Inktober Literario 2019
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Re: Inktober Literario 2019
Una vez sueltos los mineros y transcurrida la semana prometida en el Anillo de Cramos, el día D a la Hora H, por supuesto, no se presentó ni el tato en la Riotinto para embarcar y continuar el viaje hacia el almacen central. Era lo previsto, regala a setenta y pico tíos que llevan dos años picando minerales en un asteroide de mierda perdido en el sistema solar una semana en el mejor burdel casino de todo el sector y espera luego sentado que se presenten puntualmente. A la Pick&Shovel Corp le importaban una puta mierda los mineros, al menos ahora que tenían las bodegas de la "panzona", ese es el nombre cariñoso de la Riotinto, llenas hasta arriba de oro y litio, pero estaba el Sindicato. El Sindicato de mineros era lo más tocacojones que existía en el universo. Si el contrato decía que a los mineros se les debía devolver al almacén central, por narices teníamos que devolverlos allí. Dejarlos a medio camino suponía enfrentarte a innumerables litigios e incontables indemnizaciones, así que no había otra que hacerlos entrar en la nave. Por suerte todo estaba previsto. Pasada una hora del tiempo límite para el embarque, Pick&Shovel Corp ordenó bloquear todas las cuentas de los mineros, tanto las que había abierto la compañ´ía como las personales que hubieran podido abrir aquellos mineros que ya se habían gastado los novecientos cincuenta créditos y estaban ya tirando de sus ahorros. Eso podían hacerlo sin problemas ya que el Anillo de Cramos pertenecía a Pick&Shovel Corp a través de una filial. Así que, puesto el cebo en el anzuelo, el Capitán, la tripulación compuesta por un segundo que hacía las funciones de navegante, el oficial médico, el oficial mecánico, su segundo y el becario de carga, junto al personal de seguridad, un equipo compuesto por un sargento y cinco soldados que tenían muy malas pulgas y siempre iban pertrechados con el equipo antidisturbios, se sentaron a esperar a que los pececitos fueran picando. Sin dinero que gastar los mineros fueron volviendo mansamente a la Riotinto. Los dos últimos entraron quince horas después de la hora fijada, y, con todos a bordo, la Riotinto se desengancho del muelle de carga y se dispuso a continuar su viaje hacia el almacén central. Faltaban ciento veinte días para llegar a destino y finalizar el contrato que nos ligaba a todos con la Pick&Shovel Corp.
YO ESTOY INDIGNADO
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Re: Inktober Literario 2019
Qué final tan redondo, jajaja. Me has dado un poco de miedo.
Re: Inktober Literario 2019
No estaba pensado. Una cosa ha llevado a la otra. Pronto, otro spin off de la saga de la nave minera Riotinto. O al menos esa es la intención.M. Corleone escribió: ↑07 Oct 2019 15:14Qué final tan redondo, jajaja. Me has dado un poco de miedo.
Re: Inktober Literario 2019
Entre fin de semana y resfriado voy tarde. A ver si me pongo al día. Aquí viene el quinto
CacaDeLuxe escribió: ↑03 Ago 2021 09:53 eres un cuck wokero de los que tiene un discurso de covidiota emponzoñado grafenado bozalero aplaudidor de balcon
Re: Inktober Literario 2019
Spoiler: mostrar
CacaDeLuxe escribió: ↑03 Ago 2021 09:53 eres un cuck wokero de los que tiene un discurso de covidiota emponzoñado grafenado bozalero aplaudidor de balcon
- M. Corleone
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Re: Inktober Literario 2019
10 – Pattern
Dicen los críticos que en mi forma de escribir hay un patrón, pero yo no lo veo por ningún lado. ¿Patrón, si soy pura anarquía?
Comentan mis lectores que mis libros tienen como un ritmito constante, aunque yo no lo detecto. ¿Ritmo, si soy el free-jazz de la literatura?
Cuchichean mis detractores que mis ficciones son previsibles, pero estoy seguro que nadie adivina mis finales sorpresa. ¿Previsibles, dicen, si siempre les dejo con los ojos como platos?
