Ese cuadro forma parte de las conocidas "Pinturas Negras", que iban sobre temas oscuros y tenebrosos, como la brujería o la violencia. Todo ello ocasionado por un período bastante crítico de su vida, en que se encontraba con una progresiva sordera, aislado y perseguido por la Inquisición. Por ello no era de extrañar que no pintara florecillas silvestres en sus cuadros, precisamente.
Ese cuadro en cuestión, "Saturno devorando a su hijo", tiene una graciosa anécdota, y es que Goya le pintó al Titán un pene erecto, para simbolizar el placer sexual del mismo al cometer ese acto de canibalismo. Ni qué decir tiene que dicho detalle fue censurado.
De esas Pinturas Negras, también hay otro cuadro que posiblemente os suene: "Dos viejos comiendo".
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