2023 Thelephono Broto

[Polina]

Vale. Pero qué semana?

[Johann Krauss]

Qué mes, más bien.

[Jazzid]

En cuanto lo publique empezamos a montar el del 2024, que ya vamos tarde.

[Polina]

Jo, Rutti, qué chulo te ha quedado!!
Al final tanta espera mereció la pena!
Casi hemos llegado a 2025 pero una vez leído todo y disfrutado de las maravillosas aportaciones gráficas y las geniales frases (joder, somos la hostia), tú, Rutti, eres más la hostia que nadie por haberte currado esos tachacos tan descacharrantes, ingeniosos y a la vez profundos.
De verdad, CHAPÓ.
Nos has regalado un espacio desde el que regocijarnos con nuestra propia criatura, de haberla visto crecer hasta límites insospechados, de sorprendernos gracias a haber manejado el factor tiempo y haber esperado tan pacientemente a que cada uno de nosotros haya incluso olvidado qué cojones había hecho hace dos años, si dibujo o frase, y eso nos ha llevado a reflexionar sobre la esencia misma de la condición humana.
Quiénes éramos entonces, quiénes somos ahora y por supuesto, cómo vamos a ser a partir de este momento, este antes y este después que tan grácilmente nos regalas con la benevolencia de, podríamos atrevernos a decir, un semidiós caprichoso pero bondadoso que nos señala El Camino Embaldosado de Torreznos.
Desde aquí, Rutti, oh, Sumo Hacendado, sólo puedo decirte: GRACIAS.
MEJOR TELEPHONO EVER!

[Ruttiger]

Habláis como si el retraso fuese culpa mía, pero yo aún estoy esperando a que Navajo me responda, que he perdido el dibujo que me envió.

[Polina]

Me alegra que te dirijas a mí tratándome de usted, ya era hora de que mostrases cierto respeto.
Pero no, no hace falta que te escaquées, he entendido tu Obra y he visto la lus.

[Ruttiger]

Febrero de 2023. Croacia acababa de adoptar el euro como moneda oficial; el mundo todavía lloraba la muerte de Pelé; el soporte extendido para Windows 8.1 finalizaba después diez años dando alegrías a sus usuarios. Todo parecía augurar que aquél iba a ser un gran año para el Teléphono Roto. Nadie podría imaginarse la pesadilla que aquellos infelices estaban a punto de protagonizar.

Empezó Lechón. Tradicional, rústico, con retrogusto a promesa de aventura, a planeta por explorar y a película de Spielberg. Poco podía esperarse aquel pobre muchacho de derechas que la suya sería la llama que iniciaría un conflicto que aún permanece en nuestros traumas nocturnos como agujeros de bombardeos en las fachadas de nuestra cordura.

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“Tengo que ir al oculista, pero nunca veo el momento", y después desapareció disimulando su cojera como haría cualquiera: con una pierna encima del acerado y la otra a ras del asfalto.

Un Rutti de pelo significativamente más pigmentado que el actual, acompañó a su amigo en la aventura de vivir. Con una ingenuidad que, vista retrospectivamente, sólo podía augurar decepción, afiló sus plastidecores y, acarreando una mochila cargada de sueños, ilusiones y pañales para adultos talla XXXL, esbozó:

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Con la sonrisa condescendiente de hermano mayor al que le hacen gracia la ilusión infantil y el retraso mental de su compinche, el admin, por aquel entonces todavía guapo, Dolordebarriga le limpió la cara de babilla y restos resecos de mocos a su tehteh, le despeinó con un gesto de cariño, colgó con una chincheta el dibujo pueril en la nevera (agujereando la puerta) y, respirando el aire puro de la mañana, describió:

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Rutti abandona con sus nuevas superlentillas "Ópticas Criadillas". Ahora puede proyectarse en el futuro y saber lo que ocurrirá minutos después. ¿Utilizará su superpoder para el bien o para el mal?

