Stewie escribió:La idea no es mala,
Ni mala ni buena: es como apagar un incendio a escupitajos.
Habría que ver los detalles de cómo piensan hacerlo. Para que fuese efectivo (aunque yo pienso que no lo sería jamás) habría que sustituir todas las monedas de 1 y 2 euros por billetes, con el absurdo trastorno que ello implica. De lo contrario, sólo se añadiría más efectivo al ya circulante, lo cual sólo ayuda a aumentar la inflación, no a reducirla.
Por otra parte también podría decirse que la sustitución de monedas de 1 y 2 euros por billetes haría aún más fácil la circulación internacional del euro y su uso cotidiano en países que no lo tienen como moneda oficial (como ya ocurre con el dólar). Eso, en teoría, aumentaría la presión de la demanda sobre el euro y por consiguiente el valor relativo de la divisa con respecto al dólar. El aumento de la cotización del euro con respecto al dólar ayuda produciendo una cierta deflación inicial (algo artificial a mi modo de ver) y reduciendo el déficit financiero de la zona euro... pero haciéndola menos competitiva, especialmente a las economías que aún se empeñan en competir por precio como es el caso de España. Pero todo esto suponiendo que el efecto final fuese el que digo, que está por ver.
Cualquier medida monetaria que se tome en Bruselas se tomará beneficiando a las grandes economías que compiten por calidad, tecnología y valor añadido. España ha de ir afrontando el hecho de que, ante una recesión, es muy posible que las decisiones del Banco Central Europeo la puedan perjudicar seriamente. Ahora formamos parte de un super-sistema monetario cuya flexibilidad será usada para beneficiar a otros antes que a nosotros. Los países medianos o pequeños que no hagan sus deberes pueden encontrarse con una subida de tipos o medidas similares que entorpezcan su crecimiento.
Stewie escribió:claro que lo que hace repuntar la inflación es el petróleo.
No únicamente.
En la zona euro la media a final de año será de un 2% o algo más. En España será de casi un 4%. Y el petróleo es el mismo para todos.
El 1'5% o 2% restante ha de salir de algún sitio, y sale de la presión de la demanda sobre la oferta; esa presión hace subir los precios. Y esa presión o incremento de la demanda se produce bien a causa del consumo privado, bien a causa del gasto público.
El consumo privado en España es muy alto, pero no ha crecido tanto como para explicar ese 1'5%-2% de inflación extra que no explica el petróleo. Lo que queda es el gasto público, que está siendo tan responsable (en España) como el petróleo.
Los otros grandes problemas son:
-Efectivamente, la baja competitividad, unida a unos salarios altos. ¿Por qué digo salarios altos? Porque la competencia directa de España no son Alemania o los EEUU, sino países que compitan en las mismas áreas que España (por ejemplo turismo=arco mediterráneo: Turquía, Túnez, etc. Industria básica=europa del Este, Asia; etc). España no puede competir por tecnología/calidad con los alemanes, yankees, japoneses, etc, por lo tanto tampoco en salarios. Cuanto más suben los salarios, más se producen efectos secundarios como deslocalizaciones, pérdida de grandes contratos (p.ej. astilleros).
Mientras tanto, la inversión en modernización sigue siendo de las más bajas de la UE y del sistema educativo mejor no hablar.
Al final, los productores de cosas baratas se van a países con menores salarios, y los productores de cosas caras por su valor añadido no vienen a España porque no hay una cualificación suficiente, ni una suficiente productividad, y los salarios y costes son altos comparados con los de muchos otros países que por ahora son los durectos rivales.
-Como lo que España vende caro (por no se vende, y España sí compra lo barato que viene de fuera (así como compra lo caro, con buen valor añadido), la balanza comercial está siendo una auténtica tragedia.
-En España la deuda pública es muy grande y la deuda privada también. Ahora los tipos de interés están muy bajos, lo que permite que pese al endeudamiento el consumo sea alto. En cuanto suban mucho los tipos de interés, eso pesará como una losa sobre el consumo y empezará la cadena de fenómenos recesivos.
La decisión sobre los tipos de interés le corresponde al Banco Central Europeo. España tendrá que tragarse lo que venga.
-La elevada descentralización del Estado, que, en menor medida, produce un efecto similar al de las provincias argentinas o los estados de USA. Esto es, los gobiernos periféricos gastan sin un control efectivo. El Estado cubre ese gasto endeudándose a su vez, a lo que añade su propio gasto (que, a veces, es incontrolado, como lo va a empezar a ser en este ejercicio del 2006). Resultado: un considerable endeudamento público, y un gran gasto público que presiona sobre la oferta generando una gran inflación.
