Voy a robar el perro de mi exnovia para que vuelva conmigo. (ojetelaser)
Pues sí, shurs. El título lo dice todo. No quería poner algo críptico y vago, porque esto es importante, necesito vuestra ayuda, y sé que no sois los mejores con el pensamiento abstracto.
Como bien recordaréis, hace tiempo y tras una sesión estándar de juego, mi novia me dejó SIN MOTIVO ALGUNO. Tras lo que ya parece una polvorienta eternidad en el dique seco (de manera literal y figurada; he estado viviendo en un dique, pero eso es otra historia) he decidido que la echo de menos como un genocida echa de menos a la minoría étnica que ha hecho desaparecer. La luz necesita sombras, el bien necesita al mal, un hijo autista necesita buenos azotes, y yo, la necesito a ella.
La drástica medida descrita en el título no ha sido mi primera opción,
no soy gilipollas. He intentado hablar con ella y ha pasado de mí. Así que agotadas las vías convencionales y sin ser la rendición una opción, voy a actuar. Como dijo
un hombre más sabio que yo: “He intentado ser razonable hasta que me han obligado a no serlo”.
Acto seguido cogió un bulldozer blindado e inició una ruta de devastación que dejó marcada la memoria colectiva de un pequeño pueblo de Estados Unidos.
EL PLAN:
Fase uno.
Veréis, cyberhermanos, mi novia (actualmente exnovia, pero eso cambiará como cambié yo el día que el Padre Francisco me tocó ahí) tiene, desde hace años, un chucho al que adora. Se llama Babas, y la verdad es que el bicho en cuestión es adorable y se llevaba de puta madre conmigo. Babas y yo hemos pasado buenos ratos aullando juntos mientras jugaba al ordenador y chocando nuestras incompatibles extremidades cada vez que olía un culo de algún can que yo haya podido considerar atractivo.
Sé perfectamente cual es la rutina de paseo que hace mi ex cuando lo saca. Siempre salen a pasear por el mismo parque gargantuesco y sobredimensionado de Madrid. Un parque GIGANTE y lleno de peñuqui tostada. ¡Y siempre a la misma hora! Si mi ex fuese un científico nuclear iraní, el Mossad ya la habría democratizado hace mucho. En fin.
La cosa es que hoy, a las 19:00, iré al mismo parque que ellos. Me caracterizaré para que no me reconozca, y con ayuda del amor que Babas siente por mí, un silbato de ultrasonidos y una salchichota bien gorda, secuestraré al perro (que en ningún momento lo percibirá como secuestro, porque, a pesar de que Babas entrase en la categoría de "Residuo Cósmico" en cualquier concurso de belleza perruno, somos los putos mejores colegas-interespecie) y me lo llevaré a mi casa.
Una vez ahí, empezará la fase dos del plan, realmente elaborada y no exenta de peligro de intervención policial en mi humilde morada. Os mantendré informados. Un abrazo shurs, que el amor triunfe y que nadie pase por la espada a vuestros vasallos ni queme vuestras cosechas, y si lo hace, retadlo a tremendo duelo. Recordad titis: ¡El honor es lo primero!
PD: Toda aportación intelectual al plan será recompensada en la afterlife.
PRIMERA ACTUALIZACIÓN: Parto a por Babas. Si todo va bien, esta noche postearé fotos de Babas en mi poder. Llevo una gorra de Repsol y un libro de Kierkegaard para construir un camuflaje convincente, amén de la terrible salchichota que usaré como cebo si mi presencia no es suficiente para que Babas se lance a los titánicos brazos de este cowboy espacial del siglo XXI. A pesar de que Dios, la inteligencia, los medios, la historia y la razón están conmigo, deseadme suerte.
SEGUNDA ACTUALIZACIÓN: Llevo aquí más de una hora y ni rastro de Babas. El puto silbato ha sido una mala idea, he invocado jaurías de perros capaces de asolar una planta de maternidad en cuestión de minutos y unos gitanos me han sacado dos euros, la gorra y el libro de Kierkegaard. Seguiré buscando, tiene que estar al caer, puedo olerlo. Lo encontraré o moriré en este páramo desolado lleno de patinadores deficientes.
FASE UNO COMPLETA. EL GUSANO ESTÁ EN LA MANZANA. EL CIGOTO ESTÁ EN EL ÚTERO
¡EL ÁGUILA ESTÁ EN EL NIDO, REPITO, EL ÁGUILA ESTÁ EN EL PUTO NIDO HECHO DE DIVERSOS TIPOS DE RAMAS Y BASURA NO BIODEGRADABLE! Lo tengo shurs. Ha sido una operación impecable que se enseñará en todos los cuarteles de operaciones especiales del hemisferio bueno. Babas está en mi poder.
