Pues a mí Button me parece, cada vez más, un piloto de primera línea. Ya me lo pareció cuando tenía compañeros truculentos como Sato, me lo parece mucho más ahora que tiene a su lado a un piloto contrastado como Barrichello, al que supera -y de calle- carrera tras carrera.
Su pole fue inmejorable. Creíamos muchos que se trataba sólo de una pole de cara a la galería, conseguida con una baja carga de gasolina. Pero no, iba cargadito y aún así superó a Renaults, McLarens y Ferraris. ¿Rubens? Psé, por allá la 16ª posición. Nadie diría que corren en la misma escudería.
También creíamos muchos que los Renaults lo pasarían sin problemas al arrancar, ya que destacan por sus salidas intachables y en cambio Button acostumbra a destacar por lo contrario. De nuevo me equivoqué y se equivocaron muchos. De acuerdo, Fisi volvió a su papel de Fisi, la suerte le dio la espalda de nuevo y tuvo que salir desde el box. Pero Alonso ni siquiera le enseñó el morro a Button, que salió flechado. Ojo, que nadie crea que lo que pasó fue que Alonso saliera mal, no: ambos le sacaron distancia al resto de pilotos.
Aguantó, con un coche peor, a un Alonso muy ofensivo, o al menos lo hizo hasta que sufrió una pérdida de potencia en el motor y ahí ya no pudo obrar el milagro. Por si eso no fuera poco, las numerosas salidas del Safety car contribuyeron, en primer lugar, a que cada segundo que le sacaba a los de detrás se quedara en nada. En segundo lugar, contribuyeron a evidenciar el problema de los Honda con los neumáticos: les cuesta calentarlos y, con el SC saliendo cada diez vueltas, les resultó imposible mantenerlos calientes. A partir de ahí, Button se limitó a ir rodando, observando cómo los demás lo iban pasando uno tras otro y lamentando lo que podría haber sido y no fue. Hasta llegar a la última vuelta, en los últimos metros, cuando su motor rompió a arder.
Toma ñusco!
Podría haber cruzado la meta, pero desde el box le ordenaron que no lo hiciera. ¿Porqué? Bueno, porque de este modo podrán cambiar el motor sin sufrir una penalización de diez posiciones en la parrilla de San Marino (la próxima carrera). La regla dice que si un motor se rompe en carrera, puede cambiarse sin penalización. En Honda creyeron que lo más provechoso sería parar ahí, cambiar el motor (que, de hecho, hasta les vino bien, recordemos que el motor que montaba en ese momento sufría de falta de potencia y en Imola eso es más putada que en ninguna otra parte) y hacer borrón y cuenta nueva de cara a la siguiente carrera.
Bien hecho. Porque, si Jenson corre como lo ha hecho en Australia, apunta a podio.
Por lo que al resto respecta, pocas novedades:
- Alonso ganó sin despeinarse; todos sus competidores parecían demasiado ocupados hostiándose entre ellos o cagándola como para apuntar hacia la cabeza de carrera.
- Raikkonen tuvo sus momentos bonitos de lucha para escalar posiciones, pero cuando se colocó segundo no pareció en ningún momento un peligro para Alonso.
- Montoya volvió a hacer de las suyas. Jeje, qué buenas las tomas del tipo justificándose ante los de su equipo, diciendo que el coche se le había parado y por eso no había podido seguir. Mentecato, no te hubieras tragado ese piano como lo hiciste y el coche no se te habría parado. Qué tipo este Montoya.
- Toyota parece que vuelve a sacar la cabeza por arriba, pero no deja de parecer un espejismo. Con ambos Ferrari fuera, un McLaren, un Renault que salió último y un Button desafortunado, no parecía muy difícil conseguir el tercer lugar que logró Shumi junior. Trulli sigue hundido, y uno se pregunta si verdaderamente merecía la pena el cambio de configuración que llevaron a cabo los japos para beneficiar el pilotaje de Ralph en detrimento de Jarno.