Me acusan los iletrados de tratar siempre los mismos temas, aunque tengo la certeza de que jamás me he repetido. ¿Reiterativo, si abordo una tras otra las grandes cuestiones contemporáneas que a todos nos preocupan o, al menos, deberían hacerlo?
Aducen los más vagos lectores de que tiendo a alargar innecesariamente mis novelas, que son extensísimas, en cuanto al continente, y llenas de párrafos enrevesados, de dudosa trascendencia y mortalmente aburridos, que no llevan a ninguna parte. ¿Tedioso yo, si siempre mantengo con mano firme un tenso pulso narrativo que te corta la respiración y tiende a causar severos accidentes cardiovasculares a quienes no soportan -¡oh, débiles en cuerpo y espíritu!- la terrible dureza de mis textos?
Me difaman numeroso incompetentes colegas de profesión, emponzoñados por la más amarga de las envidia, frustrados por no poder alcanzar jamás siquiera un mínimo porcentaje de la gracia literaria que me concedieron Las Musas desde mi más tierna niñez, cuando en papel comencé a garabatear mis primeras frases (¡a la edad de tres años!), y dicen -¡osados!- que tiendo a no utilizar el punto y seguido, en una sintaxis más que enrevesada, con la que trato de ocultar –dicen- que no tengo realmente nada que decir, imitador bastardo de un hiperrealismo dialéctico que, en realidad, no lleva a ninguna parte y no tiene nada que contar, insisten mucho en eso, paja para llenar páginas y más páginas, como si las editoriales me pagaran al peso, e insisten en que mi uso de los paréntesis aislando los (en mi opinión, certeramente escogidos) adjetivos no hace sino hacer más insufriblemente ilegible el (ya de por sí) complejo texto que les muestro, lo que les hace releer (una y otra vez) una frase que (debido a su infradotado intelecto) se les escapa. ¿Enrevesado y sin nada que decir, yo, que soy la máxima expresión de la concisión, una suerte da epítome de nuestro tiempo, el faro que guía la embarcación de la sabiduría hacia el puerto seguro de mi cálido abrazo intelectual, epifanía de límpida luz que ilumina la negra conciencia de una época marcada por el incierto transcurrir de los años y la mediocridad de sus artes y buen gobierno, así como, en general, una notable debilidad de una raza de seres humanos cada día más degradada y tendente a la estulticia, cuyo único final lógico y plausible es la extinción total en la más miserable de las cegueras?
Ja, ¡¡imbéciles, buscad el patrón en mi escroto, pandilla de hijos de puta!!
Dicen los críticos que en mi forma de escribir hay un patrón, pero yo no lo veo por ningún lado. ¿Patrón, si soy pura anarquía?
Comentan mis lectores que mis libros tienen como un ritmito constante, aunque yo no lo detecto. ¿Ritmo, si soy el free-jazz de la literatura?
Cuchichean mis detractores que mis ficciones son previsibles, pero estoy seguro que nadie adivina mis finales sorpresa. ¿Previsibles, dicen, si siempre les dejo con los ojos como platos?
Me acusan los iletrados de tratar siempre los mismos temas, aunque tengo la certeza de que jamás me he repetido. ¿Reiterativo, si abordo una tras otra las grandes cuestiones contemporáneas que a todos nos preocupan o, al menos, deberían hacerlo?
Aducen los más vagos lectores de que tiendo a alargar innecesariamente mis novelas, que son extensísimas, en cuanto al continente, y llenas de párrafos enrevesados, de dudosa trascendencia y mortalmente aburridos, que no llevan a ninguna parte. ¿Tedioso yo, si siempre mantengo con mano firme un tenso pulso narrativo que te corta la respiración y tiende a causar severos accidentes cardiovasculares a quienes no soportan -¡oh, débiles en cuerpo y espíritu!- la terrible dureza de mis textos?