Tras lo que han parecido horas de vagar escondido por arbustos cual inmunda alimaña y de escrutar el parque con cara de pedófilo, la he visto. Santo Cordero del Apocalipsis que si la he visto. Llevaba leggings y he recordado cuanto la quería. Babas trotaba a su lado, estaba como siempre; más cercano a un roedor que a su orgulloso antepasado lobuno. Sabía que de un momento a otro ella se sentaría en el césped y empezaría a hacer sus putas fotos de Instagram con hashtags como "#PARKDAY #AFTERNOON #HAPPY #HOLOCAUST #INVIERNO" porque dudo que sepa como es invierno en inglés. Y así ha sido. En cuanto entra en esa espiral de decadencia 2.0 siempre suelta a Babas para que vaya a oler culos y a ladrarle a objetos inanimados. Y así ha sido.
Era mi momento. Cuando Babas se ha alejado unas buenas yardas, he reptado hacia su posición. Ha sido sencillo. Un simple "BABAS, VEN CHICO, SOY TU COLEGA, VAMOS, VAMOS A ECHAR UN BATTLEFIELD BABAS, VAMOS HIJO DE PUTA" y menear un poco la salchichota lo han convencido de venir conmigo. Ha sido un reencuentro bonito, ese bastardo me echaba de menos. Tras los lametazos de rigor en la jeta, lo he cogido como quien coge un fardo de heroína y he salido corriendo como un murciélago que escapa del infierno.
Al coche y a casa.
Ahora estamos aquí, jugando al XCOM. Él ladra cada vez que mato a un alien y yo le recompenso con un cheto. Ahora solo tenemos que esperar a la fase dos, que empezará con el estruendo de mil tambores mañana a las 11:00 pm.
Un abrazo shurs. Os mantendré informados. Adjunto fotos del chucho.
Actualización:
He estado haciendo mis quehaceres matutinos. Babas está puta madre; se ha quedado en mi casa con una buena provisión de comida enlatada (previamente abierta, pues la carencia de pulgares oponibles es un gran "JÓDETE" de parte de Dios hacia nuestros hermanos mamíferos (los artrópodos que de mueran, gracias)) y agua para que pase el día. De hecho lo va a pasar mejor en mi casa porque mi piso es más grande, no hay compañeras de piso insoportables y Babas tiene carta blanca para romper lo que le salga de los cojones porque estoy jodidamente hecho polvo por dentro y estoy completamente desconectado de las realidades humanas, lo que significa que no tengo apego por lo material, entre otras siniestras cosas.
BIEN, voy a adelantar el comienzo de la fase 2 a las 16 pm, porque esperar hasta las 11 es un coñazo.
Cuidadito con las luces en el cielo.
FASE 2
Si habéis seguido hasta aquí y estáis leyendo esto, probablemente yo haya muerto. Bien, comienza la segunda parte de la operación "RECONQUISTAR A LA EX CON MÉTODOS ÉTICAMENTE AMBIGUOS".
Con Babas en mi poder es hora de ponerse en contacto con ella, y eso es lo que hecho. A continuación os muestro capturas.
La verdad es que la estoy pasando bien chida con Babas, así que me pregunto si no será mejor quedarme con el perro en vez de con la perra. Pero bueno, hemos venido a amar, y eso es lo que haremos.
Cuando esta noche venga a por Babas, tendré preparadas sendas botellas de infecto Lambrusco de a euro la botella, ya que el paladar de mi querida Ex no distinguiría un vino caro de una descarga de setecientos mil voltios. Confío en que al ver el amor que Babas profesa hacia mí (recordemos que sobre el papel ha recorrido unos 15 km de frías calles para venir a mi casa), el vinate y mis nuevos muebles del Ikea, la barrera de hielo de su corazón se derrita como un helado en Mercurio y se abalance sobre mi pene con la furia de mil tifones japoneses.
Actualizaré. De momento seguiré jugando a videojuegos con Babas. El muy mamarracho se niega a quitarse las gafas, y parece que en el tiempo que hemos pasado separados ha refinado su gusto sobre videojuegos de alguna extraña manera. He de preguntarle sobre ello.
ACTUALIZACIÓN
Hola shurs. Siento la tardanza, pero mis demonios a veces exigen jornada completa. No me he dado mucha prisa por los resultado obtenidos.
Bien. La actualización.
