Sí, sí... en Detroit sí que pinta bien Iverson y no en esa mediocridad de Nuggets con ese uniforme tan gay. Por fin estará en un equipo de verdad, y no en aquellos patéticos 76ers que no podían hacer otra cosa que no fuera jugar para él, ni en Denver donde todo el mundo jugaba para sí mismo, con la excepción el año pasado de Samurai Camby, que lo vio clarinete y optó por largarse de ese antro de chupones.
Por otra parte, Marc Gasol se está saliendo y parece que no tardará en ofuscar a su hermano, principalmente porque la genética lo dotó de unos cojonazos que su hermano no ha tenido nunca. No duda en lanzarse, no rehuye el contacto físico y en definitiva es lo suficientemente bestia parda como para haber cuajado actuaciones más que dignas ante pivotazos como Yao o Howard, y contra Golden State y el insulso Biedrins ha conseguido un notorio 27-16. Eso sí, seis pérdidas de balón, definitivamente muchas para un pívot.
El jugador al que el Barça echó porque no valía. Para fichar a Marconato.
