Historias de un soldado: Recopilación

[Sir_Kühn]

A petición superior he unido mi -fantástica- obra que ahora podrán leer y releer sin tener que cambiar de post, des de hoy postearé sus continuaciones en este mismo post. Gracias por su atención y espero que disfruten de la lectura que les brindo.

Historias de un soldado: Recopilación

Misión 1: Exploración de nuevos territorios

1 de octubre 2005,
Campamento Alpha-504

Al teniente Howells;

Finalmente hemos conseguido llegar a lo que parece la zona M-607, el territorio como temíamos, esta habitado por un numero elevado de refugiados provenientes de otras zonas, que al parecer, como nosotros, han conseguido sobrevivir al ataque.
En estos momentos mis soldados están trabajando en la construcción del nuevo campamento base, aproximadamente a unos 5 km. -dirección norte- del centro de comunicaciones.
Hace apenas 2 horas que hemos llegado en el punto ya hablado anteriormente, le escribo esta carta para informarle de la situación actual de la misión y de posibles cambios en esta:
Dentro de 2 días ya tendremos controlada totalmente la zona M-607 y actualizaremos la posición del centro de comunicaciones, para poder empezar con la preparación de la "Operación Cisne".
Los soldados que sobrevivieron al ultimo ataque están realmente muy cansados, exhaustos de luchar durante semanas en lo que parecía una batalla súbita e indefinida. Intentare subir la moral de estos con una fiesta de bienvenida, espero que las enfermeras lleguen en el periodo pactado para dar aún más alegría a los chicos.
Le informare de la situación y posibles cambios de la misión en algunas horas.

Sargento Kühn.

P.S: Dudo que tarde mucho en poder encender el puro de la victoria que usted me regalo.


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Misión 2: Sobrevivir

3 de octubre 2005,
Campamento Alpha-504

Al teniente Howells;

Los primeros dos días de exploración nos han servido para poder terminar de elaborar el mapa de la zona M-607, ya tenemos reconocido la totalidad del territorio y el campamento base pronto estará terminado, mis soldados ya empiezan ha preparase para poder mover el centro de comunicaciones a la zona pactada.
De momento ningún tipo de unidad hostil ha intentado dar señales de vida, aunque algunos de los soldados afirman haber visto movimientos "extraños" en las cercanías, aunque realmente, no me preocupan posibles ataques, yo y mis hombres estamos preparados para la batalla y dar la vida en ella.
La fiesta que se hizo ayer ha servido para generar ánimos entre la infantería, las enfermeras hicieron muy bien el trabajo de "curar" al personal "herido" y la moral de mis hombres vuelve a ser la original al inicio del gran ataque.
Mañana espero poderle informarle des del nuevo centro de comunicaciones junto al nuevo campamento base, dudo que tengamos muchos problemas en llegar asta la nueva zona.

Sargento Kühn.


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Misión 3: Saber es nacer.

Mientras el sargento Kühn daba su mensaje al alférez Slam, un ruido parecido a una explosión le alertaba. No era la primera vez que un nuevo recluta se había volado alguna extremidad jugando con las granadas pero ese ruido era demasiado estremecedor, le recordaba al sonido de las bombas "Baby" que podía distinguir con claridad, una de ellas mato a su familia entera en un ataque de la aviación enemiga. Al contrario de lo que él pensaba no estaban solos en la zona M-607, de repente un fuerte golpe en su cabeza provoco que este cayera en el suelo.
Mientras el sargento Kühn intentaba incorporarse, vio como el alférez Slam caía delante suyo, notaba como un pequeño río de sangre le recorría todo el cráneo, unas palabras le resonaban en su cerebro antes de que cayera inconsciente en el suelo -Misión cumplida, empezamos el traslado de los prisioneros, cambio y corto-


. . .



Se levanto de repente, aún tenia el cráneo lleno de sangre seca, solo recordaba la explosión y el alférez Slam delante suyo con los ojos perdidos en la infinidad de su inconsciente.
Miró a su alrededor, se encontraba en una habitación de reducidas dimensiones, una pequeña luz penetraba de forma débil y terminaba delante suyo. Miró hacia arriba y vio un pequeño agujero a unos 3 metros de donde él se encontraba, de ahí provenía la luz solar, se acercó a ella y comprobó que aún notaba su calor, al parecer no estaba muerto, se sentó en el suelo al lado de la única puerta que había y reflexiono.

No recordaba nada, no sabía como había llegado ahí, ni donde estaban sus hombres, en su cabeza -aún aturdida por el fuerte golpe- se repetía la misma frase centenares de veces "Misión cumplida, empezamos el traslado de los prisioneros, cambio y corto". Así pues, alguien había estado controlando sus movimientos, lo que decían sus hombres de movimientos "extraños" eran ciertos.
Lo que le preocupaba a Kühn en ese momento no era su estado físico, la brecha que tenia en su cabeza era un mínimo dolor comparado con el de su honor. ¿Que había hecho mal? El Sargento Kühn había seguido las instrucciones de la misión al pie de la letra, no había escatimado tiempo en reconocer el terreno M-607 y aún así habían sido atacados por algún tipo de ejercito escondido en las cercanías de donde se encontraba su campamento base. Debía hacer algo, intentar escapar de esa especie de prisión e informar al teniente Howells de su situación desesperada-.
De repente un ruido detrás de la puerta le hizo volver a la realidad, acerco su oreja derecha en ella y pudo escuchar una voz detrás de esta, aunque no consiguió entender que decía, la puerta parecía ser mas gruesa de lo que pensaba. Dos golpes secos le hicieron apartarse de ella, alguien se disponía a entrar. Se puso de pie de nuevo y espero, la puerta finalmente se abrió, de ella apareció una figura alta, un hombre corpulento lo miraba fijamente con unos ojos azules como el mar, tenia la cara llena de cicatrices, algunas de ellas eran larguísimas y se perdían por el cuello debajo de una camisa de color negro. En el pecho se podía leer con claridad un nombre bordado en letras de oro "Arensivia", por encima de los hombros llevaba una especie de nudos circulares de color blanco, el sargento supuso que ese hombre era alguien de mínimo rango en su ejercito dado el color de estos, aunque desconocía totalmente la afiliación militar de ese ser. Debajo de la camisa unos pantalones de color negro y unas botas militares terminaban la vestimenta del soldado que le seguía mirando fijamente.

