísticos colgados por argollas a sus propios cuerpos, a Golick: bonachón sin techo y auscultor tectónico metropolitano, al dueño, su mujer y nietos de la mazmorra Tepes de Stuttgart, a tres príncipes negros becados que huroneaban por allí con pellizas de auténtico hipopótamo, más más más...
«¿Crees que quiero venderte algo, a tí? ¡Puto depravado de las costuras!... ¡Oídme gentuza! Este pobre diablo hace zurcidos con nylon de pescar en orificios corporales y luego los sella con silicona cromática True Baby Skin para jugar a las muñecas pelonas con yonkas sidosas durante el colapso de heroína. Jamás vendo, nunca compro, YO lo tomo imbécil. ¿Qué esto es un folleto? Maldita chusma, esto es un volante, un pase a otro mundo, la invitación al Festín de Hécate: un rito degradado y abolido por XVIII siglos de Logia Católica, la Ceremonia del Espectro Histrión, encarnar por una noche la realidad de vuestros cochinos deseos, ¡el puto orgasmo del ego colectivo! Y, ¿sabéis por qué os quiero? Porque sois las imprescindibles pasas rancias, amorfas y empalagosas que escupiré en el relleno del gran pavo que tiene mi nombre durante el Festín de Hécate.»
27.517 marcos dentro de un espacioso macuto adidas—Jürgen viaja con su destartalada navaja suiza y pasa dos días en Munich—chalanea kilos de droga con sonrientes traficantes de pastel pequeño—decadente visir Omar convida con rolliza odalisca siria al pactar deutschebilletes—de buena mañana decadente visir Omar encuentra sanguinolentos pedazos de rolliza odalisca siria prensada en conciunzudos giros de hamaca como una jugosa bratwurst sin ahumar—11.152 marcos, droga y droga y droga, un corazón humano, un poquito de carne de por aquí y otro poco de por allá, envasados en una neverita de playa Blancanieves dentro de un no tan espacioso macuto adidas—Jürgen viaja con su destartalada navaja suiza, cruza la frontera y pasa dos días en Zürich—Un mafioso de nombre Roman il spettro lussureggiante, descamisado a la napolitana se adosa los finos tirantes a sus sudados pezones en la terraza del Hotel Mangostán confiando muy erecto en la puntualidad de Jürgen.
«¿No me darás a frotar tu dura mano de lansquenete, mhhh Jürgen? Gracias. Estás más guapo, feroz, como un guerrero tártaro. Tus dedos están de nuevo bien hidratados y atufan sangre, ¿me irás a contar lo mismo que aquella primera antes de tu fausto de iniciación? Cumpliste los 13 el día anterior, tu difunto padre reía bajo su gran yelmo cornudo, tu primita te la mamó,...¿no lo sabías? Hay familia que nunca ves pero sabes que está siempre allí. Disculpa, bueno que más dará tras tus antecedentes y tanto tiempo. El caso es que os dimos MDMA y yohimbe con los panettones y la leche alpina, purificamos a la hembra, certificamos el himen impoluto y allí estabas tú con tus preciosos resortes de oro por toda tu cabecita y tu sabrosa erección adolecente bien acolchadita por una petite dame du fer inverse, ya sabes, la koteka de los clavos labrados. Yo y todo el conciliábulo se retorció los pezones bajo las amplias túnicas negras, nos masturbamos, jadeó todo el aquelarre, te follaste a tu primita con un cipote de doce navajas sobre el canelón sanguíneo. Pan Encarnizado babeaba tiernamente de orgullo paterno, tú ya eras uno de los nuestros, el ponche de primita estaba caliente y bien servido, la orgía de presentación en sociedad iba a dar lugar...y Jürgen: adivina adivinanza ¿quién crees que se apoderó de tu pequeña dama de hierro inversa y libó ensimismado de tu cáliz de macho? Oh, Jürgen, te lo suplico, destrózame las entrañas, ¡ENTIÉRRAMELA HASTA EL HÍGADO!»
Casa roja de muros góticos alquilada por arrendadores muertos—1.986, tablón de arrendamientos de la Universidad de Hohenheim, Stuttgart—Bacanal: bujarras italianos con demasiadas pajas de mimbre; Saturnal: jabalíes lanzándose a las llamas de gruesas gafas catedráticas—1.986, baño de chicas, 3ª puerta, Michelle ha tirado una cucharilla negra al indoro y declama a su chute: poetisa intravenosa; ala de Antropología, Universidad de Hohenheim, Stuttgart.
