Ya lo creo que hubo silencio
Publicado: 02 Oct 2005 14:58
Llegó un momento en que el Universo entero se detuvo y enfrió. No importaba lo que estuviera haciendo en ese momento cualquier civilización, si alguien estaba a punto de batear la pelota que venía por el aire o estaba volando un planeta en pedazos con su rayo de antimateria.
Cada una de las partículas se detuvo. Hizo frio. Hubo silencio. Si nada se mueve, es evidente que habrá silencio.
Pues hubo silencio, ya lo creo que lo hubo. Bendito Silencio.
Los planetas no orbitaban, las células no vibraban y los quantums no latían. Una raza estaba a medio gritar cuando un agujero negro engullía su planeta, sumiéndolo en la compresión absoluta. Una bacteria realizaba la primera de muchas biparticiones en algún nuevo mundo.
Todo estaba tranquilo, de repente. Todo estaba tan bonito, así de callado. Ahora sí.
Entonces nosotros, desfile fantasma, atravesamos los cortinajes del espacio. Al que le gustaba danzar, danzó. Al que le gustaba pasear, paseó. A veces tuvimos que retorcernos para pasar entre planetas y soles. Las galaxias eran enormes, densas y molestas, y había que partirse por la mitad y, a veces, hasta dejar ser, para poder pasar a través de ellas.
Todo estaba francamente interesante. Un planeta azul y verde estaba incluso apetitoso, pero no era esa la cuestión.
Uno rompió algo, pero nadie se molestó en reprochárselo. Quizá ni en buscar al culpable. Probablemente miró a su alrededor y, siendo ignorado, siguió escurriéndose entre los astros con sonrisa ladina.
Frio, frio, frio. Qué frio estás ahora.
Se formaron corros, uno de ellos en torno a una supernova relumbrante, pero siempre fui más de hacer el tonto a solas. Me apoyé en un planeta grande como un sol y salté para encajar mi cabeza en un agujero negro.
¡Hola!
Con nosotros no valen esas tonterías.
Ni eco había.
¿Mencioné que todo era silencio? Sí.
Cuando el Universo está en marcha, nosotros no podemos ser. Y cuando está congelado y podemos ser, entonces todo está detenido, así que nada nos puede afectar. Por naturaleza, por lógica, los soles nunca nos podrán quemar ni los agujeros tragar.
Más allá del límite, todo estaba bastante vacio y aburrido. No es que dentro fuera la gran fiesta, pero era divertido danzar y clavarse algún asteroide, o estrujar una mullida galaxia.
Pobre gente. ¿Y estos? Deben estar pasando frio. ¿Serán conscientes de que el tiempo se ha detenido? No.
Creí ver en algún sitio media sonrisa de comprensión, pero nunca lo sabré. Mejor así.
Nos gustaba joder. Nos gustaba joder bien las cosas, ya lo creo. A uno se le fue la mano, se saltó las normas y cambió algo importante de sitio. Algo que después se echaría de menos. Años luz aquí, años luz allá, tampoco es para tanto. Teníamos que darnos una alegría, por una vez. Esto no pasa todos los días.
Sonreí. Sonreí mucho. Sonreí tanto que se me veían infinitos dientes bien clavados en mis encías. Sentado en la luna más grande de todas.
¡Rodad! ¡Rodad!
¡Todo está parado y frio! ¿Qué más da? ¡Rodad, reptad y brincad antes de que alguien eche el cierre a este tinglado!
No somos malos. Es simplemente que nos hicieron para merodear así, de puntillas, encorvados, con esta sonrisa, con esta pinta tan maligna.
Rodad, pero rodad de vuelta tras las cortinas, que esto va a ponerse de nuevo en marcha.
Veremos, cuando esto arranque de nuevo, si puede aguantar tanto frio.
FIN
8 de julio de 2005
Cada una de las partículas se detuvo. Hizo frio. Hubo silencio. Si nada se mueve, es evidente que habrá silencio.
Pues hubo silencio, ya lo creo que lo hubo. Bendito Silencio.
Los planetas no orbitaban, las células no vibraban y los quantums no latían. Una raza estaba a medio gritar cuando un agujero negro engullía su planeta, sumiéndolo en la compresión absoluta. Una bacteria realizaba la primera de muchas biparticiones en algún nuevo mundo.
Todo estaba tranquilo, de repente. Todo estaba tan bonito, así de callado. Ahora sí.
Entonces nosotros, desfile fantasma, atravesamos los cortinajes del espacio. Al que le gustaba danzar, danzó. Al que le gustaba pasear, paseó. A veces tuvimos que retorcernos para pasar entre planetas y soles. Las galaxias eran enormes, densas y molestas, y había que partirse por la mitad y, a veces, hasta dejar ser, para poder pasar a través de ellas.
Todo estaba francamente interesante. Un planeta azul y verde estaba incluso apetitoso, pero no era esa la cuestión.
Uno rompió algo, pero nadie se molestó en reprochárselo. Quizá ni en buscar al culpable. Probablemente miró a su alrededor y, siendo ignorado, siguió escurriéndose entre los astros con sonrisa ladina.
Frio, frio, frio. Qué frio estás ahora.
Se formaron corros, uno de ellos en torno a una supernova relumbrante, pero siempre fui más de hacer el tonto a solas. Me apoyé en un planeta grande como un sol y salté para encajar mi cabeza en un agujero negro.
¡Hola!
Con nosotros no valen esas tonterías.
Ni eco había.
¿Mencioné que todo era silencio? Sí.
Cuando el Universo está en marcha, nosotros no podemos ser. Y cuando está congelado y podemos ser, entonces todo está detenido, así que nada nos puede afectar. Por naturaleza, por lógica, los soles nunca nos podrán quemar ni los agujeros tragar.
Más allá del límite, todo estaba bastante vacio y aburrido. No es que dentro fuera la gran fiesta, pero era divertido danzar y clavarse algún asteroide, o estrujar una mullida galaxia.
Pobre gente. ¿Y estos? Deben estar pasando frio. ¿Serán conscientes de que el tiempo se ha detenido? No.
Creí ver en algún sitio media sonrisa de comprensión, pero nunca lo sabré. Mejor así.
Nos gustaba joder. Nos gustaba joder bien las cosas, ya lo creo. A uno se le fue la mano, se saltó las normas y cambió algo importante de sitio. Algo que después se echaría de menos. Años luz aquí, años luz allá, tampoco es para tanto. Teníamos que darnos una alegría, por una vez. Esto no pasa todos los días.
Sonreí. Sonreí mucho. Sonreí tanto que se me veían infinitos dientes bien clavados en mis encías. Sentado en la luna más grande de todas.
¡Rodad! ¡Rodad!
¡Todo está parado y frio! ¿Qué más da? ¡Rodad, reptad y brincad antes de que alguien eche el cierre a este tinglado!
No somos malos. Es simplemente que nos hicieron para merodear así, de puntillas, encorvados, con esta sonrisa, con esta pinta tan maligna.
Rodad, pero rodad de vuelta tras las cortinas, que esto va a ponerse de nuevo en marcha.
Veremos, cuando esto arranque de nuevo, si puede aguantar tanto frio.
FIN
8 de julio de 2005