-Otro problema: si la economía es estructuralmente sana, no tendría por qué importar. Pero habiendo los problemas estructurales que hay (y que no han hecho más que asomar la nariz, es más que seguro que lo peor está por venir) España ya no cuenta con el recurso de apreciar o depreciar la moneda en función de las circunstancias (como las dos devaluaciones que hicieron los gobiernos de González) ni de tomar otras medidas similares. Ahora dependemos de las decisiones monetarias del BCE.
En resumen: panorama que empieza a pintar mal. ¿Soluciones? Que se me ocurran:
-Primera y urgente: controlar el gasto público. Primero confeccionando presupuestos realistas y consistentes (para el 2006 ya no va a ser el caso, desgraciadamente). Segundo, controlando el gasto de las Autonomías (cosa difícil tal y como está el panorama, no digamos ya descentralizar competencias para controlar el gasto). Tercero, controlando el gasto del Estado central (cosa que está dejando de hacerse, para paliar a base de deuda los efectos de todo lo anterior).
-Segunda y urgente: una remodelación profunda del modelo de inversiones. No sé si se va a poder hacer (es muy complejo) cuando en 8 o 10 años de crecimiento no se ha hecho. Pero hay que empezar a cambiar la mentalidad tanto empresarial como del trabajador. No se puede seguir compitiendo por precios en el mundo actual. Hay que competir por calidad y valor añadido, y eso requiere un tejido económico comprometido en su propia modernización. Sólo cpmpitiendo así se podrá revertir el actual estado de la balanza comercial española.. que de seguir así unos años vamos a terminar pagándolo todos, y muy caro.
-Tercera y ya demasiado tarde: una remodelación de arriba a abajo (pero de arriba a abajo de verdad) del modelo educativo. Un modelo basado en la exigencia, el desempeño y la creación de buenos (no solamente de muchos) profesionales y titulados competentes. Esto es importantísimo. Debería haberse hecho hace años, y mi principal reproche a los gobiernos del PP es que no fuesen capaces de tirarlo adelante aunque les llamasen lo que les llamasen. Desgraciadamente, no puedo decir que espere del PSOE que ni se molesten en planteárselo. Es uno de los mayores y más recurrente error de todos los gobiernos.
-Cuarta: aunque suene a "aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid"...es absolutamente necesaria la estabilidad institucional y legal. La incertidumbre institucional al final espanta a las inversiones y entorpece la actividad económica. Si se hace crónica se convierte en un cáncer económico. Estatutos, nacionalidades y similares son para algunos (que no acaban de enterarse de sus implicaciones) meros debates conceptuales sin sentido. En realidad, son mucho más que eso: son un temblor de tierra en el cimiento económico: la confianza. El cimiento puede aguantar un temblor, dos.. pero si se repite mucho empieza a agrietarse.
-Quinta: una remodelación del mercado laboral que seguramente sólo tendrá lugar como medida de emergencia cuando el desempleo esté ya por las nubes.
Y hay más, pero es que hay muchas cosas que cambiar. Será muy difícil cambiarlas por la mentalidad de la gente y por el elevado nivel de demagogia que hay en la política española. Ahora estamos aún en crecimiento. Cuando dejemos de estarlo, la
percepción de crecimiento seguirá durante dos, tres años en la calle... cuando en realidad ya estaremos decreciendo. Para cuando empecemos a notar que estamos decreciendo, ya llevaremos dos, tres años decreciendo
de hecho: suponiendo que se tomen medidas justo en ese momento, ya llegarán con dos o tres años de retraso (eso siendo optimista y pensando que las medidas se empezarán a tomar a los primeros síntomas evidentes y no cuando todo esté ya como el culo).
Hemos tenido un ciclo de una década de crecimiento, pero nada impide que de seguir con la tontería como hasta ahora no entremos en un ciclo igual o más largo pero de retroceso.
Y sobre todo, que Dios no nos quite el turismo, y que la Trujillo, de momento, no nos joda la construcción. Más adelante ya veremos por dónde salimos.
Pero esto empieza a tener peor pinta de la que tenía. Confiemos en que lo sepan detener a tiempo... pero si he de ser sincero no creo que eso suceda en esta legislatura.