Las fantabulosas y hepatantes aventuras de Iskandar Nevaluna

[golondrino]

He cogido el nombre de uno de mis personajes de Dragones y Mazmorras y me he dicho de que el sistema vaya generando una aventura. Empezamos aportando la información básica que nos pide:

¡Vamos a comenzar tu aventura en español! Primero, necesitaré algunos detalles para darle forma al mundo y a tu personaje.
1. TEMA: ¿Qué tipo de mundo deseas explorar? Ejemplos pueden ser Alta Fantasía, Steampunk, Gótico Oscuro, o cualquier otro que prefieras.
2. TONALIDAD: ¿Te gustaría que la historia sea jocosa, heroica, oscura, seria, o algo diferente?
3. PERSONAJE: Voy a crear un personaje aleatorio para ti, pero si prefieres algo específico, dímelo.
Cuando tenga esta información, ¡nos lanzamos de lleno al juego!

TEMA: Fantasia medieval al estilo de Terry Prattchet
TONALIDAD: jocoso de corte británico, cargado de ironías y humor algo absurdo a veces. PERSONAJE: Hechicero llamado Iskandar Nevaluna, especializado en la magia de frio y hielo

Excelente elección! Nos embarcamos en una aventura de fantasía medieval con un tono jocoso y cargado de humor británico al estilo de Terry Pratchett. Ahora vamos a conocer mejor a Iskandar Nevaluna, tu hechicero especializado en magia de frío y hielo, con un toque de ironía en cada conjuro. ¡Ya imagino las situaciones absurdas y los momentos divertidos que viviremos!



Personaje: Iskandar Nevaluna
• Raza: Humano
• Clase: Hechicero (especializado en magia de frío y hielo)
• Nivel: 1
• Alineamiento: Neutral sarcástico (sí, esto no es muy ortodoxo, pero lo es para Iskandar)
• Trasfondo: Iskandar nació en un pequeño pueblo perdido entre montañas nevadas. Desde muy joven mostró un talento innato para la magia, pero al contrario de otros magos que dominan las artes del fuego y el rayo, él descubrió su afinidad por el frío. Suena impresionante, pero en realidad pasó sus años de juventud enfriando bebidas y evitando fiestas de fogatas. Siempre lleva una bufanda, pero no por el frío: le gusta el estilo. Con un carácter irónico y tendencia a soltar comentarios mordaces, Iskandar nunca deja pasar la oportunidad de criticar lo absurdo del mundo, mientras se enfrenta a peligros reales con una mezcla de pragmatismo y sarcasmo.


Habilidades y características:
• Fuerza: 10(+0)
• Destreza: 12 (+1)
• Constitución: 13 (+1)
• Inteligencia: 16 (+3) – Un gran poder conlleva grandes... responsabilidades que Iskandar prefiere ignorar.
• Sabiduría: 12 (+1)
• Carisma: 14 (+2) – Tiene un encanto raro, más en su habilidad para hacer bromas agudas que para caerle bien a la gente.

Habilidades:
• Resistencia al frío: Dada su especialización, tiene una leve resistencia a las bajas temperaturas. Si la cosa se pone muy gélida, simplemente saca su bufanda.
• Conjurador de hielo: Puede crear efectos mágicos relacionados con el frío, como lanzar pequeños proyectiles de hielo, crear zonas resbaladizas o enfriar alimentos que se hayan puesto tibios.
• Sarcástico por naturaleza: Aumenta su persuasión en un 1d4 si lanza una broma especialmente afilada. Aunque a veces puede salirle mal...
Hechizos:
• Rayo de Escarcha: Un proyectil de frío que congela a un enemigo y lo ralentiza.
• Toque Helado: Una mano fantasmal de hielo que puede infligir frío y negar la curación.
• Congelación Menor: Puede congelar pequeñas cantidades de agua o enfriar objetos. Ideal para bebidas, no tanto para apagar incendios.
• Ilusión Menor: Perfecto para crear pequeñas ilusiones humorísticas o distracciones.

Inventario:
• Una varita de hielo hecha de un árbol muerto por una helada (bueno, así lo dice Iskandar, pero en realidad solo la encontró tirada por ahí).
• Una bufanda azul que afirma que le da +1 en estilo y confianza.
• Un par de guantes mágicos que lo protegen del frío, pero parecen inútiles en el calor.
• Un libro de hechizos con apuntes marginales llenos de sarcasmo, algunos hechizos medio inventados, y garabatos de pingüinos por alguna razón.