La agridulce actualización. Como bien sabéis, quedamos en que vendría a por Babas a mi casa. Yo, siendo un excelente estratega, había preparado vino, acicalado al perro y distribuido casualmente por el salón copias de "Airbud" y "Beethoven". Películas que nos enseñaron que los sentimientos de nuestros cuadrúpedos amigos son tan verdaderos como la fluorización del agua. Si Babas había venido a mí, si Airbud había conseguido un jodido touchdown, no fue por el azar. Los perros saben cosas.
Quizá debería haber dedicado menos tiempo a la guerra psicológica subliminal y haberne meneado un poco el cipote para pensar con más claridad, pero eso es algo que pertenece a otra línea temporal menos oscura.
Llegó a mi casa sobre las 9, haciendo gala de esa elegante tardanza que en más de una ocasión me hizo desear ser un ser asexuado. Le abrí la puerta y fue visto y no visto. Ni vino, ni cópula, ni un debate rápido sobre Kierkegaard. Al menos sé que no sospechaba que había tenido que descender a los infiernos de la moral para robar a un perro, porque estaba:
a) contenta por volver a ver a Babas
b) con leggings negros
c) con leggings negros
d) con leggings negros
A mí no me dijo nada especial. Me dio las gracias por cuidar de Babas y recalcó en varias ocasiones lo raro que era el éxodo que había realizado, a lo que yo respondí hablando sobre meteoritos, que es lo que hago cuando estoy nervioso.
Le dije que si no quería un vino para celebrar que ningún puto loco de los cojones había secuestrado a su perro. Declinó con una mueca rara, alegando que estaba cansada y que mañana trabajaba. Sin querer insistir, puse cara de quimioterapia y le dine que de acuerdo.
Antes de irse señaló mis múltiples videoconsolas y negó con la cabeza. Con la cara de un musulmán con el detonador en la mano, sabiendo que estaba ante el segundo más crítico de mi vida, me encogí de hombros y le dije que me alegraba de verla. Dijo que igualmente y salió por la puerta.
En la oscuridad y soledad de mi salón llegué a una conclusión:
EL LUNES VUELVO A RAPTAR A BABAS.
Será la
fase 3 y esta vez no dejaré nada al azar.
Actualización:
] Amanecer de la fase 3.
Piso franco en la esquina de la 54 con Edmonton
6 de marzo de 2017.
Johnny, "El taladro", apura lo que le queda de cigarrillo (casi la mitad) con una profunda y potente calada.
-Si no fueses mi jefe, te diría que estás loco. ¡Te diría que estás loco y pondría 300 millas entre tu culo de pirado y yo!
"El taladro" no había ganado ese apodo siendo sutil, y era algo que demostraba cada vez que abría la boca. Tenía la suficiente confianza con Puños de Seda para hablarle de ese modo, desde luego, pero su tono demuestra que está realmente crispado.
Puños de Seda termina su whiskey doble y se limpia los carnosos labios con el dorso descolorido de la manga de su camisa.
-Mira Taladro, amo a esa Bambina. Si para que ella me ame he de desviar un asteroide y estrellarlo sobre la jodida Canadá, quemar un orfanato, secuestrar a su maldita abuela o a ese adorable chucho, lo haré. Las veces que hagan falta. Tú no lo entiendes porque eres un puto medio italiano con la cabeza vacía y el culo lleno del semen de tu asqueroso novio, pero el amor mueve montañas.
Hace una pausa mientras busca un cigarrillo en el bolsillo delantero de su chaqueta. Taladro le ofrece uno de los suyos que Puños de Seda acepta con un gesto de autómata.
-Y si vuelves a hablarme así, te arranco la cara, me hago una careta con ella y me follo a tu madre sobre la tumba de tu padre, cretino.
"Taladro" menea la cabeza y prepara la salchichota. Si el Jefe quería secuestrar a Babas una, dos o quince veces, no era asunto suyo.
Y una última cosa, Johnny -dice Puños de Seda con una mueca amarga- déjate de esa mierda de millas, somos de Soria, hijoputa.
Bien, amigos. Comienza la
fase 3 de la Operación
Babas Perrunas, la operación de secuestro que será recordada en todos los cantares de gesta que se escriban a partir de ahora, suponiendo que alguien tenga los cojones de escribir uno (es un género muerto). Tengo un buen pálpito, y la última vez que tuve uno, acerté:
no era sífilis.
Debido a las circunstancias, y a que soy un mimetic motherfucker, esta vez tengo que disfrazarme en condiciones. Si me ve rondando por el parque, ese delicioso cerebrito podría atar cabos, y aunque eso convenga a los violadores de la cárcel, no me conviene a mí.
El plan es básicamente el mismo. Repetir el secuestro y esperar la desesperación y la ansiedad de la mujer que amo. Cuando vea que Babas no me puede olvidar, se dará cuenta de que ella tampoco y lo celebraremos follando en el suelo mientras Babas ladra feliz alrededor. Os diría que me desearais suerte, pero no la necesito.
