pH, más que hamor, frensi.

En algún lugar donde el crepúsculo dora la carne alguien te anhela. Alguien te intuye y te dibuja tercamente en la arena mientras las olas se tragan tus trazos. Alguien que teme alejarse de la orilla por si se pierde el instante fugaz de tu paso. Descuida: no necesitarás brillar. No te hará falta afilar los sentidos, ni lustre, ni reclamos, ni brújula, ni péndulo. La Providencia alambica las cuerdas con las que teje el Cosmos para favorecerte al fin, dulce y doliente delfín. Por primera vez -¿en cuánto tiempo?- bastarás.

INDIFERENCIA

El huracán asoló el arrecife triturando el coral milenario. Una minúscula arista cayó en la sima y fue a hincarse en el terso vientre de una ostra. El músculo ciego sangró. Logró tensar toda su fibra, batir frenéticamente sus cilios, filtrar hectómetros de océano, moquear, cicatrizar el tajo y envolver al intruso en una película de nácar. El proceso duró años y reclamó toda su ciencia bivalva. Cuando ya estaba a punto de regresar a su plácido autismo, una horda de centollos la sorprendieron en esos instantes finales de convalecencia, desprevenida y exhausta. Las pinzas hicieron jirones la carne y añicos la concha, que barrió la corriente. Con un torpe aleteo, un rodaballo sepultó en limo la perla ignorada. Eones de presión y sedimentos compactaron el lecho marino en un bloque gigantesco que encapsuló para siempre el hermoso fruto de tanto dolor.

Sí, sí, es horroroso. Pero si Urdu tuviese dieciséis años y escribiera treinta de esos poniéndolos en verso, se hacía rico.

Ahora es lo que se lleva. Mira:

En algún lugar
donde el crepúsculo
dora la carne
alguien te anhela.

Alguien te intuye
y te dibuja
tercamente
en la arena

mientras las olas se tragan tus trazos.

Alguien que teme alejarse de la orilla
por si se pierde el instante fugaz de tu paso.

Espantoso, lo sé, pero no más que lo que se viene premiando hoy en día a las chicas que escriben versos y salen en los periódicos de provincias y de vez en cuando en la radio. No más. Incluso aseado en comparación.




Fíjate.

Por eso escribo en prosa y en un sólo párrafo. Para evitar así cualquier pretensión.

Ahora profana el segundo.

No, si sigue siendo igualmente pretencioso, tú por eso no te preocupes.

Que escribes en un sólo párrafo, sí, pero saturándolo. Y no diciendo nada, eso también. Ahora, que igual he sido yo el que me he perdido entre tanta Providencia y tanto Cosmos y vientres de Ostras y centollos, y en realidad lo que estás escribiendo son obras maestras indiscutibles.


Igual, oye, igual. Vete tú a saber.



6D

Yo creo que se puede saturar cuando se es breve. Luego habrá quien prefiera siete párrafos de treinta líneas regados de canalladas. Cada hombre se lame su heridas con su propia saliva, y la saliva propia siempre es insípida, aunque hieda. Yo a veces me lavo la nuca después de follar y me olvido de mi polla, asqueado por el olor de esa saliva que más abajo no alcanzo a oler.

Pues siento mucho que no te gusten mis microrelatos, y que para una vez en años que me arranco no haya dicho nada. Porque yo, cuando me arranco, lo hago pensando en agradar al caudillo del subforo del momento, y a nadie más. Creí que seguía siendo Dolor y has resultado ser tú. Tendré que ponerme al día. Empaparme de Bukowski y de Sabina. ¡Hay tantos cambios en este foro!

Insisto en que igual lo que a mí me ha parecido una página arrancada del diario de un adolescente muy sensible que escribe con la boca llena a otro le parece lluvia dorada, y se corre leyéndolo. O no.


¿Has probado a enseñárselo a Alvarito? Tendrías que venderte mejor.

Urdu escribió:Pues siento mucho que no te gusten mis microrelatos, y que para una vez en años que me arranco no haya dicho nada. Porque yo, cuando me arranco, lo hago pensando en agradar al caudillo del subforo del momento, y a nadie más. Creí que seguía siendo Dolor y has resultado ser tú. Tendré que ponerme al día. Empaparme de Bukowski y de Sabina. ¡Hay tantos cambios en este foro!

Claro que continúo siendo yo el caudillo de este subforo, Urdu. Todavía nadie ha superado mi perfecta y preciosa prosa. A mí me encanta leerte, aunque estos dos micros vienen un poco flojos. Eso sí, coincido contigo en que sólo se puede saturar en un relato breve, que se lea en un suspiro y donde sea el ritmo musical que marca la saturación el que guíe el relato.

Tu, besines y eso de tu caudillo;

Dolordebarriga