[golondrino]

Historia de Inicio:

Es una tarde gris y gélida en el peculiar pueblo de Nievequiebra, un lugar olvidado por los dioses y el buen gusto arquitectónico. Las casas están apiladas unas sobre otras en ángulos imposibles, y la gente tiende a resbalarse en las aceras no tanto por el hielo, sino por pura falta de coordinación. La taberna local, llamada El Pingüino Temerario, está en pleno ajetreo. Allí, sentado en una mesa junto a la chimenea (irónicamente), está Iskandar Nevaluna, echando la mirada a un mapa maltrecho que promete la localización de algo llamado El Bastón del Hielo Eterno.
Una voz ronca de un tabernero con una ceja de más (sí, tiene tres) interrumpe tus pensamientos.
—¿Otra cerveza fría, mago? O te la caliento, por variar... —dice, mostrando una sonrisa carente de varios dientes.
El resto de la taberna está poblado de personajes algo excéntricos, desde un enano borracho que parece estar hablando con su propio martillo, hasta un misterioso encapuchado que sorbe sopa con ruidos innecesarios.
El mapa que tienes promete aventuras, y aunque no lo quieres admitir, te sientes intrigado. Claro, lo de El Bastón del Hielo Eterno suena a otro de esos artefactos míticos que probablemente acabe siendo un trozo de madera cubierta de nieve. Pero, por otro lado... ¿qué más tienes que hacer?

Opciones de acción:
1. {Pides otra cerveza bien fría mientras lanzas un hechizo menor para enfriar la bebida del tabernero y ver su reacción.}
2. {Te acercas al enano borracho y preguntas sobre El Bastón del Hielo Eterno. Quizás ha escuchado algo en alguna de sus muchas charlas con martillos.}
3. {Intentas "discretamente" acercarte al misterioso encapuchado que sorbe sopa. Nada de lo que hace parece discreto, así que seguro no te notará.}
4. {Sales de la taberna decidido a emprender la búsqueda del Bastón del Hielo Eterno. Suena lo suficientemente interesante como para distraerte un rato.}
5. {Propones crear una pista de hielo en el centro de la taberna como una "mejora" al entretenimiento. ¿Por qué no añadir un poco de caos?}


opción 2, me acerco al enano

[golondrino]

Te levantas de tu silla con la gracia de un pingüino resbalando por una colina helada. Aún así, con un aire de despreocupación que solo un hechicero especializado en frío podría tener, te acercas al enano borracho, quien parece estar en una discusión profunda y filosófica con su martillo.
—¡Y te digo, Martillo de Guerra, que el maldito tesoro debe estar justo... justo bajo el barril! —dice el enano, zarandeando su bebida. Claramente, la conversación no va por un buen camino.
El enano te echa una mirada. Sus ojos están un poco desenfocados, y su barba luce como si hubiese pasado por un molino de viento lleno de cerveza. Te percatas de que lleva una armadura que parece más un rompecabezas oxidado que algo útil para el combate, pero no puedes negar que hay una fuerza en él. Quizá sea el alcohol, quizá sea que realmente no sabes de qué están hechos los enanos.
—¡Ah, mago! —grita el enano, golpeando la mesa con el martillo, que parece gruñir—. Tú, con tus hechizos de congelar cosas que ya están frías. ¿Qué quieres? ¿Venir a decirme que mi cerveza debería ser un bloque de hielo, eh?
Parece que la conversación va bien... o al menos, no te ha lanzado el martillo (todavía). Haciendo gala de tu carisma sarcástico, lanzas una sonrisa irónica y preguntas:
—En realidad, pensaba que tu martillo podría tener algo más de conversación que tú, pero ya que estamos aquí... ¿Has oído hablar del Bastón del Hielo Eterno? Pensé que, entre tantas discusiones filosóficas con objetos inanimados, habrías topado con información útil.
El enano entrecierra los ojos, tratando de enfocarte mejor. Luego, su rostro se ilumina con una expresión de satisfacción que parece un poco fuera de lugar, dado que todavía estás preguntando por un artefacto místico.
—¡El Bastón del Hielo Eterno! Claro que he oído hablar de él. Es ese tipo de leyenda que los bardos cuentan cuando quieren que te quedes una ronda más. Un trozo de hielo metido en un palo que, según dicen, tiene el poder de traer el invierno eterno. O algo así. Nunca les pongo mucha atención cuando la bebida es buena. —Se rasca la barba—. Pero sí... escuché algo sobre él, en el campamento de unos enanos mercenarios que viajaban al sur. Decían que un tal Jargrim Piel de Escarcha lo estaba buscando. Un tipo duro, ese Jargrim. Lo suficientemente loco como para querer que el invierno dure para siempre, supongo.
Se toma un largo trago, casi vacío, y te mira con una sonrisa borracha.
—Si te interesa, claro... podrías buscarlo por los Valles Congelados de Karhold. Pero, mago... te lo advierto, el frío allá te hace cosquillas en los huesos, y eso que tú eres el experto en hielo.
Antes de que puedas responder, el martillo del enano hace un ruido extraño. Es un gruñido, casi como si estuviera vivo. El enano le lanza una mirada.
—Oh, cállate, Martillo. Nadie te ha preguntado.

