Hay que abrir las manos para que el pajaro pueda volar.

[Pendiente de un hilo]

Acostumbrado a no rendirme nunca, a ser condescendiente con mis pensamientos, y con todas sus repercusiones, hoy me siento vacío, se ha esfumado aquel "yo" para dejar paso al derrotado otra vez. Nunca pensé que me costaría separarme tanto de algo físico, pues siempre he sido bastante más espiritual, aún cuando se trata de un sentimiento. Esta vez es distinto, me pesa el cuerpo cada vez que intento tumbarme en la cama y pensar en otra cosa, me resulta imposible, aún sabiendo que es lo necesario. Se cierra un ciclo, un ciclo en el que me he sentido feliz, feliz de poder imaginar un futuro brillante, un futuro donde ese regusto amargo que siempre me han dejado los acontecimientos desaparezca, sigo teniendo esa amargura, pero esta vez la he creado yo de la nada, he hundido mis huesos lentamente en el lodo mientras externamente contemplo como mi cuerpo se desvanece. Quiero salir de ahí, quiero respirar un nuevo aire que no contenga esa fragancia, que me destruye y a la vez es tan agradable, quiero dejar de sentir, ser una maquina acondicionada para vivir en los tiempos que corren, y que hace mucho me dejaron atrás. Quiero borrar tu nombre, letra a letra, como si estuviese dotado de un poder divino, quiero dejar de ver tus ojos al cerrar los mios, simplemente desear no haberte conocido, odiarte, pero me resulta tan difícil. Se que estoy perdiendo algo muy valioso, ya no solo mi cordura, sino una mano tendida por tu parte, pero me es imposible coger esa mano y sentir como sorbe mi alma. Muchas veces deseo estar muerto, muchas otras deseo que seas tu quien lo este, para poder llorar-te irremediablemente, quiero creer que jamás volveré a ver tus ojos, y así olvidar como son, las sensación que me producen. Solo quiero hacer mi vida sin que tus palabras repercutan tanto en ella, hacer que todo sea más fácil, hacer ver que no te conozco y que así no existas. Quiero amarme a mi mismo y no amarte a ti, pues eso es lo que me mata cada día un poco.

Hoy el derrotado debe matar a ese yo, para que el nuevo yo pueda matar mañana al derrotado, para poder crear algo nuevo hay que destruir lo viejo.