Si se da el caso
Publicado: 29 Jun 2014 02:27
Que la vida no era fácil lo supo desde el momento en que nació, cuando el puto cordón umbilical de su madre casi le estrangula. Así que cuando alguien le repetía la repetida frase, respondía con un guantazo y decía: pues llevas razón.
Y Chitón.
No sonreía casi nunca, y le molestaba la gente frívola que se reía por cualquier idiotez. Respondía a sus miradas de complicidad con el gesto impertérrito y cabreado de un Beethoven despeinado que tiene mejores cosas que hacer que reírse de una gorda. Él también es un artista. No está sordo, pero nadie le escucha, que es peor. La expresión correcta sería que nadie le lee, porque él escribe, aunque últimamente no escribe mucho porque el hastío le ha comido el ánimo y las musas necesitan que les hagan palmas. Tiene las manos ocupadas haciéndose pajas muchas veces al día, asqueado, sudado, oliendo a humano de mierda. Porque fuma mierda, come mierda, bebe mierda, y no limpia su casa de mierda en un barrio normal. Pero no sale de ahí.
Y está jodida y desesperadamente solo. Ya no se tiene ni a él. A los que no huyeron los echó y a los que quiso recuperar les gritó, y no tenía a nadie para contar lo triste y humillado que se sentía por hacer tan mal las cosas.
Así que nadie le lee, ni a nadie habla. Los vecinos le miran con recelo y eso le cabrea, pero no dice nada. Sus padres le pasan dinero, más por obligación que por amor, y no da las gracias porque no se merecen. Y de eso vive, y llegará el día en que su padre cumplirá la amenaza de dejar de mantenerlo, y quizá se deje morir de hambre o se busque un curro o robe un banco para que le metan en la cárcel y vivir del estado. Se debate entre esas tres.
Lo jodido viene ahora, cuando tocan a la puerta y le cambian el rumbo de su no-vida. Quién cojones... ya ni se acordaba de cómo sonaba el timbre. La mirilla llena de mierda permite intuir a la vecina de enfrente, que se mueve nerviosa esperando respuesta. Abre. Ella le mira directamente a los ojos, provocando un estremecimiento inmenso, puede notar cómo los pulmones se le estrechan y el corazón de tan rápido parece haberse parado. Gracias a dios que estás en casa. Te necesito.
Y al escuchar esas palabras sintió como su alma se limpiaba las manos de lefa y empezó a dar palmas por dentro.
(...)
Y Chitón.
No sonreía casi nunca, y le molestaba la gente frívola que se reía por cualquier idiotez. Respondía a sus miradas de complicidad con el gesto impertérrito y cabreado de un Beethoven despeinado que tiene mejores cosas que hacer que reírse de una gorda. Él también es un artista. No está sordo, pero nadie le escucha, que es peor. La expresión correcta sería que nadie le lee, porque él escribe, aunque últimamente no escribe mucho porque el hastío le ha comido el ánimo y las musas necesitan que les hagan palmas. Tiene las manos ocupadas haciéndose pajas muchas veces al día, asqueado, sudado, oliendo a humano de mierda. Porque fuma mierda, come mierda, bebe mierda, y no limpia su casa de mierda en un barrio normal. Pero no sale de ahí.
Y está jodida y desesperadamente solo. Ya no se tiene ni a él. A los que no huyeron los echó y a los que quiso recuperar les gritó, y no tenía a nadie para contar lo triste y humillado que se sentía por hacer tan mal las cosas.
Así que nadie le lee, ni a nadie habla. Los vecinos le miran con recelo y eso le cabrea, pero no dice nada. Sus padres le pasan dinero, más por obligación que por amor, y no da las gracias porque no se merecen. Y de eso vive, y llegará el día en que su padre cumplirá la amenaza de dejar de mantenerlo, y quizá se deje morir de hambre o se busque un curro o robe un banco para que le metan en la cárcel y vivir del estado. Se debate entre esas tres.
Lo jodido viene ahora, cuando tocan a la puerta y le cambian el rumbo de su no-vida. Quién cojones... ya ni se acordaba de cómo sonaba el timbre. La mirilla llena de mierda permite intuir a la vecina de enfrente, que se mueve nerviosa esperando respuesta. Abre. Ella le mira directamente a los ojos, provocando un estremecimiento inmenso, puede notar cómo los pulmones se le estrechan y el corazón de tan rápido parece haberse parado. Gracias a dios que estás en casa. Te necesito.
Y al escuchar esas palabras sintió como su alma se limpiaba las manos de lefa y empezó a dar palmas por dentro.
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