Hola amiguetes. Este es mi último combate en el Posting Catch, con lo cual no voy con la mentalidad de realizar un gran combate. Pero aún así me digno a dar una contestación, al más puro estilo de cualquiera al que se le ocurriría ponerse una nariz de payaso como adorno.
Yo, sin duda, escojo el pasillo. Ahora les explicaré por qué. Porque en esta ocasión, la árbitro sí se lee los posts, así que tendré que dar una explicación. Aún la más absurda. Vamos allá.
En el avión: volando voy, volando vengo
Aunque no suele ser agradable viajar en avión, dado el largo tiempo de trayecto, todos hemos tenido que ir en él alguna vez. Más de uno, ingenuamente, se habrá pedido la ventanilla, con tal de ver el paisaje (si es que no tiene miedo a las alturas). Este resulta agradable al principio, es entretenido eso de ver las casas y los edificios empequeñecer poco a poco... hasta que luego todo se vuelve uniforme, y no es usted capaz de percatarse de cuándo se encuentra en León o en Teruel (si es que alguien sabe que existe).
Por si fuera poco, los niños suelen pedirse la ventanilla, por lo cual siempre puede tocarle detrás suyo uno de estos molestos críos que se la pasan golpeando el asiento y saltando a modo de diversión. Existe la posibilidad de que al lado le toque también alguien que quiera ver el paisaje, y por ello lo tenga al lado mirando la ventanilla, el muy mandril (o en el peor caso, que le pida que la abra o la cierre).
En cambio, en el pasillo no sólo no tendrá esos problemas, sino que además tiene de cerca a las azafatas. Eso no sólo resulta más cómodo a la hora de que le sirvan, sino que además puede disfrutar más de la vista que le ofrecen. Y es que, señores, de todos es sabido que las azafatas son el colectivo femenino con mejor culo, después de las secretarias, por supuesto. Por no decir que si es usted muy atrevido, hasta puede darles un pellizco, que seguro que tan sólo le devuelven una sonrisa.
(Espera, con una afirmación como ésta estás quedando como un cabrón machista. Y el árbitro es una mujer. Hay que arreglarlo de algún modo)
Por supuesto, las féminas también tienen la ventaja de que cada vez hay una mayor presencia de azafatos, con los cuales podrán deleitarse fantaseando con su cuerpo atlético y su reconocido
dominio de la lengua.
(Ya sabía yo que lo salvaría de algún modo. Je.)
Sólo queda un posible problema: la presencia del
típico gordo al que se le ocurre pasar por los pasillos.
Aún a pesar de que eso no suele ocurrir, dado que hay poca población realmente obesa, y a pocos se les ocurrirá dar tanto por culo pasando por el pasillo mientras estás sentado, hay varias soluciones para un caso como éste:
a) Pedirle educadamente que, mientras pase al lado suyo, aspire profundamente para disminuir su volumen corporal. Les pondría una imagen del Dr. Slump haciendo esto, pero no quiero hacerles recordar a cierto avatar que llevo Mc-Van en su día.
b) Levantarse un rato mientras se caga en sus muertos (sólo pensándolo, claro).
c) Colocarse una aguja entre los dedos índice y corazón, mirando su mano hacia el pasillo. En ese caso, si pasa muy cerca suyo, sentirá un pinchazo, e intentará esquivarle por ello (que se joda, no haber pasado por ahí). A lo mejor hasta se deshincha y todo, y le hace usted un favor.
En el tren: ¿jugamos al trenecito?
Aparte de todo lo mencionado acerca del avión, añado que es muy divertido jugar al póker (o el strip-poker) con los compañeros del otro lado del pasillo. Al menos es una prueba de habilidad aérea, dado que no hay ninguna mesa en medio. Eso lo hace sumamente interesante. Al menos más divertido que floodear foros.
En el coche: vamos de paseo, en un coche feo
Este no es objeto de ser analizado, ya que tiene ventanas, pero no pasillo. Si es que no sé por qué puse este título. Supongo que me apetecía hacerles recordar aquella vieja canción.
En el bus: vamos a contar mentiras tralará
La ventana vibra todo el tiempo, y eso molesta. Además, da mucho la luz, y eso impresiona mucho por la mañana. Por no decir que uno no puede levantarse para ir al baño. Ah, no, que no hay baño. Olvídenlo.
Eso sí, se puede encontrar con un problema muy gordo: la presencia del
típico gordo al que se le ocurre pasar por los pasillos. Si es que nos persigue, el tío.
En ese caso la solución es aún más fácil, ya que, como seguramente si va usted en bus es porque va todavía al cole (o no), podrá darle una paliza al gordo con total impunidad si le molesta por el camino (y de paso, quitarle los donetes). Y si es usted muy flojo para eso, avisa a los compañeros, que seguramente querrán jugar a mosca con él (y que él la lleve, claro está). Ya, no es algo muy democrático, pero es que no pretende serlo (no me acuerdo cómo era el otro término... ¿Dibujocrático? No sé).
Bueno, coleguis, ahora seguramente aparecerá Sr. Taimado contándonos las múltiples cualidades [aquí suena la musiquilla del Colacao] de colocarse al lado de la ventana. Pero no se engañen, él también se pone en el pasillo.
Sino miren esta imagen:
¿Acaso no creen que si se pusiera al lado de la ventana, le llegaría más luz?
En fin, amiguitos, les dejo con su post, que yo me tengo que ir a coger un bus. Y me pondré en el pasillo, de eso pueden estar seguros. Je.
Bisines, y tal.
Pd1: espero que les haya gustado el post. Viendo cómo un post bueno no me sirvió para ganar el anterior combate, me decidí por redactarlo con la inestimable ayuda del tío de Klimocho. No escogí la ayuda de este último, ya que sus "kiasss" no me aportan demasiado.
Pd2: no es que me trate con el tío de Klimocho. A mí no se me ocurriría acudir a un psicólogo a contar mis penas. ¿Para que luego vaya publicando lo que le he dicho? A lo mejor resulta ser un charlatán, así que paso.