Pasaba por allí un Jazzid idealista, convencido de que, si se esforzaba de verdad y lo deseaba muy fuerte, todos sus sueños podrían hacerse realidad. Sabiéndose feliz, decidió difundir el mensaje que Dolores, en su infinita bondad, le transmitía. Y como no disponía de aparato fonador funcional capaz de replicar tamaña complejidad semántica, se aferró a la gilipollez perogruya de que una imagen vale más que mil palabras y logró, en formato audiovisual, su objetivo evangelista:

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Saliendo de una librería, Navajo, que había ido a por trabajo, se encontró con todo este trajín argumental. Y tras haber estado hocicando un códice etrusco de autoayuda del siglo VII A.C., que a quién no le iba a gustar, sentenció que toda pulsión artística se fundamenta en la emulación, por lo que decidió concentrar todo aquel maremágnum de información inconexa en una píldora única de sabiduría concentrada que homenajeaba a su ídolo, Paulo Coelho:

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Iván Campo, ex jugador del Real Madrid ficha por los veteranos del Atleti gracias al patrocinio de "Ópticas Criadillas, mejor gafas que lentillas" ofreciéndole cruasanes de sabor a nube, por el camino de baldosas amarillas llega a una bifurcación, a la derecha, un ángel de Victorias Secrets aparece con un cartel indicándole el camino, a la izquierda una picantona diablesa le indica hacia la esa dirección.
Según se hacerca descubre que en realidad son dos travelos ecuatorianos que realmente le van a llevar al "Urólogo Yongaso, el culo te explora con el dedazo

Ligeramente alborozado por la presión de saberse protagonista, de que todos estarían esperando el momento de su intervención, Pochola se dejó crecer por el fervor popular y mostrando su enorme pollón al respetable (al que, por otro lado, se negaba a respetar), como una estrella del rock ciega de speed, se corrió salvajemente con lefazos multicolores sobre el lienzo que resultaron ser las caras de sus fans. Así quedamos:

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Aún extasiada por tanta testosterona líquida taponándole los orificios nasales y auriculares, Polina, agarrándose las rodillas sobre el pecho y balanceándose hacia adelante y hacia atrás como una perturbada mientras se arrancaba mechones de pelo a tirones para luego comérselos (en su estado habitual, vamos), no podía dejar de repetir susurrando a gritos, como un mantra tibetano el siguiente pareado sin rima.

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Este gobierno venezolacolomboecuatoriano jalea al patriarcado que avanza sin problema ni impedimentos por el sendero de baldosas amarillas.

Tarareando un t-t-tshkhh, t-t-tshkhh de batería de jazz, Puaj apuñalaba un tapete de billar con unos cariocas, sin importarle que en la trayectoria entre el rotulador y el tapete había un señor de Bujaraloz de bigote poblado y boquete abdominal. Y utilizando un trazo que, los expertos en arte señalarían como audaz, sentenció el que sería, según sus propios alaridos homicidas, su proyecto más personal:

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Nos consta que Yongasso ya estaba hablando antes de que nos acercásemos a escuchar y que, mucho después de que nos hubiéramos ido, ahí seguiría, es probable que aún hoy esté dándole los últimos remates a un discurso ininterrumpido de año y medio de duración. Para no saturar las bases de datos del PH hemos creído adecuado seleccionar un pequeño fragmento elegido al azar de todo este balbuceo pampeano interminable:

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Los machistorcos, a pedido de Dorodro Sánchez, se dirigen a ver a La Gran Maga de Ozrene Montero para que los cure de su machirulez.

Corle quería hacer las cosas bien. De verdad que quería. Nos pidió consejo para comprarse una tableta de dibujo, comparativas, detalles técnicos y si, por favor podíamos grabarle vídeos personalizados de unboxings en youtube poniendo voz de sudamericanos, que es como él mejor se enteraba de estas cosas. Luego se compró un kilo de toblerone para mojar en leche condensada y con los restos de chocolate deshecho de los dedos hizo esto (mientras su mujer limpiaba los goterones de las paredes y los suelos y organizaba itinerarios y alojamientos para sus próximas vacaciones):