Me difaman numeroso incompetentes colegas de profesión, emponzoñados por la más amarga de las envidia, frustrados por no poder alcanzar jamás siquiera un mínimo porcentaje de la gracia literaria que me concedieron Las Musas desde mi más tierna niñez, cuando en papel comencé a garabatear mis primeras frases (¡a la edad de tres años!), y dicen -¡osados!- que tiendo a no utilizar el punto y seguido, en una sintaxis más que enrevesada, con la que trato de ocultar –dicen- que no tengo realmente nada que decir, imitador bastardo de un hiperrealismo dialéctico que, en realidad, no lleva a ninguna parte y no tiene nada que contar, insisten mucho en eso, paja para llenar páginas y más páginas, como si las editoriales me pagaran al peso, e insisten en que mi uso de los paréntesis aislando los (en mi opinión, certeramente escogidos) adjetivos no hace sino hacer más insufriblemente ilegible el (ya de por sí) complejo texto que les muestro, lo que les hace releer (una y otra vez) una frase que (debido a su infradotado intelecto) se les escapa. ¿Enrevesado y sin nada que decir, yo, que soy la máxima expresión de la concisión, una suerte da epítome de nuestro tiempo, el faro que guía la embarcación de la sabiduría hacia el puerto seguro de mi cálido abrazo intelectual, epifanía de límpida luz que ilumina la negra conciencia de una época marcada por el incierto transcurrir de los años y la mediocridad de sus artes y buen gobierno, así como, en general, una notable debilidad de una raza de seres humanos cada día más degradada y tendente a la estulticia, cuyo único final lógico y plausible es la extinción total en la más miserable de las cegueras?
Ja, ¡¡imbéciles, buscad el patrón en mi escroto, pandilla de hijos de puta!!
Re: Inktober Literario 2019
Hay que cerrar, man. Resuelve el conflicto, pon una segunda cámara en otra parte, cruza con otra trama, whatever
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- M. Corleone
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Re: Inktober Literario 2019
Fíjate que pensaba dejarlo absolutamente sin cierre, del todo, sin esa frase final de "Ja, ¡¡imbéciles, buscad el patrón en mi escroto, pandilla de hijos de puta!!". Simplemente el patrón. Cada párrafo con la misma estructura (patrón 1) y cada párrafo cada uno un poco más largo que el anterior (patrón 2), pero al final me parecía que quedaba soso, que no ibáis a entender que esa era mi intención (hablar sobre el patrón escribiendo con un patrón y una estructura simétrica pero cada vez más larga) y, comido por las dudas, he añadido a última hora esa mierda de cierre que no pega ni con cola con el resto. Así que no creo que le falte un poco MÁS de cierre, como tú me aconsejas, sino haberlo dejado TOTALMENTE ABIERTO, el ejercicio por el ejercicio, como esos libros que reseñas y que luego leo yo y comento en el hilo correspondiente.
Re: Inktober Literario 2019
A ver, se ve la intención oulípica, pero si lo dejas como propones se queda en un ejercicio expositivo (a mi modo de ver, siempre). Hay un protagonista narrador (confiable o no confiable) y unos antagonistas (reales o imaginarios) y un texto en el que el narrador se defiende de un crímenes que afirma no haber cometido con argumentos que le incriminan más, si cabe, que las acusaciones. Todo guay, pero there's somethin' missin. Has jugado con la forma, efectivi, el cierre no pega con el resto, si lo que quieres es llevar la forma hasta las últimas consecuencias, pero eso no quiere decir que lo tengas que dejar ahí. Has creado tensión, tienes un buen material, puedes resolver, y nadie te dice que para hacerlo no puedas utilizar la forma que has elegido (con un diminuendo, por ejemplo - párrafos cada vez más cortos -) si es ese tu plan.
Si te das cuenta no hay espacio, no hay tiempo, no hay acción como tal, no sabemos nada de los personajes, nada cambia, nada permanece.
Un poco agrio me ha quedado y no es mi intención. Seguro que me entiendes. Yo me entiendo a medias.
Cuando cuelgue uno me das cera de la buena.
Si te das cuenta no hay espacio, no hay tiempo, no hay acción como tal, no sabemos nada de los personajes, nada cambia, nada permanece.
Un poco agrio me ha quedado y no es mi intención. Seguro que me entiendes. Yo me entiendo a medias.
Cuando cuelgue uno me das cera de la buena.