sookie escribió:Sentí un cosquilleo en la boca del estómago seguido de unas punzadas impertinentes y ¿dolorosas? inmediatamente debajo de mi ombligo. Después de observar a los mortales llorar y retorcerse de dolor, esto sin duda debía ser parecido. Apretando los dientes busqué a la carrera y con torpeza el cuarto de baño; me senté en lo que sería a partir de ahora lo más parecido a mi ya añorado trono olímpico y tuve la primera experiencia fisiológica de mi eternidad. Con curiosidad observaba un líquido casi incoloro fluyendo de mis entrañas; del alivio inicial pasé al pavor al comprobar que, poco a poco, tornaba a bermellón.
Hay que ser mujera para entender lo veraz de la descripción en este párrafo. Ta bien, planos.
Esto tiene pinta de transformarse en una especie de Sin noticias de GURB.
La idea está bien, pero... En un relato único mola sobrecargar las frases con adjetivos pomposos, como el árbol de navidad de Urdu. Sobre todo si están bien elegidos y bien puestos. En una serie de relatos la misma sobrecarga te da la sensación de estar caminando sobre una buena capa de fango que dificulta inútilmente la lectura. Siguen quedando bien dentro de la historia, pero probablemente no sean necesarios para transmitir lo idea central de lo que se cuenta.
Yo es que le pongo pegas a todo. Siga, siga.
Jordison escribió: ↑08 Jun 2018 11:33
Joder, la tienes dentrísimo.
The last samurai escribió:Esto tiene pinta de transformarse en una especie de Sin noticias de GURB.
Ojalá, pero me temo que acabarán pareciéndose como un huevo a una castaña. Tengo bastantes problemas para no caer en la ñoñez y el dramatismo escriba sobre lo que escriba pero es que además, me cuesta bastante exteriorizar lo que yo entiendo por humor. Relajarme, en definitiva. Tiendo, como bien has observado, al formalismo por defecto. Y eso que he corregido bastantes cosas antes de publicar; imagina lo que sería el original. Así que os seguiré castigando con los tres o cuatro capítulos que quedan pero más que nada, porque no me gusta dejar las cosas a medias. Bueno, y por Straika, también.
No sé, Samuradi. A mí me gusta la prosa despejada y soy de los que opinan que en casi cualquier texto, de cada dos adjetivos sobran tres, pero hay excepciones. Precisamente Mendoza, al que citas, otorga una voz pomposa al narrador de la trilogía de la cripta embrujada etc. como recuerso humorístico. En este caso, la prosa relamida es la caracterización de una voz "clásica", una diosa griega. Así que no parece desentonar, a no ser que aparezca en otro episodio el cobrador de Mapfre y en el diálogo hable igual, que entonces sí que la cagamos.
Tres días han pasado desde que habito humanamente este chamizo inhumano.
Tres días adaptándome a mis nuevas circunstancias; comprendiendo el por qué del escepticismo de muchos de mis provisionales congéneres ante la fragilidad de sus vidas. Tres días asimilando conceptos que son inexplicables si no los padece uno mismo; el dolor, el hambre y la sed, el insomnio, la tristeza, el asco, la pereza, los nervios, la indecisión, el frío o el calor, la vergüenza, la debilidad, la ignorancia y sobre todo, el miedo. El miedo a las sensaciones desconocidas me paraliza: soy vulnerable.
Ésta no es una película en la que una Diosa se convierte en mujer -para que me entiendan, lo contrario a lo que le ocurre a Sabrina o a Julia Roberts, que pasan de mujeres a Diosas de una manera absurda e irrealmente pulcra-. Aquí nadie adapta el guión a lo que el público espera censurando los detalles escabrosos para no convertirlo en un culebrón sudamericano infumable. Esta película la dirige Zeus; tiene toda una eternidad para consagrarse como mejor director, no tiene límite presupuestario y lo más importante y preocupante: es la versión olímpica de William Wyler.