«Mira espástico hijodeputa, dile a tu hermanita de coño bajo que se acerque, tú me puedes seguir mirando la bragueta como si se me hubieran perdido todos los botones, en el Festín de Hécate los hocicos van a 300 marcos, morro pequeño 250, grande 350...hueles a after shave de frutas del bosque y tienes los dientes cariados, ven y podrás morder los émbolos que quieras, bomba H de Indonesia, con lo que te queda de dentadura y hacer el truquito del jubilado en la puerta del cine porno, si te dejas joder por todos te juro no perderás tres pfennigs»
Otto sabe que le han cogido esnifando la coquera húmeda y con olor de limonada del delantero turco—lindo chico döner le escupió ácida pimienta de Alepo de su almuerzo en la cara a Otto—Otto no evita que gotas de metacrilato fluido impermeabilicen su vello de cobre eléctrico, huye para gritar, reír y anhela cualquier toma de tierra a la que conectar su polla galvánica—lindo chico döner pasmado quiere chillar hambriento «¡QUÉDATE PUERCO!», bajo la rozada toalla deportiva, gracias a la plegaria obscena de masturbación, Otto le ha ensartado 5 kilos de palpitante carne cruda a su espetón.
Encantadores jóvenes y deficientes por litio y kif se agitan por el parque Killeberg alrededor de Jürgen quién raciona las octavillas a los poseedores de chochitos y rectos con más urticaria endógena, a yonkos sin alma y de padres con trono en la Daimler-Benz, a las preciosas hembras con patillas de judía y a sus canes rasurados de la Nova Nazi Ordum, al club en pleno del Die Grafik Unbeseelt y sus fetiches artísticos colgados por argollas a sus propios cuerpos, a Golick: bonachón sin techo y auscultor tectónico metropolitano, al dueño, su mujer y nietos de la mazmorra Tepes de Stuttgart, a tres príncipes negros becados que huroneaban por allí con pellizas de auténtico hipopótamo, más más más...
«¿Crees que quiero venderte algo, a tí? ¡Puto depravado de las costuras!... ¡Oídme gentuza! Este pobre diablo hace zurcidos con nylon de pescar en orificios corporales y luego los sella con silicona cromática True Baby Skin para jugar a las muñecas pelonas con yonkas sidosas durante el colapso de heroína. Jamás vendo, nunca compro, YO lo tomo imbécil. ¿Qué esto es un folleto? Maldita chusma, esto es un volante, un pase a otro mundo, la invitación al Festín de Hécate: un rito degradado y abolido por XVIII siglos de Logia Católica, la Ceremonia del Espectro Histrión, encarnar por una noche la realidad de vuestros cochinos deseos, ¡el puto orgasmo del ego colectivo! Y, ¿sabéis por qué os quiero? Porque sois las imprescindibles pasas rancias, amorfas y empalagosas que escupiré en el relleno del gran pavo que tiene mi nombre durante el Festín de Hécate.»
27.517 marcos dentro de un espacioso macuto adidas—Jürgen viaja con su destartalada navaja suiza y pasa dos días en Munich—chalanea kilos de droga con sonrientes traficantes de pastel pequeño—decadente visir Omar convida con rolliza odalisca siria al pactar deutschebilletes—de buena mañana decadente visir Omar encuentra sanguinolentos pedazos de rolliza odalisca siria prensada en conciunzudos giros de hamaca como una jugosa bratwurst sin ahumar—11.152 marcos, droga y droga y droga, un corazón humano, un poquito de carne de por aquí y otro poco de por allá, envasados en una neverita de playa Blancanieves dentro de un no tan espacioso macuto adidas—Jürgen viaja con su destartalada navaja suiza, cruza la frontera y pasa dos días en Zürich—Un mafioso de nombre Roman il spettro lussureggiante, descamisado a la napolitana se adosa los finos tirantes a sus sudados pezones en la terraza del Hotel Mangostán confiando muy erecto en la puntualidad de Jürgen.
«¿No me darás a frotar tu dura mano de lansquenete, mhhh Jürgen? Gracias. Estás más guapo, feroz, como un guerrero tártaro. Tus dedos están de nuevo bien hidratados y atufan sangre, ¿me irás a contar lo mismo que aquella primera antes de tu fausto de iniciación? Cumpliste los 13 el día anterior, tu difunto padre reía bajo su gran yelmo cornudo, tu primita te la mamó,...¿no lo sabías? Hay familia que nunca ves pero sabes que está siempre allí. Disculpa, bueno que más dará tras tus antecedentes y tanto tiempo. El caso es que os dimos MDMA y yohimbe con los panettones y la leche alpina, purificamos a la hembra, certificamos el himen impoluto y allí estabas tú con tus preciosos resortes de oro por toda tu cabecita y tu sabrosa erección adolecente bien acolchadita por una petite dame du fer inverse, ya sabes, la koteka de los clavos labrados. Yo y todo el conciliábulo se retorció los pezones bajo las amplias túnicas negras, nos masturbamos, jadeó todo el aquelarre, te follaste a tu primita con un cipote de doce navajas sobre el canelón sanguíneo. Pan Encarnizado babeaba tiernamente de orgullo paterno, tú ya eras uno de los nuestros, el ponche de primita estaba caliente y bien servido, la orgía de presentación en sociedad iba a dar lugar...y Jürgen: adivina adivinanza ¿quién crees que se apoderó de tu pequeña dama de hierro inversa y libó ensimismado de tu cáliz de macho? Oh, Jürgen, te lo suplico, destrózame las entrañas, ¡ENTIÉRRAMELA HASTA EL HÍGADO!»