-Levántese! Y acompáñeme por favor sargento.

Kühn se acerco al hombre y este le esposo las manos con un simple cordel.

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Misión 4: Investigar y reconocer

El sargento traspaso la gruesa puerta de madera siguiendo a Arensivia, tras la puerta un estrecho pasadizo aparecía ante sus ojos, estaba repleto de armas colgando de las paredes e iluminadas por focos, al lado de cada una había una pequeña ficha rectangular con la catalogación del arma, en su lado derecho opuesto Kühn pudo ver varios sacos, palas, maquinas de construcción de todo tipo y un sinfín de objetos cuyo nombre o utilidad desconocía.

Disculpe el desorden –dijo Arensivia- no estamos acostumbrados a tener prisioneros.

Siguieron el pasadizo unos 10 metros donde llegaron a unas escaleras de mármol que subían, en ese momento Kühn se desoriento aún mas, ¿Dónde se encontraba en estos momentos? Había demasiada decoración para tratarse de algún tipo de prisión enemiga, pero entonces ¿Por qué iba esposado?
Empezaron a subir las escaleras asta que llegaron, a lo que parecía, el primer piso del edificio, delante de los dos hombres se juntaban tres hileras de armaduras de distintas épocas, en ese primer piso se hubiera podido explicar toda la historia de la evolución de armaduras, des de las más rudimentarias hechas con pieles y huesos, asta las más avanzadas formas de defensa corporal, pasando por armaduras de la época medieval y de la época moderna.
Siguieron hacía adelante por la habitación principal y se pararon delante de una puerta metálica. Kühn empezó a tener una especie de sudor fría que le bajaba por toda la espalda, detrás de esas puertas podía haber el destino de su futuro, el sargento intentaba controlar su respiración y de repente se escuchó un ruido muy familiar, “Ding, dong”. Un simple ascensor le había puesto totalmente nervioso, debía y necesitaba tranquilizarse de alguna forma o moriría de un infarto en pocos minutos. Entraron en el ascensor y Arensivia presiono el botón de subida. Subieron 1 piso y las puertas del ascensor se abrieron de nuevo mostrando una nueva sala. Dentro de ella se podían contemplar una multitud de obras de arte increíble, en todas ellas aparecían soldados de distintas épocas luchando en batallas, solo una de ellas no mostraba la misma temática que las demás, esta se encontraba en el final de la sala, en ella aparecía una familia sonriendo, en el centro un hombre con un traje militar se abrazaba a lo que parecía ser su mujer, a Kühn se le encogió el corazón recordando la suya y miró de nuevo hacía su dirección avanzando y aguantando la compostura para conseguir poder controlar su emoción. Siguieron hacía adelante y el sargento pudo leer una placa que se encontraba al lado de la única puerta que había en la sala“Mando general de operaciones”.

De repente el silencio se desvaneció de nuevo por la voz de Arensivia -Sargento, sus botas por favor.-

Kühn cumplió su orden al instante, pero le era imposible estando esposado.

-Discúlpeme sargento- Arensivia saco una navaja Suiza de color rojo y le cortó el fino cordel –No estoy acostumbrado a esto sargento-.

Kühn se agachó se quitó las botas que le habían llevado por medio mundo y se las dio.
Cada vez que Arensivia decía alguna frase al sargento le venían preguntas de nuevo, cómo si de un juego se tratase, ¿Por qué me trata con tanto respeto? ¿Quién habría en la siguiente sala?.
Su acompañante de visita turística por el edificio puso sus botas al lado de la puerta y se dispuso a abrirla.
Detrás de la puerta había una nueva habitación que se encontraba en la penumbra, estaba únicamente iluminada por la luz solar y el sargento entendió que se acercaba la noche, se podía distinguir una figura humana que se le acercaba. El hombre que se le acercaba sostenía una vaso de whisky con hielo y en su otra mano un puro lo suficientemente largo como para durar, encendido, varias horas, el sargento estaba delante de una de las personas más importantes que componían el supuesto ejército que les había atacado anteriormente. Una amplia sonrisa se formó en ese personaje que tenía, ya ahora, delante suyo.

[Mr. Mxyzptlk]

Podrias escribir la puta eneida que el san benito de tonto no te lo quita ni dios.

Cosa tuya eh, no mia.

Luego te leo.

[Bipolar]

Eres un poco el Boffil de por aquí, razón no le falta al sieso este del nombre chungo. No te esfuerces.

[Merodeador]

Ni puto caso, escribe lo que quieras, si a ti te gusta a otro como tú tambien le gustará.
Menuda mierda de razonamiento cojido por los pelos.

[Churrero Cerdo]

¿Aquí es donde se viene a hablar de gazpachos?

[Mr. Mxyzptlk]

Eres un poco el Boffil de por aquí, razón no le falta al sieso este del nombre chungo. No te esfuerces.

Me han llamado cosas pero nunca ano con la porción inferior del intestino recto.

Sieso segun la rae,que debe ser algo asi como un goatse supongo, porque mira que me cuesta visualizar la porcion inferior del intestino recto.

Putos modernos.

Contra mecano se luchaba mejor.