El enano te ha dado una pista: el Bastón del Hielo Eterno podría estar relacionado con este tal Jargrim Piel de Escarcha, un mercenario loco que se dirige a los Valles Congelados de Karhold. Y, por supuesto, hay la molesta advertencia sobre un frío tan intenso que hasta tú podrías sentirlo.

Opciones de acción:
1. {Decides agradecer al enano, pero antes de irte, intentas averiguar más sobre este Jargrim Piel de Escarcha. ¿Qué tan loco puede estar alguien para querer el invierno eterno?}
2. {Le propones al enano acompañarte en esta aventura. Tal vez su martillo parlante también tenga algo que decir, y no puedes negar que los enanos borrachos suelen ser útiles en combate.}
3. {Sales de la taberna sin más preámbulos y decides ponerte en camino hacia los Valles Congelados de Karhold. ¡La aventura llama! Y tu bufanda ya está preparada para el frío.}
4. {Lanzas un hechizo de “Congelación Menor” en la cerveza del enano, solo para ver qué pasa. Después de todo, un poco de caos siempre es entretenido.}
5. {Te quedas en la taberna y pides otra bebida, mientras reflexionas sobre si realmente quieres enfrentarte a otro cliché de “artefacto místico” o simplemente quedarte calentito junto al fuego.}


Opción 2, le pregunto al enano si quiere venir conmigo

[golondrino]

Te detienes un momento, mirando al enano con una ceja levantada. En tu mente calculas las posibles ventajas de llevar a este tipo contigo: está borracho, conversa con su martillo, y su armadura parece sacada de un mercado de segunda mano. Pero, por otro lado, es un enano. Y si hay algo que la vida te ha enseñado, es que los enanos borrachos suelen ser sorprendentemente útiles en combate, además de divertidos en las largas travesías.
Con una sonrisa irónica, te inclinas un poco hacia él y le sueltas:
—Bueno, dado que parece que te llevas bien con el frío, el alcohol, y cualquier objeto contundente... ¿Qué te parece acompañarme? Estoy pensando en ir tras ese tal Jargrim Piel de Escarcha. Suena como alguien con el que uno podría compartir una buena conversación… o tal vez sólo golpes. De cualquier manera, podrías serme útil.
El enano se queda mirándote por un largo segundo. Parpadea. Luego mira su cerveza, luego su martillo, y luego de nuevo a ti.
—¿Acompañarte? —responde con una risotada que te salpica un poco de cerveza en la cara—. ¡Ja! ¿Un mago pidiéndome ayuda? Debo de estar más borracho de lo que pensaba, o tú más desesperado. Pero... —se rasca la barba, pensativo—, la verdad, el invierno eterno suena bastante a mi estilo. Y hace tiempo que no reviento cabezas. Además... —baja la voz, como si fuera a decirte algo extremadamente secreto—, Martillo de Guerra aquí dice que le vendría bien un poco de aire fresco. Y... ¿quién soy yo para discutir con un martillo que habla?
—¿El martillo lo dice, eh? —le contestas, intentando ocultar tu incredulidad.
El enano asiente con la misma seriedad que tendría un sabio impartiendo conocimientos ancestrales. Luego, en un movimiento torpe, se levanta de la silla, casi derribándola en el proceso. Se tambalea, pero se ajusta la armadura con un par de tirones innecesarios y le da una última mirada a su jarra vacía.
—Bueno, ¡Iskandar Nevaluna, hechicero de bufanda elegante! —dice, señalándote con el martillo—. ¡Soy Thordin Yelmo de Hierro, hijo de Thurdin, quebrador de cráneos, y si lo que buscas es aventura, cuentas con el mejor rompehuesos de este lado de las montañas!
—Rompehuesos y filósofo del alcohol, aparentemente —murmuras para ti, mientras Thordin ya se dirige tambaleándose hacia la puerta de la taberna, riendo a carcajadas.
Antes de que puedas reaccionar, el enano ya ha salido de la taberna, dejándote a ti la oportunidad de decidir si seguirlo inmediatamente o tal vez pedir otra bebida antes de enfrentar el invierno.