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Criadillas no quiere dar crédito a lo que ven sus ojos (ni dar crédito, en general, que es empresaurio y de derechas). Frota con la gamuza (de calidad suprema, sólo en ópticas Criadillas) con tanta rabia sus gafas que se le quiebran los cristales a la vez que la sonrisa. No se ha dado cuenta cuando se ha mordido la mejilla por dentro pero el sabor metálico le comienza a resbalar por la comisura de los labios como un carmín siniestro. Le despierta un gusano supurándole de la oreja que, al destaponarse, le permite escuchar unos gemidos aciagos. Inicialmente los atribuye a las víctimas que se deshacen entre sus dedos. Luego se da cuenta de que en realidad los está emitiendo él a través de un sistema excretor que ignoraba que tenía. Meses después vuelve a despertar, en un sanatorio esta vez. Y descubre, en su mesita, el siguiente manuscrito caligrafiado en lo que aparenta ser su letra:

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Lord Pedro Sánchez, Señor del Mal (y Guapo donde los haya), a sabiendas de que va a perder las Elecciones Generales, toma medidas drásticas.
Durante una emisión televisiva en directo para todo el país, comienza a lanzar una letanía de palabras oscuras e indescifrables en argentino, las cuales desatan un poder demoniaco de terrible resultado:

Todas las personas de derechas de este país se convierten en terribles perroflautas izquierdosos y feminazis. Buxadé sale a la calle con una camiseta radlfem. El Rey Felipe y Moreno Bonilla presiden una marcha antirracista compuesta por una tribu africana afectada de elefantiasis testicular, Mauricio Colmenero se arrima a dos maricas imponentes por su vigorexia y sus pollas de actor porno. Incluso Díaz Ayuso se convierte en la máxima defensora de la Ley del Solo sí es sí, defendiendo a capa y espada la excarcelación de violadores como mal menor.
Todo está perdido.

Alguien le ha hecho creer a Perro De Lobo que ese tal Perro Sanxe del que todos dicen que es tan guapo, se trata de él mismo y se lo repite a su madre una y otra vez mientras zarandea con fuerza su cadáver: ¿ves como soy guapo? ¿ves como soy guapo? ¿ves como soy guapo? En la piel de la espalda de la difunta, está grabada a escalpelo y martillo, esta litografía necrodérmica:

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Carmenbelién se manifiesta en pelotas en la puerta del congreso en contra de la guerra, grita a los antidisturbios "que me dejéis, fascistas" y lanza a modo de granadas bolsas de plástico con sus propias heces recién fabricadas contra la fachada del edificio. No es consciente de que ahora mismo no hay ninguna guerra contra la que manifestarse y que, de hecho, tampoco no hay ningún antidisturbios fascista que la esté reprimiendo en modo alguno, y que, en realidad, no está en el congreso sino en casa de sus abuelos en mitad de la cena de nochebuena con sus padres, sus tíos y sus primos que han empezado a vomitar profusamente ante la imagen de la prima cagándose en la sopera. A una de estas, con una sonrisa sardónica, se le acerca al primo Juanico, el de siete años, le coge del cuello y, acercando el aliento de Marie Brizard a la cara del niño, susurra:

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Bodegón de dos negros canijos sobre dos señoros, calvo haliado reivindicativo, señoro con bigote y collar de tachuelas a lo maja desnuda, tras la pancarta de la feminazi cabreada. Al fondo, teledirige la escena Perro Sanxe con su medusa Pelusa.

Observando la desolación a su alrededor como un campamento arrasado después de una batalla, Szalai reflexiona sobre la futilidad de este proyecto macabro celebrando que con su intervención finalice esta pesadilla innecesaria. Siente que no le quedan fuerzas pero que acabar con esta locura está al alcance de sus manos. Al mirárselas descubre que el cuello del gato todavía se retuerce entre ellas, así que aprieta con más fuerza y lanza el cadáver a la montaña de despojos felinos que tiene tras de él. De un suspiro resignado se pone de pie y se sacude los restos de la levita, dispuesto a cumplir con su destino final, a sentenciar por fin, a golpe de pincel afiladísimo, este teléphono roto.

