Autorretrato blando con beicon frito 1941. Óleo sobre tela, 61 x 51 cm
El mismo Dalí definió este autorretrato como "el guante de mi mismo", ya que quiere ser un autorretrato antipsicológico en el que en vez de pintar el alma –es decir, lo interior–, el artista decidió pintar únicamente lo exterior, la piel. "Como soy el más generoso de todos los pintores, me ofrezco siempre como alimento para de esta manera alimentar nuestra época de forma suculenta", declaró el pintor en 1962,
Capici?
"¡Tente, ladrón, malandrín, follón, que aquí te tengo y no te ha de valer tu cimitarra!"