(Thordin Yelmo de Hierro se ha unido a ti. Aquí tienes un pequeño resumen de tus nuevos y curiosos acompañantes:)



Thordin Yelmo de Hierro
• Raza: Enano
• Clase: Guerrero borracho
• Fuerza: 16 (+3)
• Constitución: 18 (+4) – Su hígado debe estar forjado en hierro.
• Sabiduría: 8 (-1) – No confía en su juicio, y tampoco deberías hacerlo.
• Carisma: 10 (+0) – Todo el encanto de un barril de cerveza vacío.

Martillo de Guerra (el Martillo Parlante)
• Poder misterioso: Nadie sabe si realmente habla o si Thordin ha bebido demasiado, pero parece que siempre está de mal humor.



Mientras te preparas para salir, notas que varias personas en la taberna observan tu partida con una mezcla de asombro y curiosidad. Está claro que El Pingüino Temerario no ha visto muchas alianzas tan extrañas como la de un hechicero de hielo y un enano con un martillo que habla (probablemente).
La puerta de la taberna se cierra detrás de ti, y el frío aire de Nievequiebra te golpea el rostro. Thordin te espera, mirando hacia las montañas distantes.
—Entonces, ¿por dónde empezamos? —pregunta, mientras se rasca la cabeza con el martillo.

Opciones de acción:
1. {Le sugieres a Thordin ir directamente hacia los Valles Congelados de Karhold. Si Jargrim Piel de Escarcha está allí, es mejor empezar cuanto antes.}
2. {Propones una parada rápida en una tienda de suministros. Quizás podrías conseguir algo útil para la travesía, como más bufandas o un martillo nuevo para Thordin, aunque eso podría ofender a su actual "compañero".}
3. {Decides investigar un poco más en Nievequiebra, buscando a algún otro aventurero o información adicional sobre Jargrim Piel de Escarcha.}
4. {Le preguntas a Thordin por qué su martillo habla, intentando descubrir si el enano está loco o si hay algún misterio arcano detrás de todo esto.}
5. {Usas un hechizo para crear una pequeña ventisca y pruebas qué tan bien Thordin resiste el frío. Un test rápido de compatibilidad aventurera nunca está de más.}

Opción 3, decido investigar un poco más en Nevequiebra

[golondrino]

Decides que lanzarse directamente hacia los Valles Congelados de Karhold sin más información sería tan sensato como confiar en un hechizo de fuego para encender una hoguera en mitad de una tormenta de nieve. No, un poco más de investigación no vendría mal, sobre todo porque este tal Jargrim Piel de Escarcha suena como un enemigo con una historia más profunda que un simple mercenario loco. Además, siempre existe la posibilidad de que algún otro aventurero esté en búsqueda de lo mismo… o al menos tenga alguna pista útil.
—Antes de lanzarnos al gélido abrazo de la muerte, prefiero investigar un poco más sobre Jargrim y el Bastón. Seguro hay más personas aquí que saben algo. —le dices a Thordin.
El enano te mira, parpadea una vez como si hubiera tardado en procesar tus palabras, y luego asiente.
—Bien, bien. Me gusta un mago que piensa antes de congelar cosas... aunque a veces es más divertido no pensar. ¡Pero vamos! Seguro hay algún charlatán en este pueblo que haya oído hablar del Bastón. —Se da una palmada en el vientre—. ¡O tal vez una taberna más con mejores cervezas!
Mientras te paseas por Nievequiebra, el frío aire te envuelve. Las casas parecen hechas para sobrevivir a siglos de heladas, con techos de paja gruesa y chimeneas siempre humeantes. Las pocas personas que ves por las calles están bien abrigadas y apenas te dedican una mirada, acostumbradas al ir y venir de viajeros en busca de leyendas gélidas. El mercado local parece el lugar más lógico para investigar, pues está lleno de vendedores que han oído todo tipo de historias, reales o exageradas.