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Un suspiro unánime recorre la sala del teatro donde se está representando esta obra. Algún loco imprudente empieza a aplaudir tímidamente, pero nadie parece querer seguirle. La audiencia lleva demasiado tiempo dentro de esta aventura como para saber que nada es lo que parece y que sin el correspondiente Bonus Track que dé un chanchán definitivo, el tango no se ha acabado. ¿Y qué será de ellos, ahora que no hay un Ramón descerebrado dispuesto a dar punto y final a este desasosiego zozobroso? ¿Quién se atreverá a tirar de la cuerda del telón para mostrarle al mundo las entretelas ruinosas de este mago de Oz abominable?

La respuesta de inmediato. Acompáñenme, amigos, a THE ULTIMATE AND UNREAL BONUS TRACK:

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Visiblemente afectado tras comprobar los estragos de aquellas buenas intenciones suyas iniciales, Lechón se pasea por las ruinas de lo que otrora fue la civilización más floreciente de occidente. Sintiéndose culpable y responsable, llora, hipa, se estremece y se introduce el cañón doble de su escopeta en la boca. Justo antes de apretar el gatillo, de su mano cae su testamento en forma de epifanía cacofónica y escatológica (en los dos sentidos de la palabra) sin ser consciente de que esta imprudencia está a punto de desencadenar una segunda vuelta, aún más atroz que la primera, de este proyecto malito (quería poner maldito pero la errata me ha parecido graciosa así que la voy a dejar, aunque probablemente sólo me haga gracia a mí):

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Parece mentira que al final la política inunde todo, hasta a Velázquez, Wilt Smith y un foro de colegas donde debería haber más tetas, silicona, y pavías de bacalao.

Poco queda de aquella ingenuidad de Rutti en las primeras rondas de este teléphono. Ahora, con las mejillas hundidas por el tiempo y el dolor, el pelo blanco veneno y habiendo vendido su inmortalidad a un vampiro por un gramo de heroína mal cortada, se ha convertido en un fantasma que deambula en vida huyendo de un dolor que emerge de sus entrañas. Sabe que no vale la pena postergarlo, que cuanto antes cumpla con su parte del trato antes descansará, así que antes de lanzarse de cabeza desde un sexto piso, lega a su hermano mayor todas sus pertenencias entre las que, en un legajo, se encuentra este dibujo arrugado:

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A lo lejos, en el asfalto, el Admin, que, al inicio de este proyecto frustrado de camino del héroe distorsionado por el cinismo y la pornografía, aún era bellísimo, pero ahora es tan solo una sombra raquítica de aquel esplendor, cree ver una especie nueva de insecto mutante. Descubriendo, entre la locura, restos esmegmáticos de una ilusión que creía extinguida, se lanza, al trote lorzero, a inmortalizar su hallazgo entomológico, convencido de que será el primero en Desnaturalist. Un trombón acompaña el vaivén. Bajo un amasijo de cucarachas mutantes del tamaño, complexión y capacidad explosiva de bombonas de butano, una familia de cucarachas postnucleares huye ante el temblor jurásico del correteo asmático de Dolores que llega sudando a aquel chapapote a medio digerir de órganos, heces y paroxismo que hace apenas unos minutos había sido su hermano menor. El dolor en las sienes se vuelve insoportable, el vómito espasmódico y la incontinencia intestinal inevitable. La presión arterial cefalorraquídea aumenta como el tapón de una olla a presión y, segundos antes de la explosión craneal que llenará toda la calle de restos sanguinolentos de sesos mezclados con lágrimas, almizcle y anticongelante de motor diésel, algún oyente atento podrá escuchar, del rugido peristáltico de sus entrañas, nítidamente el siguiente mensaje:

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En un phoro anegado por las aguas fecales de la política española sobreviven unos pocos phoreros divididos en dos bandos, los adoradores de las tetas y los adoradores de San Gordon

Los dedos negros de la droga y los ojos inyectados en sangre son los únicos restos de humanidad que quedan en el amasijo bulboso, brillante y palpitante en que las múltiples mutaciones y la radiación atroz han convertido a Jazzid. En lo que, en una visión antropomórfica del universo denominaríamos la piel pero que en realidad no es más que un amalgama durísimo de queratina sólida, hormigón y TANG, aparecen esculpidas las caras de terror de las víctimas de esta monstruosidad epistemológica. En un rincón de una nalga, además, aparece este dibujo macabro:

