Dolordebarriga escribió:" El pesto es a los ochenta lo que la marihuana era a los setenta". Lo dicen en "Cuando Harry encontró a Sally" que es una película que todo hombre debería ver, como "Pretty woman", pues te explica como debes tratar a una hamiga para que se henamore locamente de ti y se case contigo y no con tu archienemigo. Con esas dos películas más "Sonrisas y lágrimas" y "Titanic" un hombre está completo y listo para actuar.
Nicotin escribió:La que tiene que ir a un gimnasio para estar buena es que no está tan buena.
Esta especie de aborto de silogismo probablemente sea una gilipollez sin sentido, pero quizá dentro de la gilipollez sin sentido se aloje, como en la parábola bíblica, la pequeña y tímida semilla de un humilde asomo de verdad.
Sí o qué.
La jamelguez nacida siempre es superior a la jamelguez inducida.
Lo que no quita para comer Pitsas Casa Tarradellas (2,95€ en tu Mercadona más cercano!) aunque sepa que existen y puedas permitirte una Margherita con mozzarella de búfala y albahaca silvestre.
La primera frase la he entendido y estoy de acuerdo.
Lo segundo no lo he entendido.
Lo que dice la rubia.
Es más, yo creo que no le haría ascos al 90% de las mujeres en edad fértil dadas ciertas circuntancias*.
*leasé número de copas por encima del puntillo y por debajo de la intoxicación etílica.
Ignorantes gastronómicos todos:
Y el Pesto es albahaca concentrada, ergo si te gusta el pesto, la albahaca te abre un mundo de apetisosas posibilidades.
En Italia si no comes albahaca al menos tres veces por semana viene la Policía Gastronómica y te deporta. O eso pareciera, por cómo le dan; incluso los que viven fuera del país se llevan una plantita. A lo mejor es como The Stuff.
Empezar hablando de gimnasios y terminar haciéndolo sobre albahacas y condimentos para la pasta se me antoja propio de aquellos que, aparte de ser unos sacos de mierda, difícilmente pisaréis un centro deportivo en vuestra vida (de forma activa, no encima de un cojinete, claro).
A todo esto, querida Norna, no me va el rollo de cuartos oscuros con maquinaria gimnástica; siempre he ido -y espero que así siga siendo- a polideportivos públicos, donde la catadura de nabo tiene más emoción al no resultar tan predecible* como en los anteriores antros. Y, aparte, qué gustito da pasearse por el barrio e ir saludando entrepiernas catadas, oye; creo que es lo más parecido a esos anuncios de All Bran en los que el protagonista sale de casa con la sonrisa en el rostro y ésta va aumentando a medida que se cruza con el vecindario.
Ah, y, de veras, en la mayoría de gimnasios que conozco apenas hay tías buenas (otra cosa sería ovulantas follables, que eso ya es harina de otro costal, más teniendo en cuenta a la cruel sequía a la que tenéis sometidos al desgraciado heterosexual medio), y te lo digo sin caer en la subnormalidad profunda del picacoños que niega encontrar diferencia alguna entre Brad Pitt y Arévalo. Imagino que tendrá mucho que ver con que, aparte del cuerpazo de fábrica que ya han apuntado por aquí, por lo general seáis unas vagas redomadas para el deporte.
* Que, en el fondo, todo está en la emoción del proceso, no en la polla en sí.
Yo llevo dos años intentando apuntarme a natación y sigo sin encontrar el momento oportuno, así que sí, soy un saco de mierda que mejor se dedica a echar pestes de la albahaca.
Aunque la verdad es que mi portentoso físico no necesita de ninguna gimnasia reconstituyente
John Makako escribió:Empezar hablando de gimnasios y terminar haciéndolo sobre albahacas y condimentos para la pasta se me antoja propio de aquellos que, aparte de ser unos sacos de mierda, difícilmente pisaréis un centro deportivo en vuestra vida (de forma activa, no encima de un cojinete, claro) (p í.
Hijodeputa, ¿y las piscinas, pistas de squash (o como coño se llame), salas de fútbol y demás instalaciones de los polideportivos* para qué están? ¿Para ejercitar el orto restregándolo por ellas?
* Cuyo uso está incluído en el precio de la entrada o abono.