pH, más que hamor, frensi.

Me desperté en la cama atado a los barrotes de los lados con vendas. El hospital olía bien, las flores de las visitas se amontonaban en las puertas de los pasillos donde se marchitaban. La noche llamaba a la muerte que recorría los pasillos con el ruido metálico de la camilla para amortajar. Dormitaba durante el día los ratos que podía para pasar la noche despierto. Deambulaba por las salas como alma en pena y recorría las plantas buscando colillas que fumaba escondido en el hueco de la escalera. Robaba. En las excursiones nocturnas quitaba a los terminales los goteos de morfina y les ponía agua. Negociaba con los yonquis y el tabaco y las golosinas no me faltaban. Puta enfermera chivata seguro que se lo dice a mis padres.


Je, je!!