Nos vamos a pique
Publicado: 22 Nov 2004 15:14
Dos cosas me han reafirmado en mi posición de la descarada decadencia de la sociedad actual y que de nuevo me han hecho sentir un hombre fuera de su siglo, un pez fuera de la pecera.
En primer lugar, debo hablar de algo que ha pasado de leve sospecha a espantosa confirmación: los rombos vuelven a estar de moda. Decía ese depravado invertido que era Wilde que las modas son una forma de fealdad tan insoportable que debemos alterarlas cada seis meses. Yo siempre he creído que en estos tiempos frenéticos las modas duran menos. Hasta ahora pensaba eso con cierto descontento, pero ahora mismo deseo que la moda dure días. Cada vez que veo una pieza de ropa a rombos soy presa de retortijones tanto a nivel digestivo como a nivel mental. Mirad, si no:
No, no he sacado la foto de un cartel circense.
Pero el segundo hecho que me ha estremecido profundamente va mucho más allá de las piezas de rombos.
Me refiero a ese altercado que sucedió en Escandinavia, esa muestra de mal gusto e indecencia en la que unos cuantos críos (cuya pureza ha sido machacada y desterrada ya irreversiblemente de sus cuerpos) contoneándose a ritmo sexual. Creo que vinieron a llamarlo Eurojunior. El caso es que me pareció que lo que se puntuaba era el máximo nivel de aberración, degradación y desfachatez, con lo que ganó la española, una niña de ocho años moviendo su cuerpecito cual el peor putón intoxicado hasta arriba en una verbena de barrio.
Aparte de la "coreografía" (así dieron en llamar a esa humillante danza satánica), a la niña le hacían cantar esto. He puesto en negrita los trozos que me han causado más pavor:
El pintalabios
Toque de rimel
Moldeador
Como una artista de cine
Peluquería
Crema hidratante
Y maquillaje que belleza al instante
Abre la puerta que nos vamos pa' la calle
Que a quién le importa lo que digan por ahí
Antes muerta que sencilla, ay que sencilla, ay que sencilla
Antes muerta que sencilla, ay que sencilla, ay que sencilla
Y es la verdad porque somos así
Nos gusta ir a la moda, que nos gusta presumir
Que más nos da que digas tú de mí
De Londres, de Milano, San Francisco o de Paris
Y hemos venido a bailar
Para reir y disfrutar
Después de tanto y tanto trabajar
Que a veces las mujeres necesitan
Una poquita, una poquita, una poquita, una poquita libertad
Muchos potajes de los de antes
Por eso yo me muevo así con mucho arte
Y si algún novio se me pone por delante
Le bailo un rato
Y una gotitas de Chanel nº 4
Que es más barato
Que a quién le importa lo que digan por ahí
Antes muerta que sencilla, ay que sencilla, ay que sencilla
Antes muerta que sencilla, ay que sencilla, ay que sencilla
Y es la verdad porque somos así
Nos gusta ir a la moda que nos gusta presumir
Que más nos da que digas tú de mí
De Londres, de Milano, San Francisco o de París
Y hemos venido a bailar
Para reir y disfrutar
Después de tanto y tanto estudiar
Que a veces las mujeres necesitan
Una poquita, una poquita, una poquita, una poquita libertad
Y hemos venido a bailar
Para reir y disfrutar
Después de tanto y tanto trabajar
Que a veces las mujeres necesitan
Una poquita, una poquita, una poquita, una poquita libertad
Antes muerta que sencilla, ay que sencilla, ay que sencilla
Antes muerta que sencilla, ay que sencilla, ay que sencilla
El ávido lector habrá observado que está todo en negrita menos el "antes muerta que sencilla". Porque si hay algo que me resulte reconfortante, es el imaginarme ese pequeño monstruo muerto. Porque, sin lugar a dudas, deberían haber gaseado a todos los presentes en ese ritual pandemónico: críos, padres, organizadores, periodistas... todos muertos.