[30/01/2.009]
Ya sé lo que significa ser mujer biológicamente hablando; me he empapado durante estos tres primeros días de todos los anuncios publicitarios que he sido capaz de asimilar y he conocido a mi casero. Me había hecho a la idea de estar en igualdad de condiciones con los mortales, pero aceptar que mi bienestar depende de uno de ellos no entraba en mis planes. Menos aún en los planes de mi carácter y mi divino orgullo.
Le he hablado del grifo que gotea en la cocina, del mobiliario cochambroso, del hedor irrespirable de los desagües del baño; de la nevera que bien podría ser un armario por lo que enfría, de los estridentes gemidos de mis promiscuos vecinos que violan cada noche la fragilidad de mis tímpanos, de la luz que él llama ambiental y que no es sino falta de bombillas. Todo esto sin mencionar a los seres vivos que comparten techo conmigo.
Ricardo, mi casero, es un humano inusual. Me hacía un reconocimiento visual íntegro mientras yo le enumeraba mis penurias casi sin respirar. Su expresivo rostro le evitaba tener que esforzarse en la comunicación oral, aunque su aspecto en general era de alguien que no se había esforzado en toda su vulgar existencia más que para reclamar a sus inquilinos el pago de la mensualidad. La inquietante oscuridad de sus ojos daba a su mirada una profundidad que hacía casi imposible no bajar la vista al hablar con él por miedo a despeñarse. Él lo sabía y se aprovechaba de su poder intimidatorio.
Cuando acabé de recitarle mis quejas su rostro, en un acto reflejo, adoptó una forma que expresaba ternura; respiré aliviada, pero su mejor y más sarcástica sonrisa hizo acto de presencia. Ricardo iba a hablar. La solemnidad del momento requería silencio absoluto.
- ¿Cómo dijiste que te llamabas, nena? -preguntó. - Hera. Me llamo Hera -contesté titubeante. - Te seré franco, Hera: no estás nada mal para tener nombre de mermelada. Mueve el culo fuera de mi vista antes de que te unte en mis tostadas.
Primera decisión inamovible: Ricardo será el primer mortal que visite cuando recupere mi condición divina. Nuevos conceptos humanos asimilados: odio y venganza.
The last samurai escribió:Ese casero debe ser mu gilipollas para echar de su casa a una inquilina que vive sola y está buenorris.
Efectivamente. Aunque es creíble que le interese más el vil metal que un trabajoso y algo forzado alivio genital.
Lo que no está nada bien, y aquí me atribuyo el irritante rol preziano de poner pegas, es lo siguiente:
Primera decisión inamovible: Ricardo será el primer mortal que visite cuando recupere mi condición divina. Nuevos conceptos humanos asimilados: odio y venganza.
De toda la vida de Dios olímpico, el odio y la venganza han sido atributos muy divinos, lo que es comprensible, ya que la eternidad tiene invitables y largos periodos de coñazo absoluto y ya decía mi abuela que "la mente ociosa es taller del Diablo".
Me viene a la cabeza el castigo de París en el concurso de belleza y algunos otros odios y envidias sobre líos de alcoba divinos.
En general me gusta, logras mantener el interés.
Pepe escribió: A mi todo esto (la extinción del lince) me parece una mierda. El lince mola, es bonito como gato y elegante como abrigo, que se vaya a la mierda no mola, que hagan corridas de linces.
Stewie escribió:Lo que no está nada bien, y aquí me atribuyo el irritante rol preziano de poner pegas, es lo siguiente:
De toda la vida de Dios olímpico, el odio y la venganza han sido atributos muy divinos, lo que es comprensible, ya que la eternidad tiene invitables y largos periodos de coñazo absoluto y ya decía mi abuela que "la mente ociosa es taller del Diablo".
Me viene a la cabeza el castigo de París en el concurso de belleza y algunos otros odios y envidias sobre líos de alcoba divinos.
Tienes razón y precisamente Hera, la oh-Diosa, es uno de los personajes más vengativos de la mitología debido fundamentalmente a los celos. De ahí que esa afirmación sea irónica, aunque entiendo que igual me he pasado hilando fino; te darás cuenta según vaya avanzando si es que no tropiezo.