El Mercado de Nievequiebra

Es un lugar bastante modesto, más un conjunto de puestos cubiertos por mantas raídas que un mercado de verdad. Aún así, el ambiente está animado. Hay puestos vendiendo todo tipo de cachivaches inútiles (¿una jarra que nunca se congela? ¿para qué?), pieles gruesas de animales, y, por supuesto, armas de caza. Los mercaderes gritan ofertas mientras los compradores regatean sin piedad.
Algunos personajes llaman tu atención: un vendedor de amuletos que parece tener más collares de protección que sentido común, un vagabundo con los dientes amarillos que murmura algo sobre un artefacto mágico perdido, y un cazador nórdico de aspecto rudo, apoyado en una pared, afilando un cuchillo mientras te mira de reojo.

Opciones de acción:
1. {Te acercas al vendedor de amuletos, fingiendo interés por sus productos, mientras intentas sacarle información sobre el Bastón y Jargrim Piel de Escarcha. Los vendedores siempre tienen una historia para contar.}
2. {Te diriges al vagabundo que murmura sobre un artefacto mágico. Tal vez se trate del Bastón, o quizás solo esté loco, pero nunca se sabe.}
3. {El cazador parece un tipo que ha visto más nieve que tú hechizos. Te acercas a él y, con un aire casual, le preguntas si ha oído hablar de Jargrim. A veces, los cazadores tienen más pistas de lo que uno espera.}
4. {Decides inspeccionar el mercado en busca de algún otro aventurero o grupo que pueda estar tras lo mismo. Es posible que encuentres aliados… o competidores.}
5. {Thordin se ha quedado mirando un puesto de pieles gruesas. Le preguntas si quiere comprar alguna antes de que te sigas investigando. Tal vez descubras algo en el proceso.}

Opcion 3, me acerco al cazador

[golondrino]

Te acercas al cazador nórdico con un aire despreocupado, el tipo de actitud que uno adquiere cuando se pasa la vida lidiando con hechizos y tipos duros con martillos que creen que sus armas pueden hablar. El cazador es una figura imponente: alto y musculoso, con una barba gruesa cubierta de escarcha. Lleva una piel de oso gris que parece haber cazado él mismo con sus propias manos, o al menos, eso quiere que creas. Mientras te aproximas, levanta la vista de su cuchillo, observándote con el típico desdén de alguien que prefiere estar cazando en solitario y no lidiando con extraños.
—Si vienes a comprar pieles, mago —dice sin levantarse de la pared—, más vale que traigas oro. No estoy aquí para hablar de tonterías.
Claramente, este tipo tiene un mal día, pero no te sorprende. A veces, los que viven en estas tierras heladas desarrollan una personalidad tan gélida como el clima. Mantienes la calma, como siempre, y sueltas una de tus clásicas respuestas cargadas de sarcasmo.
—Oh, créeme, no soy tan tonto como para comprar pieles cuando puedo crear hielo gratis. Pero… lo que sí busco es algo de información. —Haces una pausa, mirando su cuchillo como si fuera lo más fascinante del mundo antes de continuar—. He oído rumores de un mercenario, Jargrim Piel de Escarcha, que anda buscando un cierto artefacto, un Bastón del Hielo Eterno. Y me preguntaba si un cazador tan experimentado como tú ha oído algo al respecto. Porque, si alguien en este pueblo lo sabe, tiene que ser el hombre con el cuchillo más afilado.
El cazador te mira en silencio por un largo segundo, probablemente evaluando si le caes lo suficientemente bien como para que te deje seguir respirando. Luego, finalmente, suelta un gruñido, aunque parece más una risa amarga que un verdadero gruñido de desprecio.
—Jargrim Piel de Escarcha, eh. Un nombre que no había oído en mucho tiempo... —se rasca la barba pensativo—. Lo conozco. O lo conocía. Un maldito loco, si me preguntas. Cree que puede hacerse con ese Bastón y traer el invierno eterno. Ya sabes, típico cuento para asustar a los niños… o para que los idiotas lo sigan hasta su propia muerte.
Deja de afilar su cuchillo y te mira directamente a los ojos. Su expresión se endurece.
—Jargrim estuvo aquí, en Nievequiebra, hace no mucho. Se dirigía a los Valles Congelados de Karhold, como bien sospechas. Pero no va solo. Reunió a un pequeño grupo de mercenarios tan locos como él. Se hacen llamar los Hijos del Invierno. No son tipos con los que quieras cruzarte si aprecias tu calor corporal.
La información es útil, pero la manera en que te lo dice te deja una sensación de peligro inminente. Si este tal Jargrim ha reunido un grupo de fanáticos, tu viaje podría ser más peligroso de lo que imaginabas.
—¿Y qué más sabes de ellos? —preguntas, intentando obtener más detalles.
El cazador se encoje de hombros.
—No mucho más. Aunque hay un rumor... uno que ni siquiera sé si creer. Dicen que Jargrim no está tras el Bastón por poder o gloria. Según cuentan, lo hace para vengarse de algo o alguien que le arrebató todo lo que tenía. No sé si es verdad, pero ya sabes cómo son esas historias: a veces, la venganza es peor que la ambición.
El cazador vuelve a afilar su cuchillo, como si la conversación hubiera terminado, pero lanza una última advertencia.
—Si decides ir tras él, mejor asegúrate de que tus hechizos de frío estén preparados para algo más que una ventisca. Jargrim no es un enemigo cualquiera.