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Polina mira con desprecio y sonrisa soberbia todas las presuntas manifestaciones de horror a su alrededor. "Aficionados" se dice. Le pide a un fámulo de costillas xilófono, que por allí pasaba, que le aguante el cubata. Y, renunciando a toda su actividad previa de madre, cateta, masovera, pheminazi y tránsfoba, se pone manos a la obra para acabar dirigiendo y presentando un programa de televisión infantil en el que, con dos coletas, colorete y ropa anacrónicamente adolescente, intenta convencer a la basca que ella no tiene cincuenta tacos, que es una más de ellos, gritando, de farlopa, consignas deslabazadas como "claro que sí, bro! Eso es un facto, bro!", "tope guay del paraguay" y "cómo estái los máquina?". Por un lado, le dan el Ondas. Por otro el tribunal internacional de la Haya restaura la pena de muerte con carácter excepcional para poder aplicarle la condena por genocidio infantil por los millones de suicidios en masa que la sobreexposición tóxica de tamaña gangrena mental ha provocado en los desprevenidos televidentes. Aprovechan el cadalso para celebrar la gala de entrega de premios y el discurso de agradecimiento coincide con las últimas palabras que le concede el verdugo antes de guillotinarla. Son las siguientes:

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En las cloacas del estado y a golpe de tecnología primitiva, surgen abominaciones como hombres de tetas feas, y se idolatra a supervillanos del calado moral de Gordon Ramsey

La, antaño esplendorosa, pollica de Pochola está bastante pochola. Un espíritu tumoral sacado directamente de las profundidades cósmicas del inframundo, primo hermano de Cthulhu (el pene de Pochola se dirige a cámara para terminar de una vez por todas con el eterno debate sobre la pronunciación del mostro Lovecraftiano, él le llama "mi primo er Xulo"), ha poseído el órgano desafortunado provocándole cánceres, sidas multiespecistas, cangrenas, gonorreas, sífilis, pie de atleta y mal aliento. La cosa ha multiplicado por ochenta su tamaño original, ha criado boca y tres filas de dientes con las que mastica, crudas a todas sus víctimas. Pochola, aquejado de un dolor de espalda terrible, se ve consumido por aquel monstruo que crece a ojo desnudo de maldad abisal, hambre insaciable y voz de barítono. A medida que el ente genital crece, el cuerpo del forero filólogo se consume siendo tan solo una nariz y un pene apenas sostenidos por un hilo de ser humano del diámetro y el grosor, en sus últimos momentos de existencia, de un Colajet chupado. Más por mecanismo autorreflejo que por voluntad, en estos momentos finales, su mano maltrecha es capaz de perpetrar su última gran obra que no podrá pasar a la posteridad porque no habrá nadie para verla:

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Y aquí os dejo otro fragmento del soliloquio de Yongasso que ahí sigue, el tío, dándole a la sin hueso sin cejar en su empeño argentinizador. Probablemente, a fuerza de palique y tenacidad pampeana, acabe siendo el único superviviente de esta antología vesánica:

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Gordon Ramsay sale campeón, el travelo de Eurovisión ni califica.

Viene un camarero y le pregunta a Puaj si quiere patatas fritas con su cachopo y el hijodemilputas dice que no. Los cocineros, miembros de la sociedad secreta Sangordónica, sin mediar palabra, tan solo asintiéndose las miradas, le escupen en la escudella y le envenenan el postre. El médico forense encuentra en una servilleta el siguiente garabato:

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En un agujero en el suelo vivía Criadillas. Un agujero sucio, húmedo, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango… Un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en qué sentarse o qué comer: era un agujero de Criadillas y eso significa podredumbre, hedor y nulo criterio cinéfilo. Hacía ya varias eras geológicas que había perdido la cordura, la habilidad e incluso la humanidad, y se sostenía en el equilibrio agónico silencioso por mero automatismo fisiológico. De sus entrañas pustulentas se expelían en intervalos regulares hedores inframundanos, vapores venenosos citoplasmáticos y alaridos de pavor de civilizaciones enteras erigidas hacía eternidades multiversales. La implosión de este ente teratológico de deformidad topológica abisal era inminente cuando, de las profundidades de sus entrañas emergió una última amenaza para la humanidad:

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En un giro inesperado, Eurovisión 2024 termina con la increíble victoria inglesa del Chef Gordón Ranshit, cuyo dominio del arte de hacer música chochando cuchillos ginsu con FRENSI destroza cualquier posibilidad de victoria de los representantes españoles: Nebulossa, los cuales se quejan muy amargamente por haber quedado últimos por pringaus.

Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido. Mucho dibujar y ningún ligre hacen a Perro de Lobo un chico aburrido.

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Belén ignora que se está desangrando y continúa milímetro a milímetro fileteándose a mandolina. Hace horas empezó con el dedo gordo del pie izquierdo y con la mirada perdida en las profundidades de un manicomio guatemalteco y la sonrisa quebrada en alaridos psicóticos de enajenación, continúa capa a capa sacando finas lonchas de sí misma que envasa con meticulosidad en cómodos blísteres para su comercialización. Su proceso concienzudo ha alcanzado ya el esófago y continuará hasta mucho tiempo después de que la vida haya dejado de producir adrenalina. En las etiquetas de este fiambre bajo en calorías en la sección de embutidos del supermercado, se publicita con grandes letras de colores:

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SanGordón acuchilla concienzudamente la maraña cacofónica de la gala erovisiva

Con una bata de carnicero manchada en sangre, heces y pus, un babero con un cerdito dibujado, un cuchillo en una mano y un tenedor en la otra, el Doctor Beaker (il dottore) rebaña unas costillas de bebé humano con chimichurri recién (y demasiado) hechas a la parrilla y se limpia la boca con un litro y medio de fernet con cola a gollete. Intercalando pedos, regüeldos y risotadas maníacas se limpia la cara ensangrentada con la manga de la camisa y con los restos en los dedos pinta y colorea en un muro cercano, sabe Dios cómo aún sigue en pie, el siguiente retablo expresionista.

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El Chino. Ay, el Chino. En su pecho el crepitar del encharcamiento tumular de la sarcoidosis necrótica, en su mirada la demencia insalubre de los que no tienen ya nada que perder y el ánsia tanatofílica del que se follaría a todos nuestros cadáveres si tuviera capacidades motrices, siquiera eréctiles; en sus cuatro muñones, uno por cada fantasma de extremidad, coágulos goteando inexorables el continuo espacio tiempo. Es imposible distinguir el llanto desesperado, de la risa alucinada, de los aullidos de pánico, de las súplicas de clemencia en manos de su sádico torturador el auténtico arquitecto del sadismo, el man behind de curtains que ha diseñado todo este rompecabezas funesto, el único capaz de dar punto final a todo este sufrimiento inane. La desesperación del Chino, desmembrado y desahuciado entre los restos ruinosos de lo que un día fue su flamante urba aúlla de terror al ver acercarse a su verdugo inhumano disfrazado de tuno y arrastrando una pandereta. Antes de que la vida se extinga finalmente de entre sus labios agrietados y sanguinolentos, un último soplido en forma de mal augurio:

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Jesus Christ Kill the Radio Star

Y, finalmente, nuestro verdugo favorito, atalayado el horizonte, brazos en jarra, en una cumbre de muerte phorera y luciendo una camiseta de David Dasselhoff siendo strap-oneado por el zombie-Godzilla de Maria Antonier. Se sienta victorioso a disfrutar su masacre lúgubre, pútrida y trasnochada. Y para finiquitar, de una vez por todas, nuestras pesadillas, antes de precipitarse al vacío del ostracismo suicida, Szalai sentencia con un bodegón inenarrable:

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Gracias a todos por su paciencia. ¿Empezamos el de 2024?

[Polina]

Ya está? Sólo esto??
Me pido dibujo.

[poshol na]

Se ve que en la primera ronda @Perro De Lobo no tenía tiempo de dibujar y le pidió el favor a Pedro Vera.

[Jazzid]

Lo has publicado demasiado pronto