Bueno, empezamos, aunque primero debemos salvar pequeños comentarios adyacentes y colaterales...
Tricotón escribió:Sugiero que las intervenciones de Juggernaut no cuenten a no ser que estén posteadas en versión bilingüe espanyol-català.
Y yo sugiero que metas la cabeza dentro de una jaula de ratas que lleven dos semanas sin comer y que ya estén empezando a mirarse entre ellas relamiéndose... y que abras mucho mucho la boca. Y los ojos. Verás qué deporte de riesgo. Se llama "rating". Y cuando acabes, ya verás como pasas a tener una fantástica memoria de pez (por tu propia voluntad, para olvidar el dolor y el horror, y también debido a la pérdida de masa encefálica) que te hará mucho más sociable, y te hará ser mucho más feliz con aquellos que te rodean, al no recordar nada de ellos. Creo que es el único modo para que vivas contento. O ese, o el sacrificio.
Ya estoy aquí! (Ja sóc aquí!)
¿Donde estoy? ¿En tercera? bah, eso lo arreglamos en tres posts.
¿Contra quien me toca? ¿Sr. Qué? Bah.
¿Otra pantera? ah, no, que lo suyo es un simple gatito negro.
¿Y cual es el tema? Pero... ¿cómo puede haber duda alguna acerca de la elección?
South Park, por supuesto!
Nunca podré olvidar el trailer de la película: Tras décadas de progreso ininterrumpido de las artes gráficas, Paramount Pictures se enorgullece en presentar el resultado último y final, la culminación del esfuerzo de miles de personas:
Bien, empecemos pues por el aspecto gráfico. South Park es claramente muchísimo más cutre en dibujos que Los Simpson. Y, evidentemente, eso se nota. A ningún forero se le escapa la ironía locampaniana que desprende Stan cuando se mueve sin mover las piernas, a través de una trayectoria trazada a mano alzada por algún niño sin completo control de sus extremidades, y además, con parkinson. Dios mío, pero es que ya sabéis como soy. Como puede uno no dejarse enamorar por una serie que podría estar hecha en Flash? Y ni siquiera la versión 5 o la MX, con Flash 4 ya llegamos para eso! En cambio, lo de los Simpson es un estúpido término medio, quiere aparentar cutrez, pero no consigue eliminar todo rastro de animación de sus dibujos, por lo que el efecto queda pobre a más no poder.
Es genial! No en balde los creadores de estos dibujos aparecen en el documental "Bowling for colombine", de Michael Moore, cagándose en la madre que parió a América, y diciendo que mucho mejor que deprimirse era mostrar en cualquier tipo de medio disponible el absoluto asco que dicha nación y dicha sociedad nos tenía que producir.
Los Simpson lo intentan, pero en el fondo acaban perdiendo el origen, ante la amenaza judeo masónica que debió cernirse sobre sus creadores en el momento en que pasó a convertirse en visionado de la borreguil masa encefálica del ciudadano medio.
Comparado, pues, con una expresión tan radical como los muñequitos de South Park, Burt Simpson, Lisa y compañía resultan ser unas hermanitas de la caridad. Veamos algunos ejemplos:
En ningún episodio de South Park dejaríamos que el protagonista se enamorara de una tía e hiciera cosas por ella, como el calzonazos de Burt hacía con la hija del cura. Stan jamás le dirigirá a su amada más que un chorro de vómitos. Eso si, cuando ella intente irse con otro, se sentirá dolido como buen machista que es.
Alguien como Flanders no podría jamás sobrevivir en South Park, Kenny ya hubiera llevado una bomba a su casa para cargarse a la zorra de su mujer y a las larvas humanas de sus hijos (muriendo él en el proceso, por supuesto).
En Springfield, triunfan esos dos subnormales de Rasca y Pica, mientras que Terrance y Philip son, además de unos verdaderos asqueroso hijos de puta cochinos, canadienses, lo cual traspasa fronteras.
En South Park, si hace falta, se cargan a Bill Gates, al pobre Shaddam, se meten con el propio diablo, con Winona Rider, con Barbara Streisand, con los Baldwin, con los negros, con los judíos, con los canadienses, con los moros... En cambio, Marsh Simpson se tiene que tragar medio cuento de bambi para que los media mierdas de sus hijos no sufran.
Las canciones en South Park son infinitamente más chulas, "La mamá de Kyle es una puta" en do menor es muchísimo mejor que la melodía insulsa que acompaña a Los Simpson, donde además no hay ni una sola canción traducida.
Si en South Park hubiera acontecido el episodio de la polémica por la central nuclear y sus efectos sobre el medio ambiente, el pez con los tres ojos se lo hubiera papeado Kenny, clarísimamente, y le hubiera provocado una muerte agónica. Ah, y absolutamente todos los niños hubieran sido comprados al instante por el dinero del dueño de la central nuclear, sin rechistar ni un ápice, y a tomar por el culo el medio ambiente (o como diría Kartman, que le den por el ojete al maldito putón berbenero de Lisa, que lo que le pasa es que la follan poco y mal, y por eso se preocupa de esas mierdas de plantitas).
En Springfield, nadie tiene un hijo adoptivo con la cabeza partida propia de los canadienses. En Springfield, nadie tiene una madre que se dedica a hacer películas porno alemanas. Y en los Simpsons, no existe la figura que muere en cada episodio, que habla en murmullos y al que no se le ve nunca el careto.
Kartman es posíblemente más gordo que Homer, sus pedos, aplicados con un mechero, son infinitamente más potentes, y sus insultos destrozan, con Kameames incorporados, a seres sobrenaturales. Homer solo es estúpido, pero tiene algo de bondad, que lo convierte en vulnerable y entrañable. En cambio los personajes de South Park son un fiel reflejo de la sociedad que los ha producido, crueles, sin sentimientos... hasta Burt le salva la vida al payaso más de una vez, mientras que cuando Kartman se queja por la muerte de Kenny y su madre intenta consolarle, dice "no, es que me debía dos pavos!". Eso si que es ser retorcido, y lo demás son gilipolleces.
En resumen, si lo que queremos es divertirnos y educar a nuestros hijos en cual es el mundo que les espera, debemos optar por South Park, que es indudablemente la opción que más se acerca a la realidad de este maravilloso mundo. Los simpson no son más que una versión melosa y triste de lo que es ser un verdadero hijo de puta, mientras que South Park nunca ha dejado de ser fiel a sus orígenes, aunque cayeran amenazas integristas islámicas y denuncias varias.