Dios, creo que hasta se me ha abierto al fin un poco la válvula con esa idea.
Os dejo antes de que se me cierre.
En primer lugar, debo hablar de algo que ha pasado de leve sospecha a espantosa confirmación: los rombos vuelven a estar de moda. Decía ese depravado invertido que era Wilde que las modas son una forma de fealdad tan insoportable que debemos alterarlas cada seis meses. Yo siempre he creído que en estos tiempos frenéticos las modas duran menos. Hasta ahora pensaba eso con cierto descontento, pero ahora mismo deseo que la moda dure días. Cada vez que veo una pieza de ropa a rombos soy presa de retortijones tanto a nivel digestivo como a nivel mental. Mirad, si no:
No, no he sacado la foto de un cartel circense.
Pero el segundo hecho que me ha estremecido profundamente va mucho más allá de las piezas de rombos.
Me refiero a ese altercado que sucedió en Escandinavia, esa muestra de mal gusto e indecencia en la que unos cuantos críos (cuya pureza ha sido machacada y desterrada ya irreversiblemente de sus cuerpos) contoneándose a ritmo sexual. Creo que vinieron a llamarlo Eurojunior. El caso es que me pareció que lo que se puntuaba era el máximo nivel de aberración, degradación y desfachatez, con lo que ganó la española, una niña de ocho años moviendo su cuerpecito cual el peor putón intoxicado hasta arriba en una verbena de barrio.
Aparte de la "coreografía" (así dieron en llamar a esa humillante danza satánica), a la niña le hacían cantar esto. He puesto en negrita los trozos que me han causado más pavor:
El pintalabios
Toque de rimel
Moldeador
Como una artista de cine
Peluquería
Crema hidratante
Y maquillaje que belleza al instante
Abre la puerta que nos vamos pa' la calle
Que a quién le importa lo que digan por ahí
Antes muerta que sencilla, ay que sencilla, ay que sencilla
Antes muerta que sencilla, ay que sencilla, ay que sencilla
Y es la verdad porque somos así
Nos gusta ir a la moda, que nos gusta presumir
Que más nos da que digas tú de mí
De Londres, de Milano, San Francisco o de Paris
Y hemos venido a bailar
Para reir y disfrutar
Después de tanto y tanto trabajar
Que a veces las mujeres necesitan
Una poquita, una poquita, una poquita, una poquita libertad
Muchos potajes de los de antes
Por eso yo me muevo así con mucho arte
Y si algún novio se me pone por delante
Le bailo un rato
Y una gotitas de Chanel nº 4
Que es más barato
Que a quién le importa lo que digan por ahí
Antes muerta que sencilla, ay que sencilla, ay que sencilla
Antes muerta que sencilla, ay que sencilla, ay que sencilla
Y es la verdad porque somos así
Nos gusta ir a la moda que nos gusta presumir
Que más nos da que digas tú de mí
De Londres, de Milano, San Francisco o de París
Y hemos venido a bailar
Para reir y disfrutar
Después de tanto y tanto estudiar
Que a veces las mujeres necesitan
Una poquita, una poquita, una poquita, una poquita libertad
Y hemos venido a bailar
Para reir y disfrutar
Después de tanto y tanto trabajar
Que a veces las mujeres necesitan
Una poquita, una poquita, una poquita, una poquita libertad
Antes muerta que sencilla, ay que sencilla, ay que sencilla
Antes muerta que sencilla, ay que sencilla, ay que sencilla
El ávido lector habrá observado que está todo en negrita menos el "antes muerta que sencilla". Porque si hay algo que me resulte reconfortante, es el imaginarme ese pequeño monstruo muerto. Porque, sin lugar a dudas, deberían haber gaseado a todos los presentes en ese ritual pandemónico: críos, padres, organizadores, periodistas... todos muertos.
Dios, creo que hasta se me ha abierto al fin un poco la válvula con esa idea.
Os dejo antes de que se me cierre.