xp escribió:Bien, comencemos.
Se muy bien que no viene al caso y que poco tiene que ver con el tema que nos ocupa y preocupa, pero, ¿realmente tenía necesidad de utilizar una muletilla para empezar a debatir? ¿Acaso demuestra que en su vida todo tiene un
gatillazo de salida?¿Cuando pernocte cuando alguna dama también le dirá "Vamos al tajo,nena"?
Espero por su bien y su plenitud sexual que solo haya sido un simple resbalón por su parte al iniciarse en estas nobles lides.
Tras esa gran frase introductoria, déjeme recordársela:
xp escribió:Bien, comencemos.
inicia su inargumentativa exposición con una proclama de la tan manida lucha de clases. Déjeme felicitarle efusivamente por el argumento, ya que coincido plenamente con lo de
La clase, si se tiene, la lleva uno dentro...
ya que es casi lo único cierto que enuncia en todo el texto. Se que en su caso carece totalmente de ella, pero no se preocupe: doy lecciones sobre el tema cada sábado por la noche. No obstante, y a pesar de lo anteriormente dicho, le adjudica un papel de preeminencia clasista al albornoz con el que, lamentablemente, tengo que disentir, ya que no es el tipo de prenda el que puede dar un indicio de la clase de una persona, sino en todo caso, la firma que lo viste. Da más clase un bolso Fiorucci que uno de los que su novia compra en el mercadillo dominguero. Viste más una toalla Ralph Lauren que un albornoz comprado a un trapero. Reitero que se que Ud., no conoce la diferencia, y por ello le mantengo mi oferta. Venga a verme el próximo sábado (previa demanda de cita a mi secretaria, naturalmente).
Incomprensiblemente, y a pesar de que ya anunció eso de
La clase, si se tiene, la lleva uno dentro...
su diatriba insiste en clasificar las prendas, y en intentar desprestigiar una simple tela, sea de la marca o firma que sea, llegando a afirmar que
el albornoz es de cerdos
cuando Ud. mismo acababa de decir que
La clase, si se tiene, la lleva uno dentro...
ergo, si me permite una conclusión lógica, "la cerdidad, si se tiene, la lleva uno dentro", con lo que de nuevo, nada tendría que ver el uso de un albornoz o de una bata de andar por casa.
Imagino que coincidirá que es la única conclusión posible a su enunciado, y por ende, su argumentación en este punto ha sido totalmente incoherente.
Lo más sorprendente en este punto ha sido el sinuoso camino que le llevo a concluir lo de
el albornoz es de cerdos
Imagino que le era difícil argumentar lo inargumentable, y por ello ha tirado de escena de cama para razonarlo. Sé que su experiencia sexual es corta y bien escasa,
(¿Hace falta que le recuerde mi introducción?)
¿Cuando pernocte cuando alguna dama también le dirá "Vamos al tajo,nena"?
(Mejor se la recuerdo no sea que se me pierda)
pero en el caso de la mayoría de los entendidos en la materia, los hombres tendemos a hacer el amor sin vestimenta alguna, salvo los ineludibles calcetines (y salvo el caso de especimenes como Pedro J. Ramírez), y las mujeres sin vestimenta o, si es posible, con prendas de marcado componente sexual, con los que los estímulos sexuales generalmente obtienen mejores resultados. Lo que sí desconocía, y permítame anunciarle que de sexo también doy clases (lamento decirle que sólo al género femenino), era que el "albornoz" fuese una pieza activa en una relación sexual. Quizás ande escaso en conocimiento sobre conductas sexuales desviadas. Le prometo que me informaré de primera mano a través de un amigo que practica el fetichismo.
Si no entiendo ese sendero tortuoso que ha tomado, menos me aclara el llamamiento a la ternura y al meloseo producido por el "albornoz", o ¿es que en su caso, confunde el amor de madre con el acto sexual?. Me será difícil, pero intentaré hablar con un viejo conocido que sufría del mismo mal que parece adolecer Ud. Edipo.
Empiezo a pensarme eso de darle lecciones sobre "clase". Quizás definitivamente en su caso no servirían.
Finalmente, al final, y, lamentablemente,
solo al final, intenta demostrar que
Poner una toalla en tu vida es la panacea a todos los males que nos acechan, mientras que el pobre y triste albornoz no es mas que
un modelito inútil
Quizás sería un argumentario suficiente para lograr que alguien tirara sus albornoces a las hogueras de San Juan, sino fuera porque casi todo mi primer texto versaba precisamente sobre la utilidad del albornoz frente a la toalla. Es una pena, pero, como quedó acreditado (no le copiaré todo el texto. No me haga antipático al resto de usuarios por su baja capacidad intelectual) la longitud de la toalla juega más en contra de ella que a favor.
Hágale un favor a su salud, y con la que está cayendo en estos días cómprese un albornoz, y evitará pulmonías. Da igual la marca o la firma. No malgaste su escaso dinero y cómprelo en un rastro, ya que en su caso, al carecer de clase, ese dispendio no le será necesario. Como dijo algún participante en este nuestro torneo, aunque la mona se vista de seda...