El acordeón
Publicado: 20 Nov 2007 23:47
Queridos amigos, queridas familias, muy buenas noches. Heme aquí de nuevo, después de una larga ausencia. Y aquí me encuentro, en el abismo; el infinito vacío de la pantalla en blanco, ¡qué vértigo! los soldados del pensamiento se abren paso entre la cimbreantes cuerdas vocales, se deslizan por mi lengua y nacen de mis labios, húmedos y victoriosos, dando brincos, alegres cánticos, ¡qué bella es la palabra! Hay que abrir los sentidos, la mente...en las esquinas y oscuros recovecos, está delante de nosotros y no lo vemos, buscando más y más lejos....Nos perdemos.
Que digo yo, de algo "interesante" tendré que hablar , ¿no?. Aunque no sé me dé muy bien hablar de cosas interesantes. Esta tarde, en el tren, camino de mi dulce hogar, mientras repasaba unos apuentes...."Buenas tardes señoras y caballllllleros, voy a amenisarles la tarde con un poquito de música....bla, bla, bla". Genuinamente argentino. Jóven, rubio, ojos azules, alto. Su voz era energética, vibrante y alegre. En sus manos, un acordeón enorme. Antes de tocar, dijo algo parecido a "espero no molestarles". Pero qué molestar chiquillo, toca, toca, y a ver si nos animas (esto, evidentemente, pá mis adentros). Si alguno de vosotros sois habituales del tren, como es mi caso, habreis observado, que los vagones no transportan personas, sino almas en pena, preocupaciones, caras largas, bostezos. Un universo de individualidades. Auriculares clavados a conciencia en las orejotas. Ojos devorados por pantallas luminosas de móviles. Individuos concentrados en su profunda pena existencial (los que fingen dormir, esos, esos).
Tras lo cual, me dispongo espectante y llena de entusiasmo a escuchar las notas de aquel acordeón, instrumento que siempre me ha parecido dificílísimo de tocar. ¡Qué maravilla! ¡Qué música tan armoniosa! ¡Qué talento, qué derroche! Eran pocos los que escuchaban, la mayoría continuaban sumergidos en sus burbujas de pena y auriculares clavados en las orejotas. ¡Ay! Y luego, como soy de mente calenturienta, imaginé otras muchas cosas de aquel chico que tocaba con tanta pasión el acordeón, pero eso ya, no os lo voy a contar, jejeje!
En fin, una pequeña reflexión del día de hoy. Un día muy lluvioso por cierto, pero es que hoy, hasta la lluvia me gusta.
Narciso, gracias por tus comentarios, qué buena gente!! Así da gusto, me alegro de que te gustarán mis zapatos parlantes!
Y Dolorcín, heme aquí, toda para tí, creo recordar que soy tu apadrinada, ¿no? (qué mal suena eso!) bueno, en qué consiste? tendremos algún tipo de contacto físico? jejeje!
Ciao!!!!!!!!!!!!!!!
Que digo yo, de algo "interesante" tendré que hablar , ¿no?. Aunque no sé me dé muy bien hablar de cosas interesantes. Esta tarde, en el tren, camino de mi dulce hogar, mientras repasaba unos apuentes...."Buenas tardes señoras y caballllllleros, voy a amenisarles la tarde con un poquito de música....bla, bla, bla". Genuinamente argentino. Jóven, rubio, ojos azules, alto. Su voz era energética, vibrante y alegre. En sus manos, un acordeón enorme. Antes de tocar, dijo algo parecido a "espero no molestarles". Pero qué molestar chiquillo, toca, toca, y a ver si nos animas (esto, evidentemente, pá mis adentros). Si alguno de vosotros sois habituales del tren, como es mi caso, habreis observado, que los vagones no transportan personas, sino almas en pena, preocupaciones, caras largas, bostezos. Un universo de individualidades. Auriculares clavados a conciencia en las orejotas. Ojos devorados por pantallas luminosas de móviles. Individuos concentrados en su profunda pena existencial (los que fingen dormir, esos, esos).
Tras lo cual, me dispongo espectante y llena de entusiasmo a escuchar las notas de aquel acordeón, instrumento que siempre me ha parecido dificílísimo de tocar. ¡Qué maravilla! ¡Qué música tan armoniosa! ¡Qué talento, qué derroche! Eran pocos los que escuchaban, la mayoría continuaban sumergidos en sus burbujas de pena y auriculares clavados en las orejotas. ¡Ay! Y luego, como soy de mente calenturienta, imaginé otras muchas cosas de aquel chico que tocaba con tanta pasión el acordeón, pero eso ya, no os lo voy a contar, jejeje!
En fin, una pequeña reflexión del día de hoy. Un día muy lluvioso por cierto, pero es que hoy, hasta la lluvia me gusta.
Narciso, gracias por tus comentarios, qué buena gente!! Así da gusto, me alegro de que te gustarán mis zapatos parlantes!
Y Dolorcín, heme aquí, toda para tí, creo recordar que soy tu apadrinada, ¿no? (qué mal suena eso!) bueno, en qué consiste? tendremos algún tipo de contacto físico? jejeje!
Ciao!!!!!!!!!!!!!!!