Opciones de acción:

1. {Agradeces al cazador y decides ir directamente hacia los Valles Congelados de Karhold. Ahora que sabes que Jargrim tiene un grupo, no puedes perder más tiempo.}
2. {Le preguntas al cazador si estaría dispuesto a unirse a tu grupo. Alguien tan experimentado en cazar en el frío podría ser un valioso aliado. Aunque probablemente, también algo caro.}
3. {Le pides al cazador más detalles sobre los Hijos del Invierno. Si vas a enfrentarlos, más vale conocer las habilidades o debilidades de sus miembros.}
4. {Regresas a la taberna con Thordin para prepararos mejor antes de partir. Tal vez haya algo más que puedas averiguar, o necesites equiparte mejor.}
5. {Pruebas la paciencia del cazador lanzando un pequeño hechizo de frío en su cuchillo, solo para ver si se descongela tanto como su cuchilla.}

Opción 3, le pido información al cazador

[golondrino]

Con una inclinación de cabeza y una sonrisa cargada de ese toque irónico que te caracteriza, decides insistir un poco más. Jargrim Piel de Escarcha puede no ser un enemigo cualquiera, pero tampoco eres el tipo de hechicero que se echa atrás ante los desafíos. Sin embargo, es prudente conocer a fondo lo que te espera, sobre todo si este grupo de fanáticos, los Hijos del Invierno, tiene más sorpresas de las que esperas.

—Interesante... los Hijos del Invierno, ¿eh? —comentas, cruzando los brazos—. Suena a una troupe de bardos con muy mal gusto en ropajes, pero algo me dice que son más peligrosos de lo que parece. ¿Qué más sabes de ellos? Detalles sobre quiénes son, qué pueden hacer... Quizá eviten que me convierta en una estalactita antes de tiempo.

El cazador deja de afilar su cuchillo, haciendo un chasquido con la lengua mientras te observa de reojo. Al parecer, no es fanático de la gente que pregunta demasiado, pero al mismo tiempo parece comprender que tu insistencia es razonable. Tras unos segundos de reflexión, se inclina hacia ti, bajando la voz como si las propias paredes del mercado pudieran estar escuchando.

—No creas que estos tipos son solo mercenarios comunes. Los Hijos del Invierno no son una banda de matones cualquiera. Cada uno de ellos tiene una habilidad especial relacionada con el frío, al igual que tú. Pero a diferencia de ti, no lo hacen con varitas ni palabras bonitas. Lo llevan en la sangre, como si el mismo hielo fuera parte de sus almas.
La idea de enfrentarte a un grupo de fanáticos que canalizan el frío de manera natural no suena tan divertida como habías pensado al principio. Continúa:

—Hay cuatro principales en su grupo, o al menos esos son los que vi con mis propios ojos la última vez que Jargrim pasó por aquí.

Los Hijos del Invierno:

1. Freya Diente de Hielo: Según el cazador, es una cazadora tan mortífera como el invierno mismo. Usa dos cuchillos forjados en hielo negro, y su capacidad para moverse en silencio por la nieve la convierte en una sombra mortal. Sus presas no suelen verla venir hasta que ya es demasiado tarde. Dicen que tiene un vínculo con los lobos del norte, aunque nadie está seguro de si es por magia o simple afinidad natural.
2. Bjorn el Resquebrajado: Un gigante de hombre, tan robusto como un oso polar y casi igual de inteligente. Bjorn es capaz de invocar grandes bloques de hielo a voluntad y arrojarlos como si fueran piedras. Es el músculo del grupo, y aunque no parece muy listo, no necesitas ser un genio cuando puedes aplastar enemigos con una sola mano.
3. Sigrid la Escarcha Sagrada: Esta es la más inquietante de todas. Sigrid es una clériga de algún dios oscuro del frío, probablemente olvidado por la mayoría, pero no por ella. Es capaz de canalizar magia divina para curar a sus aliados y, al mismo tiempo, lanzar maldiciones heladas sobre sus enemigos. Su presencia sola hace que la temperatura baje varios grados.
4. Thrain el Susurro del Viento: Si Freya es la cazadora silenciosa, Thrain es el asesino invisible. Este tipo es un maestro del sigilo y las emboscadas, capaz de moverse con la velocidad del viento ártico. Usa dardos de hielo y es famoso por acabar con sus objetivos antes de que estos puedan siquiera gritar.

El cazador te mira, intentando medir tu reacción, como si quisiera ver si vas a salir corriendo en ese mismo momento o si tienes lo que se necesita para enfrentar a estos tipos.
—Jargrim los lidera, claro. Y aunque esos cuatro sean peligrosos, él es peor. Tiene una obsesión con el frío que raya en lo patológico. Dicen que su cuerpo ya no siente calor, ni siquiera cuando está cerca del fuego. Vive por una sola cosa: encontrar el Bastón del Hielo Eterno y desatar el invierno sobre el mundo. Si lo logra… —el cazador se encoge de hombros—, bueno, no creo que ninguno de nosotros viva para contarlo.
Te cruzas de brazos, procesando la información. Está claro que este viaje será cualquier cosa menos fácil, y enfrentarte a los Hijos del Invierno requerirá más que simples hechizos de escarcha y palabras ingeniosas. Necesitarás estar preparado, y Thordin Yelmo de Hierro podría no ser suficiente si las cosas se ponen tan gélidas como parece.
—Gracias por la información, cazador —dices finalmente—. Aunque me pregunto, ¿cómo es que sabes tanto sobre ellos? No pareces del tipo que se mete en problemas por diversión.
El cazador te lanza una sonrisa amarga, mostrando sus dientes torcidos.

—Porque casi terminé siendo uno de ellos. —Te observa por un momento antes de continuar—. Pero la vida como fanático del frío eterno no es lo mío. Prefiero cazar bestias, no seguir a un loco que quiere congelar el mundo. Ten cuidado, mago. Estos tipos no tienen nada que perder.

Opciones de acción:
1. {Le preguntas al cazador si estaría dispuesto a unirse a tu grupo. Con toda esta información, parece más útil que nunca contar con alguien tan experimentado en el frío.}
2. {Decides que ya has reunido suficiente información y regresas a la taberna para encontrar a Thordin y preparar tu partida hacia los Valles Congelados de Karhold.}
3. {Te diriges a alguna tienda local en busca de equipo o suministros especiales que podrían ayudarte a enfrentar a los Hijos del Invierno. Tal vez alguna poción o artefacto mágico te sea útil.}
4. {Preguntas al cazador si tiene algún consejo sobre cómo derrotar a los miembros específicos de los Hijos del Invierno. No está de más tener un plan, sobre todo cuando te enfrentas a enemigos con habilidades tan singulares.}
5. {Te quedas un momento más, preguntándote si todo esto del invierno eterno no será otro de esos absurdos mitos que tienden a exagerarse. Decides lanzar un comentario sarcástico y seguir tu instinto.}

Elegimos la opción 1, le pregunto al cazador si quiere unirse a nuestro grupo

[golondrino]

Con la información sobre los Hijos del Invierno zumbando en tu mente, decides que podría ser más sensato contar con alguien que realmente conozca el frío, tanto el de las montañas como el de los corazones congelados de tus enemigos. El cazador parece tener experiencia, y aunque su actitud es más fría que un copo de nieve en tu té, su conocimiento y habilidades podrían ser vitales para enfrentarte a Jargrim y su banda de fanáticos.

Te cruzas de brazos, dejando que tu bufanda ondee un poco dramáticamente al viento —después de todo, el estilo es importante— y le dices:

—Bueno, parece que tienes más experiencia en esto que la mayoría de los tipos que solo saben contar historias de taberna. Y si conoces tan bien a los Hijos del Invierno, quizá deberías unirte a mí. Mi compañero enano es muy bueno con su martillo, pero algo me dice que tu cuchillo podría ser igual de útil. Claro, si es que te interesa un poco de aventura y no quedarte aquí afilando cuchillos hasta que las estalactitas te cubran.

