[Dragó Powa] El último libro que te has leído.

[PrimeroDerecha]

Supongo que te referiras a autores contemporáneos cuando hablas de la poca dedican al humor, porque ejemplos excelentes los hay. Miguel Mihura ( recomiendo su "Autobiografía"), todo Jardiel Poncela ( para mi gusto, más la novela que el teatro, con ejemplos como "Pero ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?", "Espérame en Siberia, vida mia" o "La Tournee de Dios") o Alvaro de Laiglesia ( yerno de Mihura y, posiblemente, un poco más descafeinado), sin olvidar a Muñoz Seca y "La venganza de Don Mendo".

[lluisot]

Claro, me refería a contemporáneos. La venganza de don Mendo es grande, ¡enorme! Lo leí hace años y todavía recuerdo una estrofita que iba algo así como: Para lavar el baldón/ la mancha que os agravia,/ caballero, henos de Pravia.

En cuanto a Mihura, me gusta en su contexto, igual que otras cositas como las greguerías de Ramón Gómez de la Serna, por ejemplo (aunque entre ellas hay desde golpes de puro genio a otras flojitas, flojitas). El caso es que tradición había, pero actualmente parece que a los autores les cuesta más variar de género y de registro. Todo el mundo sabe qué va a leer si compra un libro de Zafón (personalmente no me gusta), de Pérez Reverte o de cualquier otro autor español, y cada vez más la tendencia literaria se deja arrastrar más por el tirón de la literatura histórica.

A ver si pasa de una santa vez el síndrome de da Vinci, que ya cansa.

[dunker]

La verdad es que hay pocos libros de humor españoles (de actualidad). Recuerdo haber leído alguno de Faemino y Cansado, gracioso sí, pero no lo catalogo como libro sino como conjunto de sketches redactados.

Hace unos meses he leído Mercado de espejismos, de Felipe Benítez Reyes:

En esta sutil parodia de las novelas de intriga esotéricas, el autor narra la historia de Corina y Jacob, una pareja que ha vivido siempre del robo de obras de arte. Cuando se retiran de la profesión, reciben una propuesta sorprendente: el encargo consiste en robar las reliquias de los Reyes Magos que se conservan en la catedral alemana de Colonia.

Trama bien tejida, con varios personajes delirantes y fina ironía que en algún momento me llevó a la carcajada. Además, se ríe de toda la fiebre de novela histórica-esotérica.

Me gustó más que el asombroso viaje de Pomponio Flato, que va del mismo palo.

[arafat]

Trama bien tejida, con varios personajes delirantes y fina ironía que en algún momento me llevó a la carcajada. Además, se ríe de toda la fiebre de novela histórica-esotérica.

Hacedle caso a dunker para una vez que recomienda algo verdaderamente recomendable.

Como poeta Benítez es casi mejor que como novelista, y para muestra su Advertencia, que siempre me pareció genial:

Si alguna vez sufres -y lo harás-
por alguien que te amó y que te abandona,
no le guardes rencor ni le perdones:
deforma su memoria el rencoroso
y en amor el perdón es sólo una palabra
que no se aviene nunca a un sentimiento.
Soporta tu dolor en soledad,
porque el merecimiento aun de la adversidad mayor
está justificado si fuiste
desleal a tu conciencia, no apostando
sólo por el amor que te entregaba
su esplendor inocente, sus intocados mundos.

Así que cuando sufras -y lo harás-
por alguien que te amó, procura siempre
acusarte a ti mismo de su olvido
porque fuiste cobarde o quizá fuiste ingrato.
Y aprende que la vida tiene un precio
que no puedes pagar continuamente.
Y aprende dignidad en tu derrota,
agradeciendo a quien te quiso
el regalo fugaz de su hermosura.

[PrimeroDerecha]

Benitez Reyes es un excelente escritor, y la obra que mencionas es, a la vez, entretenida y bien escrita. Aunque de vez en cuando se pierde en algunos barroquismos ( propios del autor, no motivados por el personaje central de "Mercado de espejismos"), no desmerece la calidad final del producto.

Muy recomendables, también, "El novio del mundo" y "El pensamiento de los monstruos".

No es mal poeta. Para muestra, un gato. Digo, un botón.



LAS NIÑAS

Llegan con los tacones sucios del barro de los parques,
con un perfume espeso de flores venenosas.
Llegan con gafas negras, radiantes, despeinadas;
la noche las recubre con un palio morado.
Toman licores densos con aires de tragedia.
Tienen nombres de diosa, de colonia o de gato.
No son invulnerables a las historias tristes
y huyen de madrugada, como lunas esquivas.

[Redneckensson]

No sé por qué obligan a analizar La verdad sobre el caso Savolta cuando el verdadero legado que Mendoza dejó a la humanidad es la trilogía del loco. Empecé a leer por primera vez el de la cripta embrujada cuando iba en metro a la universidad (de Miskatonic, a que me estudiaran) y tuve que dejarlo para casa, pues me descojonaba, evidenciando el aspecto de imbécil y distrayendo a las pibas de la admiración de mi paquete. Algunos dicen que la tercera parte, La aventura del tocador de señoras, no está a la altura, pero yo contesto: gilipollas. Sólo por las apariciones del alcalde de Barcelona, de quien no se dice el nombre pero todos sabemos quién es, y que muestra ya varios lustros antes mediante acrobacia nostradámica de Mendoza claros signos de alzheimer, merece la pena.

[Blanquita]

Eduardo Mendoza es un puto genio, y coincido con vosotros en que la trilogía del loco es lo mejor que ha parido. Ahora estoy con El asombroso viaje de Pomponio Flato, ya os contaré, aunque de momento puedo decir que el tono general es de ironía suave, vamos que no es desternillante, sino provocador de alguna que otra sonrisilla, y no me está decepcionando en absoluto.

PD: lluisot, cabrón, lo que hubiera dado yo por poder tener a ese hombre de profe... seguro que es igual de grande como persona que como escritor.

[Party Boy]

Al final, el profesor enrrollado siempre te la mete doblada.

[Blanquita]

Al final, el profesor enrrollado siempre te la mete doblada.

Y si además es murciano, te destroza la vida.

De todos modos, habría que preguntarle a lluisot si Mendoza es enrrollado.

[PrimeroDerecha]

No sé por qué obligan a analizar La verdad sobre el caso Savolta cuando el verdadero legado que Mendoza dejó a la humanidad es la trilogía del loco.

La verdad sobre el caso Savolta o El hombre que era Jueves, son libros de lectura obligatoria, lo que lo convierten en libros que necesariamente uno se salta. Releer ambos ( que, en la mayoría de los casos, es leerlos pro primera vez) es un placer.

Empecé a leer por primera vez el de la cripta embrujada cuando iba en metro a la universidad (de Miskatonic, a que me estudiaran) y tuve que dejarlo para casa, pues me descojonaba, evidenciando el aspecto de imbécil y distrayendo a las pibas de la admiración de mi paquete. Algunos dicen que la tercera parte, La aventura del tocador de señoras, no está a la altura, pero yo contesto: gilipollas. Sólo por las apariciones del alcalde de Barcelona, de quien no se dice el nombre pero todos sabemos quién es, y que muestra ya varios lustros antes mediante acrobacia nostradámica de Mendoza claros signos de alzheimer, merece la pena.

Tal es mi afición a Mendoza que esperé pacientemente a que "La aventura del tocador..." llegara a El Corte Inglés, y me lo leí de una tacada en un banco en el exterior del centro comercial. Y no le llega ni a la suela del zapato a las dos anteriores. Y que el alcalde de Barcelona sea tan perfectamente identificable me parece una charlotada impropia.