FASE 3 Y EPÍLOGO
Tras debatir conmigo mismo los pormenores éticos y morales de la operación por última vez, llegué a la conclusión de que esa mujer tiene que dar gracias de que no secuestre a su abuela. Con estos pensamientos de justicia y derecho divino, partí hacia el mismo parque de la otra vez. Esta vez mi atuendo consistía en gafas falsas y bufanda hasta la nariz. Si bien es cierto que parecía un espía norcoreano, nadie se para a mirar fijamente a un tipo que se viste como un auténtico tarado y que merodea de noche por un parque.
Ya que la otra vez estuve mucho rato esperando en las sombras, decidí cambiar de estrategia. Me puse cerca de la entrada del parque que imaginaba que ella podría utilizar (un poco al azar, todo sea dicho) y esperé. Para demostrar que los hados están de mi parte, a los 15 minutos, apareció.
Empecé a seguirla. Tras un rato de dar vueltas a una distancia prudencial, vi que se sentaba en un banco, pero seguía sin soltar al maldito perro, supongo que aún traumatizada por lo del otro día. Al ver que el tiempo pasaba y que el perro seguía atado al símbolo de esclavitud que los homínidos superiores han arrojado sobre los canes, activé el Protocolo Alfa de Distracción que he estado preparando estos últimos días.
El Protocolo Alfa es muy sencillo. Me he hecho una cuenta de Instagram sobre maquillaje, tema que le flipa a mi ex. He subido a ella fotos guapas de lo que yo considero que son las últimas tendencias (cosas copiadas de otras cuentas, porque yo tengo el mismo conocimiento sobre moda que sobre emociones básicas humanas). Me he ganado unos 300 seguidores usando estas rastreras tácticas y he desarrollado cierto gusto por ciertas sombras de ojos que quizá haga que algún día cierto hombre se vista de mujer.
Cuando vi que miraba al móvil, lancé el brutal ataque:
Un tremendo y demencial follow seguido de incesantes likes a todas sus putas publicaciones.
Su cara se encendió como el panel de mandos de una central nuclear en plena fusión del núcleo. Echó ambas manos al móvil mientras Babas estaba atado en corto, cosa que ese mamarracho amante de la libertad detesta. Ni dos minutos tardó el animalito en empezar a quejarse. Ni dos minutos tardó ella en soltarlo para que no le diese por culo y se ocupase de sus perrunos asuntos mientras descubría qué cuenta de tendencias mostraba interés en ella.
Bingo.
Esta vez fue mucho más fácil. Seguí a Babas y cuando estábamos a una distancia prudencial de ella, silbé nuestra señal secreta: el himno de la URSS. Babas se convirtió en un proyectil peludo en su encuentro hacia mí. Ni salchichota ni hostias, solo el amor entre dos hombres de distintas especies. Un abrazo, al coche y a casa.
Esta vez me llamó ella. Cuando aún estaba en el coche. Se lo cogí temiendo que Babas dijese “SOCORRO, ESTOY AQU*. Luego me di cuenta de que quizá estaba humanizando demasiado a un perro. Le pregunté que qué pasaba con voz casual, que si me echaba de menos. Me preguntó histérica que si Babas estaba en mi casa. Le dije que no y ella me contó que se había escapado. Ajá. Ajá. Si viene por aquí te aviso. Chao.
Cuando llegué a casa decidí dejar pasar un poco el tiempo para llamarla. Quité pelos del chucho de toda la casa, ya que no tendrían sentido si el perro acababa de aparecer, y la llamé. Le dije que estaba flipando, que no se lo iba creer, etc. Y evidentemente estaba flipando, pero aún así decidió venir sin esperar al día siguiente. Llamó a la puerta y yo ya estaba esperándole con Babas en brazos. Me dijo que era increíble lo mucho que el perro me echaba de menos…y que quizá no era el único. Os voy a ahorrar detalles escabrosos. Pasó, bebimos, recordamos cosas y finalmente se quedó a dormir. Sí. Me volví a follar a mi exnovia secuestrando a su perro. Dos veces.
Con su cabeza en mi pecho, me preguntó que si no me parecía raro todo el asunto: que Babas hiciese ese viaje tan largo solo para venir a mi casa, que lo hubiese hecho justo ahora, etc. Me puse un poco nervioso y solo se me ocurrió decir: “No sé, a lo mejor tu perro es autista”, lo que debió parecerle una buena respuesta, pues se durmió y no hemos vuelto a hablar de las misteriosas desapariciones del héroe de esta historia, Babas.
FIN.