El cazador se detiene un momento. Te estudia con sus ojos fríos y calculadores, como si estuviera decidiendo si eres solo otro charlatán en busca de gloria o alguien con una chispa de sentido. Tras unos segundos que se sienten como un invierno largo, suelta una risotada, aunque seca como la madera congelada.

—¿Aventura, eh? —dice, con una sonrisa torcida—. No soy un tipo que va tras oro o fama, y mucho menos sigo a hechiceros que usan bufandas demasiado coloridas para mi gusto. —Te mira de arriba abajo, evaluándote—. Pero tú, Iskandar Nevaluna, parece que tienes un motivo más allá de la simple tontería, y eso ya es decir algo en este lugar.
Se ajusta la piel de oso en los hombros y guarda su cuchillo en la funda.

—Muy bien, mago. Si realmente vas tras Jargrim y su grupo, será mejor que tengas a alguien a tu lado que no se derrita al primer signo de peligro. Conozco los Valles Congelados como la palma de mi mano, y te diré algo: no encontrarás a nadie mejor que yo para guiarte entre esas tierras.
Luego, cruza los brazos y te lanza una última mirada de advertencia.

—Pero una cosa está clara: si esto se convierte en una misión suicida, no esperes que muera por ti. Me largo en cuanto las cosas se pongan feas. Entendido?

Te das cuenta de que este cazador no es el típico compañero fiel, pero tiene las habilidades y el conocimiento que podrías necesitar. Además, su pragmatismo podría ser lo que te mantenga con vida.

—Trato hecho —le respondes con un toque de ironía en la voz—. No te preocupes, no soy de los que esperan heroísmos innecesarios. Solo necesito alguien que conozca bien el terreno y que sepa usar ese cuchillo tan bien como parece.
El cazador asiente con la cabeza y te tiende la mano.

—Mi nombre es Skjorn Hielorastro, por si no te lo había dicho ya. Cazador, sobreviviente, y alguien que no tolera tonterías. Vamos a buscar a ese maldito Jargrim.

Skjorn Hielorastro se ha unido a tu grupo. Aquí tienes un breve resumen de tu nuevo aliado:
Skjorn Hielorastro
• Raza: Humano
• Clase: Explorador
• Fuerza: 14 (+2)
• Destreza: 16 (+3) – Ágil y rápido con el cuchillo.
• Constitución: 14 (+2)
• Sabiduría: 15 (+2) – Conoce bien los terrenos gélidos y cómo sobrevivir en ellos.
• Carisma: 10 (+0) – Su personalidad no es la más cálida, pero tampoco te caerá mal.

Habilidades:
• Experto en el frío: Skjorn es inmune a los efectos adversos del frío natural. Puede moverse con facilidad a través de terrenos nevados y helados.
• Rastreador nato: Puede encontrar huellas o señales que otros pasarían por alto, especialmente en condiciones de nieve.
• Ataques rápidos: Es muy hábil con su cuchillo, especializado en ataques rápidos y precisos.

Con Skjorn ahora en tu equipo, sientes que tus posibilidades de éxito han mejorado. La próxima parada será prepararos para el viaje a los Valles Congelados de Karhold, donde te espera Jargrim Piel de Escarcha y su grupo de fanáticos.







Opciones de acción:
1. {Regresas a la taberna para encontrarte con Thordin y planear el viaje hacia los Valles Congelados de Karhold. Es hora de ponerse en marcha.}
2. {Le pides a Skjorn que te guíe hacia una tienda de suministros o algún lugar donde puedas equiparte mejor antes de partir. Tal vez haya pociones o amuletos útiles.}
3. {Le preguntas a Skjorn si tiene algún consejo o estrategia para enfrentarse a los Hijos del Invierno, ya que parece conocer bien sus tácticas.}
4. {Antes de partir, te tomas un momento para hablar con Thordin sobre el viaje y lo que habéis averiguado. No quieres lanzarte a ciegas sin al menos discutir un plan.}
5. {Propones a Skjorn una parada rápida en las montañas cercanas para practicar algunas tácticas conjuntas antes de enfrentarse a los verdaderos enemigos. Nunca está de más estar preparado.}

[Dolordeberruga]

Guauu!!! Cómo estás haciendo eso? suena muy interesante.

[The last samurai]

Podríamos seguir la aventura (o crear una nueva), haciendo encuestas para decidir la siguiente opción a tomar por los protagonistas.

Buena manera de aprovechar las IA, Golon!